El ascenso de Joe Biden a la presidencia de EEUU ya es un hecho. Tras cuatro jornadas de infarto, el candidato demócrata ha obtenido los 270 delegados necesarios para convertirse en el nuevo inquilino de la Casa Blanca. Pese a que Biden no tomará posesión del cargo hasta el próximo enero, se espera que el demócrata dé un vuelco a la mayoría de políticas iniciadas por Donald Trump.
Sin embargo, hay un aspecto que une a ambos dirigentes: la guerra comercial con China. Y, en concreto, el veto a la tecnología 5G fabricada por Huawei, que se ha convertido en la bestia negra de la administración estadounidense. Fuentes oficiales consultadas por Crónica Global aseguran que las espadas seguirán en alto entre ambas potencias pese al cambio de presidente. Hasta ahora, se calcula que la escalada de tensión entre ambos países ha generado un roto de 3,2 billones de euros para las empresas occidentales, cifra que debería revisarse al alza tras el impacto de la pandemia del Covid-19.
Espadas en alto con China
Un portavoz de la embajada de EEUU sostiene que "abogamos por una economía digital vibrante en todo el mundo que se beneficie de las promesas de las redes de quinta generación". Pero advierte de que este desarrollo no puede realizarse a toda costa: "Los países deben poder confiar en que las empresas de equipos y software 5G no amenazarán su seguridad nacional, privacidad, propiedad intelectual o derechos humanos".
La misma fuente diplomática abunda en este punto: "No puede existir confianza donde los proveedores de telecomunicaciones están sujetos a un gobierno autoritario, como en China, que carece de un poder judicial independiente o de un Estado de Derecho". En resumen, la imposibilidad de "mitigar los riesgos" que encierra la tecnología asiática desaconseja su empleo por parte de las democracias liberales.
Retrasos en el despliegue del 5G
Ahora bien, estas reticencias frente a Huawei no saldrán gratis. Como reconoce la propia embajada, "no es probable que España comience a ver redes 5G independientes hasta el 2023". Otros interlocutores del sector inciden en que el despliegue va para largo. José Francisco Monserrat, catedrático en la Universitat Politècnica de València (UPV), recuerda que Huawei "es el fabricante con mayor capacidad de producción mundial en tecnología 5G".
Al boicotear el acceso a su producción, "se producirá un retraso en el despliegue que ya se está observando actualmente". Hasta ahora, los pilotos de 5G se han efectuado utilizando las redes NSA, en vez de las SA, específicamente pensadas para la nueva generación de transferencia de datos. El bloqueo estadounidense dificultará el uso de soluciones óptimas para consolidar la red 5G en España. "Las propias operadoras reconocen que hasta 2022 su uso no será masivo porque se está reutilizando tecnología", concluye Monserrat, que también es coordinador de la Red Europea de Transición del Automóvil hacia el 5G.
Los operadores resisten el veto
Y esta situación podría ser aún más grave si Telefónica, Orange o Vodafone hubieran seguido la estela de las telecos francesas o británicas. Sin embargo, en España el veto a la tecnología de Huawei no ha sido tan intenso como en los países de nuestro entorno.
Preguntada sobre este hecho, la embajada estadounidense recuerda que el subsecretario de Estado Keith Krach consideró que España iba "en el camino correcto", junto a sus socios de la UE y la OTAN, al excluir a vendedoras no fiables de sus redes de última generación.
Huawei: "No somos una pieza de esta guerra"
Por su parte, Huawei no ha querido hacer comentarios a este medio sobre el horizonte despejado tras las elecciones en EEUU. Sin embargo, en un reciente evento público, la corporación se pronunció sobre sus planes de futuro: "La posible victoria del demócrata Joe Biden no afectará a los planes que ya tiene la compañía, al menos, a corto plazo", informó Pablo Wang, uno de los directivos de la compañía y country manager en España.
La marca prevé seguir apostando por su propio sistema operativo y tienda de aplicaciones después de que Google les impidiera hacer uso de sus programas. "Nunca hemos sido una pieza de esta guerra comercial. Y, por ello, el resultado final de las elecciones no nos afecta. Vamos a seguir por nuestro camino", concluyó el ejecutivo.