El historiador y colaborador de Crónica Global Josep Burgaya tiene nuevo libro, Tiempos de confusión. De la clase adscrita a la identidad electiva. Se trata de una nueva reflexión del escritor a través de diez capítulos en el que retrata la debilidad de la democracia en una época donde la libertad en un panóptico digital y con un populismo creciente en la política.

Para presentar su nuevo ensayo el también político se ha acompañado de uno de sus amigos en el mundo del periodismo, Xavier Grasset, que ha tenido palabras de cariño hacia el catalán, que ha sido director suyo en algunos de los programas que ha presentado.

Xavier Grasset GALA ESPÍN

 

Durante la presentación, Burgaya ha retratado los problemas de una sociedad en que “el narcisismo perpetuo se ha enquistado” y en el que todo se ha viciado la democracia porque, a su parecer, “el mundo digital nos liquida y se ha cargado el ágora pública”. Todo a cambio de una apariencia de verdad. “Tener intercambios a través de Twitter no es dialogar con nadie”, subraya.

Tampoco ayuda mucho el pensamiento político que sentó sus bases de este liberalismo actual. Tanto a derecha como a izquierda. Y ha puesto dos ejemplos claros. Por un lado, la frase de Margaret Thatcher que ponía en duda el significado de sociedad, porque ella sólo veía “familias e individuos”. Pero también por parte del progresismo y de la izquierda nacida en Francia a finales de los años 70s y 80s que hablan de que la liberación viene desde lo individual, citando Burgaya a Deleuze y Guattari.

Discursos

Por otro lado, está la izquierda biempensante que ha “abandonado preocupaciones generales como la igualdad” mientras trata de “velar por la corrección”, algo que genera “las reacciones airadas de la derecha” que ha convencido a ciertos sectores de la clase trabajadora que han acabado votando a Vox. Por eso, advierte, "no es que las libertades importantes, sino que las prioridades de la izquierda deben ser otras". Un ejemplo claro, señala, es el tema de la inmigración sobre el que asegura que el ala zurda "no tiene discurso".

Lamenta que “la izquierda no tiene un discurso que dé esperanza, un proyecto de futuro” para las clases trabajadores porque se preocupó por “la diversidad” y se olvida de representar a los colectivos de trabajadores. Lo que permite a la extrema derecha aprovecharse de esa parte de la población “harta de la corrección política harta de que sus problemas no se resuelvan”.

Josep Burgaya GALA ESPÍN

 

Reflexiones sobre estas y sobre el populismo, “de derechas y de izquierdas”, que hay en la población aparecen en estos Tiempos de confusión que es el libro y la realidad presente no tanto del mundo, del que España no es ajena.

Ante medio centenar de personas, Burgaya ha hecho eso unos apuntes sobre el estado de la democracia, a la que no considera muerta como hacen algunas y que ha generado el debate y las preguntas entre los presentes. Su respuesta ante las peticiones de una solución y vía de escape él ha sido claro, pese a no tener respuesta, él sigue defendiendo "el pensamiento crítico".

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