Ibiza y Formentera, mucho más que playas y discotecas
Un recorrido por el patrimonio natural y cultural de estas bellas islas baleares que la masificación turística no siempre deja conocer
2 mayo, 2018 00:00Ibiza ostenta el reconocimiento de Patrimonio Cultural de la Unesco, mientras que Formentera atesora un capital cultural desconocido por la mayoría de sus visitantes.
La primera presume de diversión garantizada las 24 horas del día, la segunda se vanagloria de sus paradisíacas y exclusivas playas de arena y aguas turquesa en apenas 69 kilómetros de litoral. Las dos son destino de muchas celebridades que llegan durante los meses de verano para fondear lujosos yates en sus costas.
Existe también, y no sin fundamento, la percepción de que en estos destinos más vale disponer de una nutrida billetera para hacer frente a las absurdamente infladas facturas de muchos de sus establecimientos.
Atardecer en Formentera
Ambas islas son todo eso, pero también son historia, tradición, artesanía, buena gastronomía y vinos de la tierra, patrimonio de la UNESCO, Parque Natural, altivos faros o hermosas iglesias blancas. Les damos algunas claves para disfrutar de estas joyas del Mediterráneo con otros ojos, quizá con los que podrán contribuir a que en el futuro la masificación turística sea más soportable para el ecosistema, incluidos sus habitantes.
Praderas de posidonia
Parque Natural de Ses Salines
Este espacio protegido, declarado Parque Natural en 2001, ocupa una gran extensión que va desde el sur de Ibiza hasta el norte de Formentera. La milenaria explotación salinera ha ido modelando un paisaje natural bellísimo y singular. El 85% del parque es territorio marino cuya principal característica es la existencia de las praderas de posidonia oceánica, una planta marina exclusiva del Mediterráneo, que purifica las aguas y forma un ecosistema acuático bellísimo y de gran riqueza ecológica. La importancia de este frágil hábitat ha llevado a las autoridades a promover un plan de concienciación de turismo sostenible. Por este motivo, en octubre tendrá lugar en Formentera el Festival Save Posidonia para sensibilizar sobre la importancia de conservar este valioso entorno.
Ruta de las iglesias blancas
El blanco es una seña de identidad de la arquitectura ibicenca, por algo se la conoce como la Isla blanca, y ese es el color de estas pequeñas pero rotundas edificaciones que en origen tenían un doble uso: el religioso y el defensivo. Allí se refugiaban los lugareños en caso de ataque.
Iglesia de Santa Eulária (Puig de Missa)
La ruta de las iglesias blancas es la excusa ideal para recorrer y descubrir paisajes naturales de gran belleza por los parajes más desconocidos de la isla. La de Santa Eulària (siglo XVI) es una de las más bellas y una de las cuatro iglesias fortificadas, construidas para defenderse de los corsarios turcos, junto a la de Sant Jordi, Sant Antoni y Sant Miquel. Estos hermosos y austeros templos se encuentran esparcidos por toda la isla y para conocerlas todas, necesitarán, con certeza, varios días.
Dalt Vila (Ibiza)
Vista de Dalt Vila (Ibiza)
Su imponente recinto amurallado invita a perderse por sus empinadas calles entre siglos de historia. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1999. La muralla renacentista, construida durante el reinado de Felipe II, cuenta con cinco puertas, la más espectacular, situada en el Portal de ses Taules, nos ofrece una perspectiva magnífica de la ciudad. Esta fortaleza arropa galerías de arte, hoteles, restaurantes, tiendas… Intramuros se encuentran también: la catedral de Santa María, la iglesia de Santo Domingo, el interesante Museo de Arte Contemporáneo, o el Museo Arqueológico (actualmente cerrado por reformas). Sus prominentes baluartes sirven como miradores ofreciéndonos espléndidas panorámicas de la isla.
Museo Monográfico
Busto de la diosa Tanit
Este pequeño museo monográfico muestra, a través de su extensa colección de objetos, los ritos funerarios de las distintas civilizaciones que han poblado estas islas. Está ubicado en el propio cementerio fundado por los fenicios en el siglo VII a. C. En diversas salas se exponen numerosas piezas entre las que destacan: un precioso busto de la diosa Tanit o una cabeza del dios Baco tallada en mármol. Podrán además recorrer parte de la necrópolis y descender al hipogeo de la Mula, que fue descubierto a mediados del siglo XX por la caída de este cuadrúpedo, de ahí su nombre. Una auténtica joya que merece la pena visitar.
Sepulcro megalítico
El sepulcro megalítico de Ca na Nostra es una singular construcción funeraria, datada en el segundo milenio a.C., por tanto es el megalito más antiguo de las Illes Balears. El patrimonio arqueológico de la isla se completa con el castellum romano de Can Blai, del que apenas quedan restos, y el yacimiento prehistórico de Cap de Barbaria.
Faro de es Cap de Barbaria
La piedra es la protagonista también de los muros que durante siglos han servido para delimitar los terrenos y proteger los cultivos, en los que a veces, observamos las inmensas higueras formenteranas que crecen en horizontal sujetas con puntales para así facilitar la recogida de sus frutos y al mismo tiempo proporcionar sombra y cobijo al ganado. La técnica de construcción de estas vallas que nos acompañan por los caminos, se denomina piedra seca.
Molinos harineros
El trigo fue un alimento fundamental en la dieta de los habitantes de Formentera. Tanto es así que llegó a haber hasta siete molinos. Tienen la peculiaridad de poseer seis aspas. El Molí Vell de la Mola, es el mejor conservado y durante los meses de verano se puede visitar de forma gratuita.
Molí Vell de la Mola
Otro alimento fundamental de los isleños y que hoy en día sigue formando parte de su dieta es el peix sec. Ingrediente principal de la ensalada payesa, un delicioso plato tradicional a base de patata, tomate, pimientos y pan seco. Sencillo, fresco y delicioso.
Arroz seco de Can Rafalet
El vino también está presente en la gastronomía de la isla. El clima y la tierra condicionan el sabor de los apreciados vinos de Formentera. Conocerlos, probarlos y saber más de su historia es posible visitando sus bodegas.
Torres de defensa y faros
Situadas en lugares estratégicos, las torres de defensa fueron elementos fundamentales para proteger la isla. La primera, la torre de Sa Guardiola, se construyó en 1749 en el islote de S'Espalmador y a lo largo del XVIII se construyeron cuatro más. En 1949 fueron declaradas Bien de Interés Cultural y, afortunadamente una de ellas, la Torre des Pi des Catalá, recientemente restaurada, se puede visitar.
Los faros formenteranos han inspirado a numerosos artistas. Uno de ellos fue Julio Verne que situó la acción de su novela “Héctor Servadac” en el Faro de la Mola, el más antiguo de Formentera. Justó allí podemos encontrar un monolito en su honor. El faro de Es Cap de Barbaria y la cueva que hay al lado están también presentes en el imaginario colectivo después de que el cineasta Julio Medem lo inmortalizase en la película Lucía y el sexo. Lugares inspiradores desde los cuales admirar inolvidables puestas de sol y postales marinas.
Cala de Sant Vicent
Zapatos artesanos
Al igual que la isla ha sido y es inspiradora para muchos artistas, a otros también les obsequia con la paz y tranquilidad necesarias para crear. Es el caso de José, el artesano que está detrás de Ishvara, una marca de zapatos y complementos artesanales que hace unos años dio el salto a la Gran Manzana. Aquello fue un gran impulso para su marca pero el influjo de estos paisajes pudo más.
En la actualidad, solamente vende en su tienda de Sant Francesc Xavier. Y no le hace falta mucho más ya que como dice una de sus clientas: “El mundo viene a verte aquí”. Armani, Kate Moss, Marni o Miu Miu son algunos de sus clientes habituales. ¿Se puede ser más internacional?