Bruce Weber: “La fotografía mantiene vivo el sentido de la democracia”
El documentalista retrata la vida de un compañero fotógrafo en ‘The Treasure of His Youth: The Photographs of Paolo Di Paolo’
7 mayo, 2022 00:00Bruce Weber es un fotógrafo reconocido internacionalmente. Ha trabajado en el mundo de la moda, ha retratado a diversos artistas y sus retratos de la belleza desnuda masculina han sido tan polémicos como alabados. Inquieto como el que más, no se quedó allí, sus documentales sobre Chet Baker o Robert Mitchum han participado en diversos festivales y el Play Doc vuelve a estrenar otro de ellos en España.
El artista audiovisual retrata ahora a un compañero de profesión en The Treasure of His Youth: The Photographs of Paolo Di Paolo. Un repaso nada al uso de los inicios de este fotógrafo que retrató a lo más granado del cine italiano y emprendió un viaje con el icónico Pier Paolo Pasolini. Aprovechando la ocasión, Crónica Global tiene una breve charla con él.
--Pregunta: Repite en el Play-Doc. ¿Qué le atrae tanto?
--Respuesta: Me gusta porque es como una escuela de cine. Todo el mundo habla de películas, se respiran, y no se trata tanto de negocios como de creatividad, disfrutando de la del otro.
--Este año acude con ‘The Treasure of His Youth: The Photographs of Paolo Di Paolo’, ¿qué le atrajo de este fotógrafo?
--Lo conocí hace sólo cinco o seis años. Fui a Roma, descubrí una foto de él en una tienda de libros y le pregunté algo muy estadounidense, si las fotos que tenía estaban en venta. Y ella me dijo que, obviamente, no. Bromeamos al respecto y le dije que era la única que tenía cosas en la tienda que no estaban en venta. Pero ya sabes como somos los estadounidenses, lo queremos todo, lo queremos comprar (bromea). Las fotografías que vi eran de Paolo di Paolo a Marcelo Mastroiani, Vitorio da Sica, Pier Paolo Pasolini, Anna Mangani. Me pareció que eran fotos que ya vi y nunca las había visto.
--¿Cree que tiene ciertos paralelismos con usted? Durante mucho tiempo ha fotografiado a artistas y gente famosa.
--Nunca quise hacer un documental de un fotógrafo, porque estoy demasiado cerca. De hecho le dije "no quiero hacer una película sobre ti", pero cuando lo conocí y vi las fotografías, le dije "lo único que quiero es ser capaz de vivir de nuevo".
--Cuándo uno ve las fotos de Di Paolo o las suyas, uno cree que esas épocas no se volverán a repetir. ¿Teme que ese mundo haya desaparecido?
--Me encantaría decirte que no. Lo extraño de ese mundo es que si bien ese mundo antes era normal, ahora uno en Estados Unidos debe ir al underground para encontrarlo. Así que ahora somos como bohemios lidiando con el temperamento artístico underground. Helmut Newton siempre decía que la mayoría de fotógrafos hacen la misma foto toda su vida. Y siento que es así y le pasa también a Di Paolo, no importa lo que fotografía, su idea de romance es tan fuerte… Siento que ahora no es tan popular pensar en la belleza y el romance, es casi algo underground, y él todavía tiene esa capacidad de enamorarse de algo. Y lo admiro. Porque con los momentos de cinismo que uno se encuentra en este trabajo él todavía lo romantiza.
--¿Esa idea romántica se ha perdido?
--No. ¿Uno no quiere siempre volver a los orígenes? Uno cuando lee un libro que le encanta piensa que nunca va a sentir lo mismo por ese libro y lo guarda allí en su librería y cuando lo vuelve a coger o lo mira, recuerda lo que sintió. Con las fotos pasa lo mismo, eso es lo excitante, Di Paolo vive de nuevo con sus fotografías después de tantos años. La razón por la que dejó de fotografiar es porque encontró a alguien que amaba y fue un gran amor para él y cuando rompió fue muy duro por ello. Esto es algo que no suele pasar en la juventud que piensa, siempre sienten que hay alguien a la vuelta de la esquina y eso no pasa (bromea).
Para mí hay un momento muy especial en este film, porque es muy difícil que un fotógrafo exprese qué le hizo tomar esa foto. Es muy difícil. Recuerdo un caso que me pasó a mí cuando unos haitianos llegaron a Miami, me acerqué al hospital y vi a un hombre y una mujer con la cara quemada. Les pregunté si podía sacarles fotos. Dijeron que sí y luego me pregunté si era lo correcto y si no debía dejarlos en paz, pero esperaba que entendiesen que me preocupaba por ellos y su historia. Lo mismo con Di Paolo cuando fotografía a niños hambrientos en la calle, él siente eso mismo, porque cree que es demasiado fácil. Eso le pasa a muchos fotógrafos que son muy resilientes. Las imágenes que toman nos hacen recordar, espero, que hay ciertas cosas por las que no debemos volver a pasar.
--Adaptando las palabras de Godard sobre el travelling, ¿diría que una fotografía es una cuestión de moral?
--Sin duda. Pero si pienso por ejemplo en la Met Gala. Hay gente que gasta millones de dólares en hacer vestidos y llevarlos, cuando hay tanta hambre en el mundo, injusticias y se plantea, cómo se entiende. Lo cierto es que es una gala benéfica, que también ayuda a mucha gente. A veces nos ponemos muy juiciosos y pensamos que hay cosas que no son serias. Y si lo piensas, las fotos que a mí me hacen levantarme por la mañana no son tan serias, pero uno las disfruta. También he hecho documentales sobre mis perros, otro que se llama Narices rotas sobre un club de boxeo, otro sobre las manifestaciones de Detroit. Lo mejor que puede pasar y lo más importante es que una fotografía consiga transmitir una experiencia a la gente, que piensen que han visto a esa persona, que signifiquen algo para ellos. Por eso hay un gran sentido de moralidad en la película. Helmut Newton, por ejemplo, que tomaba fotos de gente desnuda. Sé que muchos ahora piensan que son sexistas, pero hicieron que muchos hombres, sobre todo, jóvenes, creciéramos con ellas y pensáramos en la belleza increíble de esa mujer que nunca antes vio. Si hay algo que amo de tomar fotos y grabar películas es que mantienen vivo tu sentido de la democracia. Y, a veces, la gente encuentra en las fotografías algo que no tiene y eso le enfurece.