
Imagen de una zona de apartamentos turísticos en Torrevieja (Alicante)
Jordi Jon: "Más allá de la desertificación ecológica, en España hay una desertificación espiritual sobre el significado de los espacios"
La exposición Eroding Franco del periodista y fotógrafo documental catalán vincula la actual crisis de desertificación con la deuda medioambiental generada por las políticas del antiguo régimen
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Según la CLD (Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación) las áreas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, es decir, aquellas en que la proporción entre la precipitación anual y la evapotranspiración potencial está comprendida entre 0,05 y 0,65, son susceptibles de sufrir desertificación.
En España, más de dos terceras partes de su geografía se encuentran potencialmente afectadas por este proceso. Las causas responden a una explosiva conjunción de factores, como el cambio climático, fenómenos atmosféricos extremos, la sobreexplotación de los recursos hídricos, los incendios forestales, la expansión insostenible de la agroindustria o el turismo masivo especialmente agresivo en las zonas costeras.
Es el cóctel perfecto. Si no reaccionamos, y quizás ya no estemos a tiempo, en un futuro no muy lejano España será́ un desierto.

Imagen de un texto sobre la masificación turística en España
Si bien es cierto que la Tierra ha sufrido a lo largo de sus aproximadamente 4.500 millones de años numerosas alteraciones en su clima, también lo es que durante los últimos dos siglos somos los humanos los que hemos acelerado drásticamente esos cambios.
En nuestro país debemos remontarnos varias décadas, concretamente a los modelos económicos implementados por el régimen franquista, y perpetuados por las sucesivas administraciones, para encontrar algunos de los factores clave del actual estado de desertificación.
Jordi Jon (Barcelona, 1996), fotógrafo documental, periodista y cofundador de la organización de periodismo ambiental MÓN, lleva años focalizando su trabajo en documentar historias sobre el medio ambiente.
En 2020 comenzó una investigación sobre la desertificación en España, relacionando la actual situación de sequía medioambiental con el llamado “milagro económico” del franquismo.
La muestra Eroding Franco, producida y comisariada por la Fundación Photographic Social Visión, es el resultado de la V Beca Joana Biarnés para Jóvenes Periodistas y se podrá́ visitar hasta el próximo 15 de marzo en el Centre Cívic Pati Limona de Barcelona.
Mapa de la sequía
A lo largo de todos estos años, el autor ha recorrido numerosos puntos de nuestra geografía para constatar cómo las decisiones del pasado influyen en las realidades del presente.
“Este trabajo me ha llevado desde lugares como un río seco debido a prácticas agroindustriales donde ahora la gente juega al fútbol, hasta, por ejemplo, el corazón de Tabernas en Almería”, explica a Crónica Global. Madrid, Barcelona, Mallorca, Zamora, Tarragona, Granada, Málaga, Valencia, Alicante, Murcia o Almería, cada vez son menos las zonas que escapan a este rodillo imparable, e implacable, alimentado por una gestión suicida de nuestros recursos.

Imagen del 'mar de plástico' de Almería
“La desertificación, que transforma tierras fértiles en paisajes áridos, es un desafío global agravado por prácticas insostenibles como la mala gestión del agua y métodos agrícolas perjudiciales”, sostiene Jordi Jon.
Unas consecuencias que España sufre particularmente debido al legado franquista: “las decisiones del régimen, durante sus 36 años de duración, fomentaron una cultura de destrucción y desinterés por el entorno, priorizando el crecimiento económico”.
Desertificación geográfica y emocional
La lista de lugares afectados por malas políticas económicas y el uso indiscriminado del suelo, bien sea para la promoción inmobiliaria, para la expansión urbana o para el desarrollo de infraestructuras energéticas, agrícolas o industriales, deja un paisaje desolador a lo largo y ancho de nuestro territorio.
Y tras estos escenarios intervenidos y mutados se esconden historias dramáticas y conmovedoras que el implacable paso del tiempo amenaza, también, con engullir, si es que aún no lo ha hecho.
“Más allá́ de la desertificación ecológica, en España hay una desertificación espiritual sobre el significado de los espacios”. Un fenómeno que ha sentido y documentado.
“Ahí bajo el agua está mi madre enterrada”, le explicaba Teresa, una de las damnificadas de Argusino, el pequeño pueblo de Zamora anegado, literalmente, bajo las aguas de la presa de La Almendra, construida para saciar la obsesión franquista por incrementar la producción hidroeléctrica.
Esta suerte de “barrido” físico y emocional igualmente se evidencia en la localidad malagueña de Torremolinos donde, entre 1938 y 1939, existió́ un campo de concentración del bando nacionalista, justo en el mismo emplazamiento donde hoy se levanta un parque acuático recreativo. “Este caso me chocó especialmente.
Cómo un sitio donde debería haber un espacio de reflexión o unos jardines está rodeado de proyectos relacionados con el turismo de masas”.
Un modelo, el del turismo vacacional en su forma más devastadora que hemos visto en proyectos tan mediáticos como el complejo vacacional Marina d’Or, la idílica ciudad de vacaciones para toda la familia, y que, lamentablemente, se ha consolidado con especial virulencia en el sureste del litoral mediterráneo.
Un proyecto de vida
El proyecto de fotografía Eroding Franco incluye muchos y diversos documentos. Por un lado el trabajo reúne una serie de archivos científicos de los años 50,60 y 70 que, según subraya el autor, “ya anticiparon que España estaba desarrollando un sistema económico que conllevaría una repercusión considerable”.
Voces autorizadas, como la de James J. Parsons o Antonio Villalba ya pronosticaron los efectos “sobre todo en relación con la especulación del suelo y el desarrollo de algunos proyectos urbanísticos en el Mediterráneo español”. Acompañando la documentación científica, Jon ha conseguido una valiosa información en postales y fotografías antiguas o folletos publicitarios turísticos de la época.

Imagen promocional de diferentes destinos turísticos de España
No hay punto final en Eroding Franco. “Para mí es un proyecto de vida porque creo que esto va a ir a más. España probablemente tenga que replantearse ciertas decisiones que hemos tomado y que ya, probablemente, no tengan sentido. Y yo estaré́ ahí́, tratando de documentar y de explicarlo”, concluye.