¿Qué pasa con nuestros perfiles en redes sociales cuando morimos?
Las grandes tecnológicas ya incluyen planes específicos para gestionar las cuentas de las personas fallecidas
8 diciembre, 2019 00:00A Twitter le llamaron la atención los propios usuarios de la red social por no haber tenido en consideración los perfiles de las personas fallecidas en su nuevo plan de limpieza de cuentas inactivas. Pero ¿qué pasa realmente con los perfiles en redes sociales cuando morimos? Cada vez más, las tecnológicas --dueñas de estas plataformas-- desarrollan planes o herramientas enfocadas en este tipo de casos para gestionar la herencia y huella digital.
Frente a la obsesión por conservar la privacidad lo más protegida posible, lo común es mantener las contraseñas en secreto e, incluso, tener diferentes claves para cada uno de los perfiles, lo que complica muchísimo al círculo más íntimo el acceso a las redes sociales del titular cuando este fallece.
Si tienes Instagram, red social propiedad de Facebook, su política en estos casos está más enfocada en conmemorar la cuenta de la persona fallecida. Así, si un familiar solicita esta conmemoración o, directamente, la eliminación de la cuenta, Instagram pedirá documentación que acredite el parentesco o la relación familiar, así como un certificado de nacimiento o defunción.
Y si alguien ve una cuenta en Instagram que pertenece a alguien que falleció, puede informar a la red social para que la conmemore proporcionando una prueba de fallecimiento, como un obituario. En el momento en el que el perfil o cuenta en cuestión se haya certificado como conmemorativo, la diferencia es que ya no se podrá iniciar sesión, ni realizar cambios.
Pero las publicaciones, los me gusta, los seguidores, las etiquetas y los comentarios permanecerán en Instagram y serán visibles para la audiencia con la que se compartieron en su día. Aunque, tal y como aseguran fuentes próximas a la red social, siempre se intentará evitar que las referencias a perfiles conmemorativos aparezcan en Instagram de alguna manera que pueda molestar a amigos y familiares, como por ejemplo, en el buscador Explore. Menos mal.
La joya de la corona de Mark Zuckerberg tiene su propia forma de proceder cuando alguien fenece. Por una parte, los familiares pueden eliminar la cuenta y todo el contenido desaparecerá de forma permanente y, por otra, convertirla en conmemorativa, como ocurre con Instagram. La diferencia es que en Facebook, según la configuración de privacidad del perfil, los familiares y amigos pueden compartir recuerdos del fallecido. Aunque tampoco se podrá iniciar sesión o acceder a la cuenta conmemorativa una vez se establezca como tal.
En esta red social, sin embargo, el propio usuario puede decidir, de antemano, qué hacer con su cuenta cuando muera. Puede dejar ya fijado un testamento digital. Dentro del perfil, en Configuración y privacidad y, después, en Propiedad y Control, hay ya una opción que se llama Configuración de cuenta conmemorativa. En esa pestaña, Facebook deja elegir a un contacto que se encargará de la cuenta cuando ya no estés en este mundo, aunque también existe la opción de Eliminar cuenta cuando fallezca; en este caso, toda la información se eliminará si alguien comunica tu defunción.
¿Tienes un currículo online en LinkedIn? Si es así, según la política de la empresa, algún familiar puede también solicitar la eliminación de tu perfil, pero le vas a dar algo de trabajo.
Los datos que va a necesitar el equipo de la red social de Microsoft para proceder a cumplir con esta petición no son pocos: el nombre de la persona fallecida, el enlace a su perfil de LinkedIn, acreditar la relación con el difunto, un correo electrónico del solicitante, la fecha de defunción, un link a un obituario y la última compañía en la que trabajó el muerto. Y, por si todo esto fuera poco, LinkedIn pide responder a algunas preguntas antes de acreditar todo lo anterior. Será entonces cuando la red social se pondrá en contacto con el familiar para darle a conocer los pasos a seguir. ¡Casi nada!
¿Y qué hace Google con los fallecimientos? El gigante tecnológico tiene su propio Administrador de cuentas inactivas. Es decir, deja todo el trabajo al usuario. Lo que pretende Google es que cada uno cree su propio testamento digital y gestione lo que quiera que ocurra con su cuenta de Google. A través de este Administrador, es posible configurar el tiempo de inactividad fijado para que Google considere que el perfil está inactivo. Las opciones van desde los tres meses hasta los 18. Al establecer este período, Google se pondrá en contacto con el titular vía SMS y correo electrónico un mes antes de que se agote dicho tiempo.
Si el usuario responde al SMS o al correo de Google, podrá confirmarle que quiere que mantenga su cuenta activa, o no, pero, si no recibe respuesta alguna, la plataforma entenderá que algo ha ocurrido. Asimismo, Google deja elegir a otra persona para notificarle tu inactividad y lo que quieres compartir con ella --qué permisos le das--. Además, permite decidir si quieres que se elimine tu cuenta una vez se dé por inactiva. Pero, cuidado, la compañía recuerda que cuando se opta por la eliminación, esta decisión también afectará a todos los productos o servicios asociados al pefil, como, por ejemplo, Blogger y Gmail. Un pequeño, pero importante, detalle.