El actor Víctor Palmero / SALA MIRADOR

El actor Víctor Palmero / SALA MIRADOR

Famosos

Víctor Palmero: "Si nos atamos a la corrección absoluta, el mundo va a ser un poquito más aburrido”

El actor regresa a los escenarios con una historia que retrata las miserias de los medios de comunicación y del hombre

16 abril, 2023 00:00

Víctor Palmero ha encontrado en los escenarios su segundo hogar. Muchos temieron lo peor cuando decidió dejar a su Alba Recio de La que se avecina y no le ha podido ir mejor. Sigue recorriendo España como maestro de ceremonias de The Hole y del 14 al 30 de abril está en la Sala Mirador para meterse en la piel de El monstruo de White Roses, una obra que refleja la perversión de los medios y el tremendo poder que ejercen en la sociedad. Y de allí vuelve a meterse en el papel de Johnny Chico para entrar con él en el Teatro Español de Madrid.

"Estoy feliz porque al final siento que estoy eligiendo las historias que me apetece contar, poder haber llegado aquí ha sido gracias a todo lo anterior y esperaré que sigan abriéndome puertas para poder continuar brindando cosas guays al público, que es lo que a mí me emociona y me apetece”, señala a Crónica Directo.

Monstruosidades

Con este monstruo de White Roses pone directamente la piel de gallina. Sobre el papel, el montaje narra la historia de unos hechos sucedidos en Ohio, donde unos vecinos descubrieron que Martin Risk había secuestrado a la joven Emily y la había sometido a todo tipo de abusos y maltratos. El grito de ella pidiendo auxilio pudo hacer que se conociera el suceso.

A Palmero ahora le toca defender este personaje tan indeseable, reflexionar sobre los problemas de identidad y cómo nos enfrentamos a los medios. En entrevista con Crónica Global, el actor también reflexiona sobre cómo las redes ahora tienen ese mismo papel perverso, así como su relación con la televisión. Y no es mala.

--Pregunta: Es muy difícil no ver a su personaje como un monstruo. ¿Usted que lo ha trabajado lo ve así? 

--Respuesta: Pues seguimos con la maquinaria girando al respecto. Ha sido un proceso creativo heavy. Y al final es verdad que como actor me he tocado defender un poco lo indefendible. Como intérprete busco dar luz a la oscuridad que tiene el monstruo, tengo que defender los motivos que le llevan a hacer lo que hace, en este caso secuestrar a Emily Dawson. Tiene sus porqués y sus motivos que nunca defendemos, pero que quizá hagan que el espectador llegue a dudar de quién es realmente el monstruo.

--¿Por qué? ¿Cree que todos llevamos un monstruo dentro o podemos ser uno?

--Todos los seres humanos somos un cubo de Rubik y al final muestras hasta donde te apetece mostrar y construir en redes sociales, a tu entorno, a tu familia, a tus amigos, dependiendo de la situación. Vamos mostrando el color que podemos o que nos apetece. 

--Usted en el teatro muestra una muy preocupada por aspectos que tienen que ver con la identidad. ¿Qué importancia le da?

--A mí una de las cosas que me motivaron para ser actor era el hecho de poder vivir distintas vidas en una sola, me parecía muy interesante conocer las vidas de los personajes a los que doy vida y también, de alguna manera, con eso quizá conocerme a mí. Al final me considero un interrogante que sigo respondiendo preguntas sobre mí mismo. La obra habla mucho de identidad y va más allá. La pieza nos habla también de cómo la prensa puede, en un momento dado, ser una entidad con vida propia y hacer creer a la gente lo que le dé la gana. Hay muchas identidades ocultas que van más allá de la del ser humano como tal.

Víctor Palmero y Lucía Díez / SALA MIRADOR

Víctor Palmero y Lucía Díez / SALA MIRADOR

--Este es uno de los puntos clave de ‘El monstruo de White Roses’. El sensacionalismo.

--En los años 90 hubo casos muy sonados, era una prensa que se basaba mucho más en la emoción que en la información contrastada. Me parece interesante cómo a través de la emoción la tele nos intentaba seducir. pasa con fake news y el clickbait que pueden llamar mucho la atención de la gente la verdad. Es inevitable que todos creamos que hagan click en nuestro enlace, que vengan a ver nuestras obras de teatro y al final es fácil tirar de eso.

--Pero en carreras como las suya incluso llega a condicionar, ¿no? Porque siempre parece que si no están allí es que no hacen nada.

--Es inevitable. yo no puedo negar de dónde vengo. Yo no si tendría el mismo éxito en el trabajo que hago si no me viniera de dónde vengo. Es inevitable que te condicione. La televisión, para bien o para mal, da una posibilidad brutal. En mi caso, estoy muy satisfecho de las alegrías que me han podido dar los trabajos que he hecho anteriormente como para llegar a poder seleccionar los proyectos en los que ahora mismo estoy trabajando. No sé si eso va a ser infinito, pero estoy orgulloso de la trayectoria

--Y en cuanto al sensacionalismo, ¿hemos ido a mejor?

--No sé si es mejor o peor, todo tiene una cara A y una cara B y lo que para mí parece bueno, para otros puede no parecerlo. Sí ha habido una evolución en el sentido de que el boom de lo que era la televisión ahora en los documentales true crime que podemos ver en streaming a los que nos hemos acercado para poder crear este montaje. También está en internet todo eso, básicamente en este boom de fake news, de titulares peliagudos que al final pueden condicionar la imagen de alguien de un día para otro y cómo lo puede recibir y leer la gente. Porque lo que me encanta es que cuando me pasaron el texto yo busqué el caso en Google para ver cómo era Harry Coleman, porque caes en la trampa. Ese jugar incluso con la prensa y con el espectador con toda la información puede hacer que la gente crea que todo es real. O casos como Abducted in plain sight que te lleva a pensar que lo que está pasando es lo correcto. Mola este cómo puedes llegar a hacer creer que lo malo es bueno y que lo bueno es malo.

El actor Víctor Palmero / CEDIDA

El actor Víctor Palmero / CEDIDA

--Claro, pero eso pasa también con la política.

--Es que es muy peligrosa, pero también es brutal la opinión pública, Mira el juicio público que ha causado el tema de la gestación subrogada. Millones de personas opinando te puede afectar y no es fácil lidiar con eso, ni con el mundo de las fake news, de las redes sociales, de la prensa y ver cómo uno que está en medio puede ser víctima de ello.

--Usted que es una figura pública ¿siente ese temor? ¿Le ha pasado algo así con la prensa?

--Es inevitable. A veces improvisas o ves una frase fuera de contexto. Vivimos un momento muy complicado en este sentido. Además, da la sensación de que nos estamos autocensurando más, incluso en la comedia. Mola la evolución social porque normalizamos muchas cosas, damos visibilidad a aquello que lo necesita, pero también es preocupante el hecho de no poder dar una opinión o decir una frase fuera de lugar en una entrevista porque te toca hacerlo por promoción, ¡cómo eso puede afectar un montón!

--E incluso cambiar la imagen de uno.

--Efectivamente. Uno acaba concluyendo: ¿quién acaba siendo el monstruo entonces? Tenemos que liberarnos un poco del yugo de la perfección, de la corrección absoluta. Yo personalmente sigo en ello, trabajándomelo. No sé hacia dónde vamos a ir, pero deberíamos relajarnos un poco. Al final si nos atamos a la perfección, a la corrección absoluta, el mundo va a ser un poquito más aburrido. Al final son bromas que uno hace en su círculo más íntimo, el problema es este correctismo, este perfeccionismo público que creo que nos tiene a todos tanto a la prensa como a los actores como a la gente que pueda sufrir por cualquier circunstancia, en un punto de incomodidad que tendrá que acabar .

Cartel de 'El monstruo de White Roses'

Cartel de 'El monstruo de White Roses'

--Pero también es cierto que ahora los actores están casi obligados a tener redes para promocionarse. ¿Cómo se lleva?

--A mí me parece bastante interesante el hecho de que los espectadores puedan no conocerme tanto, prefiero que haya cierta distancia al respecto, porque para mí, mi trabajo no es eso. A mí me interesa que se hable de mi trabajo, entonces es complicado mantener distancias, pero a la vez saber hacer una buena promoción.

--¿Y cómo promocionaría esta obra?

--Es una obra con muchas aristas. Tiene algo que te fascina desde fuera y vas a ver que está lleno de partes que te pueden pinchar, que te pueden tocar. Hablamos del abuso sexual, del amor tóxico y el espectador va a irse un poco con la cabeza de quién es realmente el monstruo.