Patentan una máquina de abrazos como terapia para calmar y aliviar el estrés
El artificio, concebido para una asociación de personas con autismo en Barcelona, es el primero de este tipo que se desarrolla en España
9 agosto, 2020 00:00La pandemia y sus consecuentes nuevas reglas provocan que el contacto físico sea difícil, ya que el distanciamiento social impide dar abrazos. Esta acción, por simple que parezca, es plenamente beneficiosa como terapia para calmar y aliviar el estrés de las personas. Por este motivo, la empresa española GDPI, afincada en el Centro Europeo de Empresas e Innovación de Cartagena (CEEIC), ha desarrollado y patentado una innovadora máquina de abrazos con la ayuda de María Martí, promotora del proyecto.
El proyecto ha sido concebido por petición de una asociación de personas con autismo de Barcelona, de la que María Martí es cofundadora. De un modo experimental y como método de terapia, se implantará en este centro durante aproximadamente un mes.
Una máquina única en el mundo
La máquina de abrazos de GDPI es el primer artificio en España que proporciona esta acción y “por la forma de hacer el abrazo, se podría decir que es la única que hay en el mundo”, señala Enrique Villacé, representante de GDPI.
Desde la empresa explican que las otras dos máquinas existentes de dar abrazos --una diseñada por la científica Temple Grandin y la otra por una empresa situada en los países nórdicos--, necesitan que la persona esté en una posición horizontal. En cambio, la suya ofrece la experiencia con la persona en una posición vertical, ya sea de pie o sentada, que permite envolver completamente a la persona y que el efecto terapéutico sea máximo.
Sistema similar a las tenazas
La única innovación de la máquina de GDPI no es respecto a la forma de abrazo vertical, sino que también consta con una aproximación automática en forma de tenaza de dos palas acolchadas, que envuelven y abrazan al individuo ejerciendo sobre él la presión idónea.
“En los dos modelos preexistentes, te metes en una cabina tumbada y las paredes se empiezan a mover hacia ti; pero la nuestra, gracias a las dos tenazas, te envuelve con un movimiento mucho más idóneo y más parecido al abrazo humano”, expresa Villacé.
Toda la tecnología incluída
Además, la máquina de abrazos cuenta con una forma automática de aproximación o separación de las palas mediante un mando a distancia, con el que el propio usuario puede ajustar y controlar la presión del abrazo según su gusto.
También tiene un sistema gradual de elevación para que las palas puedan colocarse a diferentes alturas sobre cualquier parte del cuerpo y para cualquier estatura, incluso para los niños. Desde la empresa explican que, en un futuro, acompañarán la experiencia del abrazo con estímulos auditivos y visuales.
Un proyecto altruista
La máquina de dar abrazos ha sido un proyecto que ha empezado de una manera “altruista”, ya que se ha desarrollado para la asociación de Barcelona sin ningún tipo de coste. Además, desde la propia empresa, aseguran que la máquina de abrazos es efectiva al 100%.
“La promotora María Martí nos presentó la idea después de ver que las únicas máquinas que había en el mercado necesitaban tener a la persona tumbada, cosa que es complicada en personas autistas, y tenían un precio muy elevado”, explica el representante de GDPI.
Una posible comercialización
Aunque no ha sido planteada a nivel comercial, la empresa deja la puerta abierta a una posible comercialización en el futuro. Después del mes de prueba de la máquina en Barcelona, se hará una réplica, que se dará a la asociación de manera permanente; la original volverá a las instalaciones de la empresa en Cartagena. Con su vuelta, GDPI pensará en el futuro concreto de la máquina de abrazos.
“Hoy en día, la terapia del abrazo sirve para cualquier persona por el nivel de vida estresante que llevamos”, asegura Villacé. Si se decide comercializarla, la pandemia del coronavirus podría favorecer a la empresa, ya que la máquina podría llenar el vacío que ahora provoca la carencia de abrazos debido al distanciamiento social.
Uso en animales
El origen del descubrimiento del efecto terapéutico del abrazo fue por parte de la científica Temple Grandin, que detectó que una ligera presión de dos paneles en los costados, a modo de abrazo, calmaba y desestresaba a las vacas. Dado que el origen fue sobre animales, GDPI considera aplicar su uso también en el sector veterinario.
Enrique Villacé explica que, por ejemplo, "para proporcionar un efecto relajante en aquellos animales que se inquietan cuando necesitan ir a la consulta veterinaria” y añade que "lo hemos probado en mascotas de gente de la empresa y ha funcionado muy bien, incluso había perros que después del abrazo volvían a acercarse por iniciativa propia a la máquina”.