Las compañías teatrales más veteranas reclaman su espacio: "Toca un poco de discriminación positiva"

Ser una compañía teatral de provincias no es fácil. Tienen su público fiel, sus estudios y una gran capacidad creativa que tiene que competir con el hándicap de estar lejos de las dos capitales culturales del país por antonomasia, Barcelona y Madrid.

Ante esta situación, 12 de las compañías españolas más veteranas procedentes de nueve autonomías distintas, han dicho basta y han creado En compañíaS, un colectivo en el que se unen el talento y las ganas de visibilizar el trabajo. El resultado es el Festival Rayuela, un evento itinerante que del 7 al 11 de diciembre pasa por Sevilla, para presentar algunos de sus mejores montajes.

Vaivén Producciones

Una de estas compañías es Vaivén producciones, liderada por Ana Pimenta, quien habla con Crónica Global para explicar el origen del proyecto. "Surge de la inquietud de una serie de compañías históricas que tenemos como mínimo 25 años de existencia, que quisimos compartir experiencias de cómo vivían, cómo eran sus circunstancias, su trayectoria, sus dificultades... en su comunidad", recuerda. 

El resultado no ha podido ser mejor. "Así, poco a poco, generamos un espacio de reflexión que se ha convertido de alguna manera también en reivindicación de las vicisitudes que enfrentamos este tipo de estructuras", señala. El problema es lo que hay fuera.

Logo de En compañíaS

"Sobre todo, todas estas compañías se encuentran con unas dificultades de mercado para exhibir un tipo de espectáculos de unas características propias de unas compañías estables, con un sello propio, modelos de creación largos, autorías propias, equipos fieles...", lamenta Pimenta. 

Pero de estas debilidades y fortalezas han sabido sacar una gran oportunidad. "Tenemos una serie de características compartidas que nos han hecho crear En compañíaS. Pero además de reflexionar, encontrar interlocución en las instituciones, de aportar nuestra experiencia, nos preguntamos: ¿qué más podemos hacer? Y fue el Festival Rayuela".

Festival itinerante

El evento, que el año pasado ya recaló en Zaragoza, es "un espacio para exhibir los espectáculos de forma itinerante en ciudades distintas", define la creadora del País Vasco. El resultado no puede ser más excelente.

Además de teatro, las 12 veteranas compañías añaden al festival unos foros de reflexión y debate: "Atendemos todas las partes del hecho creativo y ofrecemos clases de formación".

Raquel Anadón, Jesús Peña y Ana Pimenta

--Pregunta: Ha hablado de resistencias también. ¿De qué tipo?

--Respuesta: La crisis de 2008 golpeó muy fuerte y empezó a primar una especie de teatro más comercial en exhibición pública, y ese ha sido uno de los problemas que nos encontramos. Empieza a primar la cara conocida y unas características en las que la taquilla es la que impera y el producto que proponemos, de creación y propio, ha quedado relegado. Prima lo que renta, lo que rentabiliza más. Eso ha sido un factor que nos influye muy negativamente. Y yo encantado de que existan todos los modelos, pero reivindicamos tener una igualdad de oportunidades, que no prime un criterio comercial sobre todo en los espacios públicos, el privado que haga lo que quiera. El público ha pillado eso del teatro comercial y reivindicamos seguir teniendo nuestro espacio allí.

--¿Y con el festival ustedes hacen llegar sus espectáculos a lugares que igual de otra forma no llegan?

--Por supuesto. Hay espectáculos públicos que, por determinados problemas, entre ellos también los económicos, no llegan a todas las provincias. Pero yo no critico nada de eso, lo que digo es que gente que hemos sobrevivido a varias crisis, que hemos demostrado una calidad y trayectoria potentes, tenemos que poder seguir viviendo de nuestro trabajo.

--¿Qué aportan como compañías?

--Conocimiento, trayectoria, reflexión, riesgo e investigación. Somos herederos del teatro independiente, pero hemos aportado un nivel de estabilidad que merece ser apoyado. Lo somos, tenemos esa ayuda, pero el mercado está siendo muy cruel con estructuras como las que representamos. Hemos de decir: “No nos expulséis”. Somos el pasado y el presente porque trabajamos con gente muy joven, autores nuevos. Somos un abanico de todo lo que se está haciendo.

Cartel del Festival Rayuela

Jesús Peña, del teatro Corsario de Salamanca, otra de las compañías participantes, también defiende la importancia de la veteranía de estos grupos. "Aportamos una experiencia y una forma de hacer que en momentos de grandes dificultades hemos de poner a la vista", defiende.

"Queremos defender nuestro modelo de producción haciendo una enorme defensa de los modelos culturales y artísticos, queremos competir en buenas condiciones con otras producciones basadas en criterios comerciales basadas en cabezas de cartel con gente famosa", argumenta. En definitiva, "defender un modelo de producción y espectáculos teatrales basados en los valores culturales, artísticos y la creación colectiva de los grupos estables".

Entrar en Madrid

El dramaturgo matiza que no son contrarios a lo nuevo, al revés. "Uno de los grandes propósitos de esta asociación es apostar por los valores nuevos sin dar la espalda a la experiencia y al conocimiento, porque es una gran equivocación", afirma.

Otro gran error, indica, es dejar de lado las visiones periféricas. "No se nos da suficiente eco. Nos cuesta muchísimo exhibir en Madrid, no puedes, no accedes a centros de producción público, festivales y no sabes muy bien por qué", critica Raquel Anadón, de Teatro de las Esquinas (Zaragoza). 

Presentación del Festival Rayuela

En este sentido, destaca que el Festival Rayuela es "un ejemplo clarísimo de la producción escénica de este país". "Al final el trabajo está allí, lo muestras y los años en activo son un grado que no has de demostrar", sostiene. "Pero siempre pasas una reválida extraña cuando salimos de nuestra tierra", reprocha. 

"Trabajamos a nivel nacional, pero a los grandes centros de exhibición de Madrid es difícil entrar", insiste Anadón. "Está costando mucho, la verdad, porque estamos en un taller de público para adultos que se copa con cosas más comerciales --que no digo que sean buenas o malas--, pero eso hace que nosotros desaparezcamos".

Reclamo

Según ella, "falta una sensibilidad cultural que a veces no está. Y cuando al público le das un tipo de cosa, demanda eso y cuando le das algo diferente no sabes ni cómo hacerle llegar eso, que necesita ser un público más activo, que salga de la casa y se plantee cosas, y eso se tiene que trabajar".

La directora lo tiene claro: "Creo que ya toca un poco de discriminación positiva para este tipo de compañías con un equipo de artístico fijo, necesitan una mirada con algo de amor para que no nos extingamos". Ellos ya han puesto las medidas necesarias: un festival que cada vez cobra más fuerza.