Daniela Fejerman (Buenos Aires, 1964) vuelve a la comedia tras La adopción, un film más personal y dramático. Lo hace además retomando un tema muy presente en su filmografía, las relaciones familiares y de pareja.
Mamá no enRedes retoma esa incredulidad e incomprensión de ciertos hijos cuando descubren que sus madres tienen vida sexo-afectiva y lo añade a la variedad de relaciones, sexualidades y opciones que ofrece Internet. De allí su título.
Comedia de enredos
Su protagonista es Clara (Malena Alterio) una cirujana estética no al uso que lleva una vida solitaria tras su separación. Sus hijos la empujan a salir más con las amigas pero cuando descubren que lo hace con hombres y que además, como hacen ellos, los conoce a través de redes sociales, no saben cómo vivirlo.
Crónica Global mantiene una charla con la cineasta para hablarnos de este vodevil que invierte los roles y descubre cómo ha sido este rodaje coral que cuenta con grandes actores en su cartel como María Castro, Eva Ugarte y Juan Grandinetti entre otros.
--Pregunta: Esta comedia parte de un caso real. ¿Cómo fue la adaptación?
--Respuesta: En realidad de una noticia que vio Gerardo Herrero, el productor, en la prensa que contaba un chaval de 20 años se encontró el perfil de su propia madre en Tinder. Gerardo me preguntó si veía una película y yo pensé que sería una premisa perfecta para hablar además de cómo las mujeres pueden seguir teniendo vida sexual y/o afectiva y de las formas en que las relaciones familiares se alteran en que el hijo, de repente, acaba siendo el represor.
--Es casi un golpe a los estereotipos que tienen los hijos hacia sus padres, cuando son lo que intentan romperlos.
--Sí. Es difícil que un adolescente pueda ver a sus padres, en este caso a su madre, como un ser libre que es más cosas además de madre. Y sí, a veces, los hijos acaban teniendo comportamientos más conservadores que su propia madre.
--Y por otro lado, habla de un tema que ya estaba presente en su filmografía con A mi madre le gustan las mujeres, el sexo o las relaciones de las madres. ¿Se le da todavía poca visibilidad a la sexualidad en madres o mujeres adultas? ¿El estereotipo sigue tan fijado?
--Por supuesto hemos avanzado en los últimos 20 años, pero sigue costando romper con lo que tienen que ser los roles femenino. Por eso, hacer ficción presentando nuevos modelos es muy necesario. Y si encima se puede hacer en forma de comedia para que estos temas entren de manera divertida y amable, mejor.
--¿Cree que es más efectivo incluso que un documental o un drama?
--La comedia, con esta capacidad que tiene de romper expectativas y subvertir el orden establecido, es un vehículo privilegiado. Ya lo decía Billy Wilder que envuelves las cosas en un bonito lazo y la gente se lo come mejor.
--El lazo por eso sirve para dar golpes a los argentinos, a los jóvenes, al feminismo...
--(ríe) El tópico de los argentinos me lo permito porque lo soy. Luego está también la idea de invertir los géneros. En el sentido en que, en muchas películas se ven a hombres jugar a varias bandas con las mujeres y muy pocas veces vemos que sea la mujer la que lo hace. Además, este juego lo hace de forma distinta porque tiene una vinculación no sólo sexual sino también afectiva con los hombres. Tiene sus contradicciones y su culpa cada tanto, pero lo vive con total libertad.
--¿Se mira mal o se prejuzga esta libertad más en las mujeres?
--Es que estamos muy acostumbrados a verlo al revés. El vodevil con el hombre engañando es algo a lo que estamos muy acostumbrados. Que sea la mujer quien ocupe ese rol y lo haga de una manera tan particular todavía se tiene que reflejar hasta que no haya que invertir esos roles porque de verdad estén igualados.
--Al margen de la sexualidad en las mujeres, aborda las relaciones a través de las redes. ¿Se han convertido en una gran ayuda para eso?
--Creo que, por un lado, las redes abren posibilidades en la búsqueda del amor; por otro, implican una venta de sí mismo. Esto último, al principio, me pareció estresante, luego hablando con amigas y personas cercanas vi que algunas encontraron el amor, otras ligues y pensé: Esto existe y hay que admitirlo e integrarlo. Luego está el aspecto de las redes como impulsoras de modelos de perfección que sí es perjudicial. Eso de que las chicas quieren parecerse a influencers o a ellas mismas con los filtros... Y esto lo abordamos también con la protagonista que es cirujana estética y trata de evitar que una joven quiera operarse para parecerse a alguien que ve en redes.
--La verdad es que la película toca varios aspectos y pone sobre la mesa diferentes cuestiones que afectan a las relaciones y a las redes y para hacerlo también cuento con un gran equipo de actores y actrices. ¿Cómo ha sido el rodaje de esta película tan coral y su casting?
--Es un reparto bastante soñado. Los tres personajes que rodean a Malena, como dice su personaje, hacen el hombre perfecto: Juan Grandinetti, Antonio Pagudo y Ben Temple. Pero también Oscar Ortuño, Sofia Oria, Eva Ugarte... era un reparto que permitía jugar mucho y en el tiempo de ensayos fue un tiempo de probar y proponer cosas, porque son muy buenos comediantes además de grandes actores. Eso hizo que llegaramos más seguros al rodaje que no permite muchos experimentos. A eso se le suma que rodamos en Pamplona, una ciudad preciosa y tranquila, todos fuera de casa y que hizo que se formara una piña de campamento de verano casi. Y eso favoreció el rodaje.
--O sea que hubo lugar a la improvisación.
--¡En los ensayos! Proponían muchas cosas y, a veces, las añadíamos al guión, porque tener actores que son creativos y saben lo que hacen es un regalo para una directora. Lo hicieron todos, desde Oscar Ortuño, a Malena Alterio, María Castro... todos.
--María Castro de hecho es otro azote a los antivacunas y movimientos 'neohippies'. ¿Es por el tema pandemia?
--No, lo habrás pensado porque es una madre que no quiere ponerse la vacuna del sarampión, pero el guión es prepandémico. Lo que es verdad es que los antivacunas es un tema que me pone a mi de los nervios, porque pueden provocar que vuelvan enfermedades que están extinguidas.
--Además, las refleja como personas que pese a hablar de libertades no entienden algunas de ellas.
--Totalmente. Eso lo entendió María a la primera, le da mucho humor a este personaje flower power.
--Y en esa escena y a lo largo de la película los jóvenes reciben y mucho. ¿Es una manera de decirles que no son tan modernos como se creen?
--En realidad es una llamada a no jugar a nadie por lo que hace y lo desea sea de la condición que sea y tenga la edad que tenga. ¡Vive y deja vivir! Es un mensaje que va a todas las edades.
--De hecho, al personaje le cuesta entender el concepto de poliamor.
--Digamos que hay un momento en el que un personaje se plantea quedarse sóla ante lo que vive y quise dar una vuelta de tuerca. De hecho, es un mensaje al espectador en el que se rompe la cuarta pared con un guiño hacia él.
--Ese guiño lo aleja de la moralina o el mensaje de ciertas comedias y películas recientes.
--Es que el cine, y desde luego la comedia, no está para adoctrinar, ni para decir cómo tienen que ser las cosas. Está para abrir ventanas y puertas para que el espectador vea que el mundo puede ser más amplio de lo que pensamos.
--Con este poder que tiene el cine, las salas viven una enorme crisis. ¿Cómo ve el panorama?
--Después de la pandemia, el cine ha recibido una herida muy grande. Todos nos hemos acostumbrado a ver películas en nuestras casas. Pero ahora que vemos las reacciones de la gente en una sala, pensamos: no tiene comparación ver la película en una sala, y más una comedia. En una comedia estar rodeada de gente que se ríe donde tú te ríes y se forma un clima festivo que se contagia es increíble, pero nos está costando. Yo, a veces, soy superpesimista y creo que el cine en sala se acaba y va a ir a las plataformas; otras, intento ver una luz de esperanza. Hace falta que la gente recupere este impulso de ir a pasarlo bien fuera de casa.
--¿La comedia es el mejor remedio en este caso para atraerlos, pese a lo minusvalorada que está?
--Una comedia es un buen reclamo para ir a pasarlo bien. Otra cosa es que esté ninguneada en el mundo de la cultura cinematográfica, en los festivales y entregas de premios. Pero contactar con la gente y sus ganas de pasar un buen rato, reír e incluso reflexionar un poco después si pueden a través de la comedia sí es una buena estrategia.