La tecnología rusa ha estado presente, un año más, en el Mobile World Congress de Barcelona. La hostilidad de la organización no ha ahuyentado a las firmas del país eslavo, que siguen en el mapa internacional de la industria high-tech, aunque desgastadas por 12 meses de guerra en Ucrania y las consiguientes sanciones de Occidente al sector.
El año pasado, el evento internacional se celebraba a los pocos días de iniciarse la invasión que sorprendió y horrorizó al mundo. La organizadora, la estadounidense GSMA, anunció un veto al pabellón ruso que nunca se materializó ya que, como avanzó Crónica Global, la medida quedó limitada a tapar la bandera con un parche y una decena de compañías del país euroasiático pudieron mostrar sus proyectos en el congreso.
En aquella ocasión, lo reciente del conflicto bélico hizo que este adoptara un papel protagonista en el evento. Muchos fueron los congresistas que acudieron con un lazo azul y amarillo, y la bandera de ucrania estuvo presente en los estands de muchas corporaciones que mostraban su solidaridad con el país invadido.
Los trabajadores rusos recordaron que no habían tenido nada que ver con la guerra y que solo estaban ahí para hacer negocios. La GSMA permitió su presencia, pero su presidente, John Hoffman, mostró su enfado con la delegación eslava y dejó claro que las firmas del país invasor no eran bienvenidas.
Hoffman llegó a asegurar que estas empresas se deberían haber quedado en casa. El exabrupto llegó, eso sí, cuando el congreso ya había finalizado y había salido a la luz que el pabellón ruso sí había participado en el mismo, aunque sin bandera.
En esta edición, la contienda militar ha pasado a un segundo plano ante las novedades de la industria de telefonía móvil, y los lazos de la bandera ucraniana han desaparecido, si bien es cierto que se han dedicado extensas sesiones a tratar temas como las telecomunicaciones seguras en tiempos de conflicto con destacados invitados ucranianos. La organización ha endurecido las restricciones, expulsando a los representantes gubernamentales de Moscú del Programa Ministerial.
Esta vez sí, el pabellón ruso ha sido eliminado y su espacio ha sido reemplazado por Taiwán. La decena de empresas eslavas del año pasado no han regresado, aunque se ha estrenado el grupo de San Petersburgo Vitrulux y ha repetido la corporación de ciberseguridad Kaspersky, que no ha tenido problemas para registrarse por su perfil internacional, ya que cuenta con grandes sedes en Moscú, Londres y Suiza.
La presencia de Vitrulux responde al interés de la marca en internacionalizarse. Desde la firma indican que sus productos todavía no están disponibles en Europa, solo en Rusia y las vecinas Bielorusia y Kazajistán, aunque hay planes para iniciar una expansión en otros mercados globales.
Por su parte, fuentes de Kaspersky señalan que su equipo es global y que tiene presencia en todos los países. Inciden en que el impacto de las sanciones en la tecnología no ha sido ni será inmediato y que, a pesar de que han existido campañas de ciberataques a nivel global, desde que empezó la guerra de Ucrania no se ha presenciado una ciberguerra a gran escala como se temía en la industria.
Las sanciones de Occidente a la industria rusa han afectado al sector high tech del país en tanto que le han limitado el acceso a componentes clave como microchips avanzados. Un obstáculo que, aunque no tiene consecuencias inmediatas, puede causar problemas similares a los de empresas chinas como Huawei, privada de algunos componentes tecnológicos por Estados Unidos.
Lo que sí ha tenido un impacto más notable es el éxodo ruso de millonarios y de talento joven. Cientos de miles de personas, posiblemente millones, han dejado el país, una fuga que protagonizan especialmente trabajadores del sector informático, que tienen más fácil cambiar de trabajo y residencia.
Esta realidad tiene un efecto demográfico y económico mucho más profundo, pues agrava la escasez crónica y generalizada de perfiles tecnológicos e informáticos. En toda Europa, se calcula que faltan más de 350.000 profesionales con esta especialización.
Además de las mencionadas firmas, Yandex ha enviado una delegación de trabajadores al Mobile desde Rusia. Tanto Google como el buscador ruso siguen muy de cerca el evento, aunque no tengan estand propio en un congreso en el que la telefonía intenta marcar terreno ante otras tecnológicas.
La presencia rusa ha existido, por tanto, en este Mobile, aunque ha sido testimonial en una edición en la que Asia ha regresado con fuerza. También han estado representadas, en el congreso de emprendedores que se celebra junto al Mobile, ocho startups ucranias que han pedido financiación para sus proyectos innovadores.