La actriz Asia Ortega Barcelona
Asia Ortega: "Los perlas nos enseñan mucho"
La actriz catalana disfruta metiéndose en la piel de un personaje incómodo en 'Fragmentos'
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Asia Ortega vive entre dos mundos: el del flamenco y el de la interpretación. Asegura que con el baile mantiene una relación poliamorosa, pero que tanto delante de las cámaras como sobre los escenarios lo da todo.
En su último filme como protagonista, Fragmentos, se pone en la piel de un personaje tan odioso como herido, al que, una vez más, le ha puesto alma y algo de ella misma. Hay algo de Alba, su personaje, que le atrae. Tal vez molesta.
“Se echa de menos guiones que te rompan la cabeza, incómodos”, asegura. Precisamente eso es lo que también le atrae del flamenco, que “tiene una verdad que incomoda”, subraya.
De ahí que se muestre feliz navegando entre dos aguas y con una energía más propia de los 20 que de los 30, década en la que ahora se encuentra y que afronta con determinación y muchos proyectos. Así lo cuenta en conversación con Crónica Global.
- Su personaje, de entrada, no cae bien. Pero, claro, no sé qué piensa usted de él.
- Tengo la suficiente psicología como para entender que algo le pasa a esta muchacha. Al final, toda la gente que actúa de forma reactiva normalmente es por algo: seguramente le haya pasado algo, tenga algún tipo de trauma para actuar así.
- Entonces…
- Yo creo que a Alba nos la presentan en un momento en el que ella está en una crisis existencial absoluta, de la que no es consciente y de la que tampoco quiere ser consciente. Entonces, yo creo que ella tiene esta pelea interna no solo con ella, sino con el exterior, que al final hace de reflejo todo el rato.
- Bueno, es que ese exterior no es otro que el paisaje de Lanzarote.
- El paisaje es otro personaje para mí. Para mí, el protagonista: es quien nos acoge en su regazo y, a partir de ahí, empiezan a pasar cosas. De hecho, cuando llegamos ahí un día antes, todo empieza a tomar otra dimensión; empiezas a entender el terreno tan convulso en el que nos encontramos. Curiosamente, se puede hacer un paralelismo simbólico con los volcanes de la isla.
Entrevista a Asia Ortega Barcelona
- ¿Por el fuego interior?
- Es un fuego interno y también un interior derretido, como podría ser la lava. Y ese volcán interno al final estalla.
- En cualquier caso, todos los personajes tienen algo; es imposible empatizar plenamente con ninguno de ellos.
- Total. Lo hablamos con Horacio Alcalá, el director: no hay personajes buenos o malos. En nuestra película hay personajes de verdad. Por eso, todos nos podemos haber sentido identificados con alguna frase, alguna mirada, algún despecho que se sueltan.
- Lo bonito de esta película es que no se han romantizado las actitudes tóxicas de una pareja. Solo hace falta ver el final, que termina como todos deseamos que no termine, pero vemos que va a desencadenarse por ahí. Y piensas: ¿cómo puede ser? Pero es que eso es una realidad.
Entrevista a Asia Ortega Barcelona
- Claro, parece un final feliz, pero es totalmente trágico.
- Y sucede así. Todo el mundo sabe que esa relación es completamente tóxica, que falla, que los dos personajes están muy heridos y que quizá se podrían rescatar, pero no está pasando. ¿Y cuánta gente no ha seguido, no ha mantenido una relación tóxica porque era lo único que conocía o porque tiene miedo de enfrentarse a su soledad? ¿Cómo sueltas a alguien a quien amas?
- Por eso se sale muy removido y replanteándote decisiones que no siempre son las adecuadas, pero que tomas. La película remueve las estanterías de todos.
- Hasta el punto de sentirse mal al salir de la sala.
- Y está muy bien, porque eso de ir al cine para quedarse bien tampoco se asemeja tanto a la realidad. A veces no todo sale bien. Para quedarse bien, ve a ver otra cosa. Aquí se ha evitado completamente justificar al personaje y hacerlo buena persona.
- ¿Le motivan este tipo de historias?
- Claro. Yo tenía ganas de sentarme, de hacer trabajo de mesa. Se echa de menos guiones que te rompan la cabeza, guiones incómodos que a la vez te suponen un viaje. Con este guion ves que tenía que poner una parte de mí, regalarle a Alba algo de mí. Y claro, fue muy incómodo para todos; en cambio, todos nos sentíamos reconocidos en más de una frase.
- Mira el personaje que hace José Luis García Pérez. Él defiende muy bien al perla, haciendo referencia a Rosalía. Démosle un lugar a los perlas, que también existen y nos enseñan mucho. Nos ayudan a poner límites.
Asia Ortega en 'Fragmentos'
- ¡Seguro!
- Es valiente y bonito atravesar esa incomodidad para poder regalarle veracidad al personaje. Yo tenía muchas ganas de hacer un personaje así. Darle el cuerpo y el alma ha sido un pedazo de reto.
- Yo tenía muchas ganas de romperme por dentro como actriz. Yo sé que, aunque tenga 30 años, doy para papeles de chavalita, pero hay algo en la profundidad de la mirada y en las vivencias que traspasa la pantalla, por mucho que una se tape las ojeras, se ponga de niña y endulce la voz.
- Necesitaba un poco de coherencia con los personajes que me vinieran. Y este personaje es honesto con la profundidad en la que estoy ahora.
- ¿Cuesta, teniendo este perfil tan juvenil, que le den papeles alejados del de joven?
- No creo que cueste. Tiene que ver con que te den la oportunidad y con que tú estés fuerte en el momento para poder visualizarlo y meterle empeño ahí. También hay un punto de quitarte un poquito el síndrome del impostor y proyectar cosas.
- Llámame loca, pero si tú proyectas “quiero dinero y fama”, te va a venir un tipo de proyecto. Si tú proyectas “quiero trabajar, romperme como actriz y descubrir esquinas por las que aún no he paseado de mi psique”, pues eso también te llega.
Asia Ortega Barcelona
- No es fácil, supongo. Y más para usted, que empezó joven y para quien las redes son siempre una tentación e incluso una herramienta para llegar a tener más papeles.
- Sí, nos están vendiendo mucho los pasos para el éxito en todos los sentidos: el blow up en 21 días si te haces mi skin care y tomas mis vitaminas, si sigues estos 10 pasos y te levantas a las cinco de la mañana, acabas siendo alguien de éxito… Sistemas piramidales para alcanzar el éxito rápido. Para mí, la vida va por otro lado.
- Tampoco voy a pelearme de más, porque es el contexto histórico actual. Pero no subo mucho contenido y, de vez en cuando, le digo a alguna amiga que mire mi feed, que borro y tal. Instagram es un coletazo de expresión mío, no creo que me defina para nada.
- Allí no aparece mucho una de sus pasiones, el baile. ¿Lo ha apartado?
- Digamos que mi relación con el baile es de proporción fluida. La interpretación consume mucho tiempo y de forma inmediata. Además, cuando me meto en un proyecto soy una psycho. Me levanto a las dos de la mañana con una idea del personaje y la tengo que apuntar.
- A mí me gusta hacer las cosas dándoles espacio y poniéndoles atención completa, porque es mi manera de hacer. Por tanto, a veces sí, tengo que dejar el baile un poquito de lado.
- Pero yo le digo a mi flamenco que no le pongo los cuernos. Tenemos una relación poliamorosa. Me voy un rato con la interpretación y vuelvo. Lo que pasa es que son dos disciplinas muy demandantes.
Asia Ortega Barcelona
- Exigen mucho del cuerpo ambas.
- Y me ha pasado tener un rodaje y escaparme el fin de semana para grabar una cosa de baile. Es como tener dos gemelos hiperactivos en casa: cada uno tiene su manera de ser y tienes que darle a cada cual lo suyo.
- Para mí, el flamenco es mi vida. Yo no puedo vivir sin bailar; es mi máxima expresión.
- Y eso que es catalana y siempre se dice que no hay tanto flamenco, cuando hay grandes artistas. ¿De dónde le viene?
- ¡Hay mucho flamenco en Cataluña! Curiosamente, el más aficionado al flamenco de mi casa es mi padre, que es argentino, pero un flamenco nace donde le da la gana. Mi madre es charnega, mi abuela es de Extremadura y mi abuelo, de Córdoba.
- Yo me he criado escuchando a Camarón, antologías de Carmen Linares, Manolo Caracol, toda Estrella Morente, Enrique Morente —que es uno de mis grandes referentes—, Lola y Manuel… Me he criado con eso en el carrer de la Cera del Raval, y también con la gente de Gràcia y de Sants, los gitanos catalanes.
- El flamenco tiene una verdad, una manera de expresar tanto lo bueno como lo malo desde una honestidad que es casi insultante. Incomoda o puede llegar a incomodar de lo verdadero que es. El flamenco me llega a través del barrio y de mi padre. Y luego, claro, la familia de mi madre es charnega, son andaluces.
Entrevista a Asia Ortega Barcelona
- Le cambia la cara cuando habla de flamenco.
- Sí, se me ilumina la mirada, me lo noto. Es que entro en otro plano. El baile para mí es una de las expresiones más exponenciales que hay y el flamenco lo junta todo. Se unen la expresión, la interpretación, la verdad del baile y la dificultad técnica que tiene. Además, no te lo acabas nunca.
- Vamos, que así es imposible parar.
- Bueno, también escribí un libro que publiqué el año pasado. Tengo ganitas de darle un poco de bombo. Además, voy a empezar a montar cositas mías, porque necesito tablas. Necesito interpretación, necesito baile. Me encanta la tele, me encanta el cine, pero me fliparía que me llamaran para hacer teatro. Yo, de momento, voy a empezar a crear.
- ¿Dramaturgia? ¿Dirección?
- Bueno, mezclado. Quiero juntarme con dos compañeras y unir la interpretación con el mundo de la danza y con el simbolismo estético.