Helena Girón: "En España tenemos problemas con ver qué ha pasado estos últimos 500 años"
La directora y Samuel M. Delgado presentan el relato posible de unos personajes olvidados por la historia
17 mayo, 2022 00:00Helena Girón y Samuel M. Delgado llevan cerca de un año presentando su primer largo por festivales de todo el mundo, entre ellos el de Venecia, donde participaron en la Semana de la crítica. Aunque lo que más desean es ver la reacción del público general ante Eles transportan a morte.
La cinta, hablada íntegramente en gallego a excepción de un acento canario que aparece con un significado especial, es un viaje o varios. Un recorrido por las historias de unos hombres y unas mujeres marcados por una fecha fundacional en la historia de Occidente: 1492.
Una fecha crucial
Para muchos esta cifra es el inicio del nuevo mundo, la semilla que dio origen a la modernidad y al Estado. Para otros, un encubrimiento sangriento de miles de personas, de culturas milenarias. Un debate que todavía hoy continúa vigente y que estos directores ponen sobre la mesa de una forma poco convencional.
Alejados del relato tradicional y lineal, ambos cineastas beben del cine italiano de los años 50 y lo entroncan a nivel visual con el Akelarre de Pablo Agüero, La noche de reyes de Albert Serra y con Mimosas de Oliver Laxe. Las referencias pueden ser múltiples, la historia una. Y ellos están dispuestos a que el cine participe de una revisión de los relatos que dieron pie a la sociedad que ahora conocemos.
--Pregunta: 'Eles transportan a morte' llega a los cines con un largo y reconocido paso por festivales internacionales, ¿cómo viven ahora el estreno?
--Respuesta: Con mucha ilusión, porque ha costado mucho trabajo, tiempo y detrás hay mucha gente que nos ha ayudado. Está genial el pase por festivales, pero nos hace especial ilusión compartirla con el público generalista.
--¿Esperaban esta repercusión? Porque si bien sus cortos ya fueron reconocidos con este salto al largo debutaron en la Semana internacional de la crítica del festival de Venecia.
--Siempre es una recompensa muy grata, porque uno nunca sabe. A pesar del Covid, pudimos viajar y compartir la película en lugares tan distintos como Lituania, El Cairo, Jeonju (Corea del Sur) y ves los contrastes que se generan.
--Más allá de eso, ¿cómo gestaron la película?
--Todos nuestros proyectos nos llevan un poco al siguiente, la verdad. En nuestra anterior película, Plus ultra, ya empezamos a investigar sobre estos mitos o relatos históricos de conquista o el arquetipo de las brujas. En este proyecto lo que hacemos es acabar de desarrollar, tanto a nivel estético como formal, muchas de las cuestiones que allí planteábamos. Todas nuestras películas, por eso, surgen de la necesidad de saber cómo nos relacionamos con unos referentes históricos que nos marcan culturalmente, de alguna manera, y, en este caso, cuestionamos uno de los mitos fundacionales del Estado.
--En este caso, la fecha es 1492, ¿lo consideran el nacimiento del Estado más allá de la fecha de la conquista de América?
--1492 supone un antes y un después para el imaginario de Occidente. Desde este, llamado, descubrimiento o encubrimiento, como dicen (Enrique) Dussel o algunos teóricos, de esas otras culturas y tierras que hizo Colón pasamos a la era moderna en la que comenzó a fortalecerse la idea de progreso, así como una serie de mitos y discursos que después cristalizarían siglos más tarde. Se visibilizaría una serie de ideas del mundo que nos interesa revisar. 1492 es el origen de una mitología basada en sostener ese nuevo orden colonial y patriarcal que, de alguna forma, llega a nuestros días. Por eso, la película es de bastante actualidad. Nos gusta generar esta tensión entre tiempos, entre pasado y presente, no ver la historia como una línea recta, sino más bien como un nudo de metarrelaciones que se relacionan eternamente.
--Para muchos, este pensamiento es una manera de reescribir la historia, recontarla o incluso pervertirla. ¿Sirve la película a este debate revisionista?
--Creo que lo trágico sería no hacer una revisión crítica de la historia. Es verdad que en España nunca se ha hecho ni a nivel institucional, ni filosófico, ni antropológico... Tenemos un poquiño problema con ver qué ha pasado estos últimos 500 años. Siempre se ha impuesto el discurso hegemónico y tiene todo el sentido revisar todo esto desde puntos de vista diferentes y nuevos como la arqueología, la antropología, las perspectivas de género... Se están descubriendo muchísimas cosas nuevas que abordan problemas que no se habían leído antes. No nos vamos a quedar con un relato hecho por una pequeña élite que es la que se ha impuesto precisamente para sostener este orden que realmente se tambalea, como hemos visto. Es muy necesario y muy sano.
--¿El cine es un lugar desde el que también se pueden dar estas nuevas revisiones?
--Sí, porque, aparte de transmitir desde una narrativa más o menos causal o de transmitir un relato contando una historia más lineal, el cine también tiene toda una posibilidad plástica de transmisión de conocimiento a través de los sentidos, de la poesía, muy particular. Nos permite abordar tanto la historia como el presente desde puntos de vista muy complejos y completos. Me parece un medio muy propicio para repensar cómo nos hemos representado, nos representamos y cómo nos queremos representar.
--Ustedes lo hacen, además, con una poética y una estética muy particular. Rescatan imágenes de archivo e incluso de sus películas anteriores, el formato grabado, los personajes no usan ropa de época... ¿Cómo definirían este acercamiento estético de la película y del tema?
--Siempre nos rompe mucho la cabeza encontrar formalmente cómo enfrentarnos o materializar la película en relación al fondo que tratamos. En este sentido, hacemos películas muy mutantes. En esta película, buscábamos incluir diferentes formas de representación histórica que buscan problematizar esa visión sin fisuras del pasado que quieren imponer. Nos gustaba mucho la idea de los viajes en el tiempo. Está muy presente en la mezcla de formatos que usamos y que nos resultaba tentadora. Usamos materiales de distintas naturalezas pensando que se agrupasen en una unidad orgánica, no que fuera un collage, sino darle una forma aglutinadora. Trabajamos con una puesta en escena de ficción que se cuestiona esa épica clásica de las películas históricas, así como incorporar imágenes rodadas por nosotros de forma más autónoma reveladas artesanalmente que responden a un registro más documental, así como imágenes de archivo de la película Alba de América, de Juan de Orduña --una superproducción franquista sobre el viaje de Colón rodada en 1951-- e imágenes de la última explosión del Teneguía. Este trabajo de montaje fue fundamental para aglutinar todos los materiales y que funcionara de forma orgánica.
--¿Ha sido fácil levantar esta película que no solo hace revisión histórica, sino tan documentada, montada y rodada en gallego?
--Es complicado levantar la financiación, lleva muchísimos años. Pasaron entre seis o siete años desde que empezamos a buscar financiación hasta acabar de rodar. Son procesos muy largos, pero piensas que el proyecto crece y cambia contigo hasta que por fin se rueda. Son procesos realmente largos y a veces muy tediosos. La verdad es que hemos contado con grandes productoras amigas y no pudimos estar mejor acompañados.
--Además, es una película que se sale de los cánones comerciales, aunque se entronca con ese cine español de Albert Serra o de Oliver Laxe. Incluso el 'Aguirre, la furia de Dios', de Werner Herzog. ¿Cree que se ha perdido ese cine más transgresor y que cuesta verlo en pantalla grande?
--Es un problema sobre todo de distribución. Cuesta. Es difícil encontrar un hueco en las salas de cine. Si se pudiera poner de forma más regular y durante más semanas en cines, empezaría a haber una audiencia mucho más segura y fija. Pero cuesta tanto salir del circuito de festivales y proyectar en cines... Eso hace el camino bastante complicado. En cuanto a las referencias, con Eles transportan a morte no buscamos un corte historicista, sino posibilitar un encuentro con esos espectros del pasado y con algo que tiene que ver más con el misterio de la existencia de estas personas, de las cuales tampoco tenemos unos documentos que nos digan exactamente cómo eran. Por eso, nos gustaba la idea de tener la libertad de poder imaginarlos de alguna manera y poder evocar una época más que describirla de forma concreta. En este sentido, Pasolini fue una gran referencia por la libertad con la que aborda este tipo de cuestiones en sus películas, en el vestuario, por ejemplo.
--Y la parte del volcán, esos ascensos, recuerda al 'Stromboli' de Rossellini y a cierto estilo italiano de la época.
--Nos encanta Rossellini y ese cine italiano de la época. Y de Pasolini las que hacen referencia a la Edad Media o Antigua, como Medea. Todo ese cine nos encanta. Incluso Vittorio da Seta, que es un documentalista que nos gusta mucho, sobre todo, por lo que respecta al tratamiento sonoro.
--Ante este panorama y ustedes como docentes, ¿cómo ven a los jóvenes futuros cineastas? ¿Están más desanimados a tener voz propia y hacer proyectos que no se amolden a los cánones?
--Tienen una perspectiva mucho más compleja que la que tuve yo al salir, que ya era. Sí es verdad que al dar clase conectas con los jóvenes y te dan una perspectiva muy potente, porque al mostrarles películas que se salen de lo habitual son como esponjas y les motiva mucho a cuestionarse cosas, a repensar la cuestión formal y cómo relacionarlo con la temática que tratan y les incita a salirse de ese recetario aburrido y esas fórmulas que hay. Lo extraño, realmente, es que haya tantas películas que se parecen cuando hay una enorme heterogeneidad en el mundo. Lo normal sería que cada filme fuera una criatura extraña y distinta. Por eso me gusta dar clases y aprender con ellos. Pero sí, hay miedo a la hora de abordar sus vidas y el mundo laboral. Aunque son autodidactas y dispuestos a llevar a cabo sus ideas.
--Tras esto, y como comentan que enlazan proyectos en forma de nudo, ¿van a seguir con proyectos de carácter historicista?
--La verdad es que el parón del Covid nos vino bien. Ya teníamos la película prácticamente acabada y nos dio tiempo para empezar a ponernos con el nuevo proyecto. Estamos en proceso de escritura del guion, aunque todavía es algo muy embrionario. Será una película que tenemos pensado en rodarla Lanzarote y La Graciosa y sucederá en torno al siglo XVI. En La Graciosa, las mujeres tenían que trasladarse en precarias embarcaciones hasta Lanzarote todos los días a por víveres, cargadas con grandes cestas para intercambiar. Entre ellas, se colará María, nuestra protagonista, que se colará allí para salvar a su madre. Será una joven morisca. Nos interesa abordar la temática de las islas en sus primeros años de colonización.
--Que entronca además con esa crítica al patriarcado, que ya apunta en 'Eles transportan a morte', con esas mujeres que esperan en contraposición del mundo de los hombres.
--De hecho, nos interesaba 1492, más allá de por ser la fecha del origen del Estado y de la modernidad, también creemos que la división sexual del trabajo empezó a cobrar más peso en esa época, así como el disciplinamiento del cuerpo de las mujeres y quisimos trabajarlo desde estos dos relatos contrapuestos: el de los relatos épicos de la conquista y el trágico al que parecen estar abocadas las mujeres en la literatura y demás. A su vez, también se cuestiona que el género es algo que se construye a través de estas narrativas clásicas y cómo afecta a esta construcción.
--Por último, la muerte. No solo está presente ya en el título, sino que sobrevuela a los personajes todo el tiempo y de forma muy patente. Un hecho al que el cine parece darle la espalda más allá de su efecto dramático en las historias, muchas veces. ¿Dirían que es el personaje protagonista que no se ve, pero se siente?
--La verdad es que está muy presente. Los protagonistas masculinos la desafían y buscan cómo cambiar su destino en relación a la muerte. Es un tema que nos afecta a todos, cómo nos afecta la muerte de nuestros seres queridos, amados y cómo nos transforma. Es un miedo que todos tenemos. También el miedo a saber en qué nos vamos a convertir cuando esa ausencia suceda, se materialice. Es algo que todos pensamos. Más allá de la colonización que transporta la muerte, está presente en diferentes capas.