‘Ibiza’, la película de Netflix que indigna a los baleares

Maquillada por un mar de tópicos de borrachera y una fiesta sin fin, Netflix ha presentado recientemente su nueva película, Ibiza, la historia de una treintañera soltera que viaja con sus dos mejores amigas a Barcelona y a la isla. Una vez que las tres chicas llegan a su primer destino, se ven envueltas en una vorágine de alcohol, discotecas y desenfreno. Aunque también queda hueco para el amor. A pesar de esta línea argumental más comedida, el resto de la cinta se presenta como el "peor tópico de descontrol" posible, unido además al nombre de la isla balear, un vínculo que no ha gustado demasiado a las instituciones locales.

Mala publicidad

Lo que podría haber sido la mejor campaña de publicidad para Ibiza, gracias al filón de Netflix y su principal protagonista, la actriz Gillian Jacobs, finalmente se ha convertido en una batalla campal entre la plataforma de streaming y la famosa isla balear. A través de un comunicado, el departamento de Turismo del Consell Insular d'Eivissa ha expresado su indignación ante la emisión de la película, que verá la luz el próximo 25 de mayo.

Antes de comenzar el rodaje, los productores de la cinta se pusieron en contacto con el Consell Insular para tramitar las autorizaciones pertinentes y recibir el apoyo de la institución. El beneplácito jamás llegó a buen puerto, debido al argumento, los tópicos negativos y la mala imagen que estos iban a ofrecer de la región.

Ni siquiera es Ibiza

Sin embargo, la cosa no se ha limitado a una desaprobación pública, pues el Gobierno estudia emprender acciones legales contra la productora por “aprovecharse del nombre de Ibiza sin que ni siquiera se haya rodado en la isla". Este rechazo previo obligó a los responsables de la película a trasladar el rodaje a Croacia y Serbia, durante el verano de 2017. Más concretamente a la isla de Pag, en el norte del Mar Adriático.

Imagen de la película de Netflix 'Ibiza' / NETFLIX

Imagen de la película de Netflix 'Ibiza' / NETFLIX

Allí se grabaron las escenas más locas y desenfrenadas de la cinta, que incluye viajes en limusina, apuestos DJs, discotecas abarrotadas y mucho alcohol. El Gobierno balear no ha tenido constancia de esta imagen hasta hace unos días, cuando Netflix reveló la fecha de estreno oficial de Ibiza, a la que tildan una vez más de “fraude” absoluto.