Albert Boadella carga contra el "silencio" de buena parte del mundo artístico de Cataluña ante el "régimen nacionalista" gobernante desde hace más de cuatro décadas en esta autonomía. En estos términos se ha expresado el veterano dramaturgo, escritor y actor al recibir este jueves el primer premio Sant Jordi que otorga Societat Civil Catalana, en un acto celebrado en la librería Byron de Barcelona.
Boadella ha agradecido el reconocimiento de la entidad constitucionalista recordando que, hace dos décadas, rechazó la Cruz de Sant Jordi de la Generalitat de Cataluña, que considera la antítesis del galardón recibido ahora: "Esto es un Sant Jordi que trata de liquidar al dragón supremacista", ha dicho.
"Desobediencia y rebeldía" contra los dirigentes nacionalistas
El dramaturgo ha explicado que, tras esos 20 años, no consigue reconocer ya su "vinculación" con Cataluña, y ejerce una "desobediencia y rebeldía" hacia los actuales dirigentes nacionalistas sin tener "presencia artística ni social" y "escribiendo en español".
"Todo esto tan lamentable sucede porque mi lengua materna la han convertido en efectivo militar. Y en lugar de servir para el entendimiento público y el estímulo, nos ha traído una inducción general a la discordia y la xenofobia", ha advertido.
"Decadencia cultural" de Barcelona y Cataluña
En un discurso en el que ha reivindicado que "arte y libertad van emparejados" en el oficio del artista, Boadella ha cargado contra lo que considera "funcionarios del arte, que se comportan como auténticos maestros de la corrección política".
Una actitud de los artistas que, ha denunciado, ha alcanzado en Cataluña "su máxima expresión", donde "la casi totalidad de la farándula aspira a formar parte de los elegidos: el resultado es la decadencia cultural de la ciudad y del conjunto de la región".
"El único hecho diferencial es el silencio"
"Lamento tener que decir que siento desprecio absoluto hacia muchos colegas de mi gremio que trabajan en esta comunidad. Puedo entender sus razones de subsistencia, pero no su silencio, impropio de los comediantes", ha reprochado. Y ha sentenciado: "Es un escarnio a la libertad. No son artistas, son empleados del régimen, cumplen disciplinadamente con los objetivos del gobierno regional, ciudadanos de un territorio que no perciben que el único hecho diferencial que nos queda en Cataluña es el silencio".
Boadella ha recordado que "el arte y la libertad van emparejadas. Los ataques satíricos a los sagrados símbolos del pujolismo me convirtieron en un facha. Entré en el proceso de muerte civil que tantas víctimas ha causado en Cataluña".
Y es que, según ha apuntado, "hay algo más perverso que la censura oficial. Si hoy satirizo algún tabú, me arriesgo a convertirme en enemigo público y a ser arrojado a las masas tuiteras para mi linchamiento. Así que causa pánico expresar una opinión a contracorriente".
Elda Mata critica el "sectarismo instaurado por el régimen nacionalista"
Por su parte, la presidenta de SCC, Elda Mata, ha explicado que la creación del premio Sant Jordi surge "ante la constatación de que el sectarismo instaurado por el régimen nacionalista, que permea la mayoría de las instituciones de Cataluña, las ha inhabilitado para poder reconocer la valía intelectual de cualquier ciudadano que no se exprese en catalán y acorde con el pensamiento único oficial".
La elección de Boadella como primer premiado se debe, según Mata, al reconocimiento de "su inquebrantable compromiso con la libertad y el pensamiento crítico", y en homenaje a su "extraordinaria trayectoria al servicio de la cultura y las artes escénicas".
Víctimas del pujolismo
La dirigente de SCC ha repasado la trayectoria y méritos profesionales de Boadella, añadiendo que es "el máximo exponente de una cultura libre al servicio de la verdad, la razón, la justicia y la dignidad de todos los ciudadanos frente a los abusos derivados de cualquier tipo de fanatismo".
Un "referente moral" que ha sufrido "el señalamiento, el vandalismo, el ostracismo y el sufrimiento", por su enfrentamiento al "régimen pujolista", cuando se convirtió "en bestia negra del régimen nacionalista que todavía hoy nos gobierna".
Mata ha recordado que "a lo largo de cuatro décadas, y especialmente en los peores momentos, Boadella ha provocado la carcajada reconfortante, devolviendo al nacionalismo xenófobo y excluyente una mirada hiperrealista, bochornosa y vergonzante de su patética naturaleza".