El delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo (i), junto a Juan Antonio Nieto, secretario de Estado de Seguridad / EFE

El delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo (i), junto a Juan Antonio Nieto, secretario de Estado de Seguridad / EFE

Business

El sector turístico critica la "improvisación" de Millo con El Prat

La industria lamenta el daño "a los pasajeros, empresas e imagen del aeropuerto y la ciudad" por la crisis de los pasaportes

18 mayo, 2017 00:00

El sector turístico carga contra la "improvisación" del delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, con la crisis de los pasaportes en el aeropuerto de El Prat. Los intermediarios lamentan el "daño a los pasajeros, empresas e imagen de la ciudad" que han generado las esperas en el hub aéreo barcelonés. 

Uno de los directivos en contacto directo con la industria es Martí Sarrate. El presidente de la patronal Acave saca "tarjeta roja" al Ministerio del Interior y a la delegación del Gobierno por "desplegar una medida sin contar con los medios suficientes".

"Sabían que los países de la zona Schengen tenían seis meses para aplicar la medida. ¿Por qué lo hicieron de golpe, sin haber preparado el aeropuerto ni dialogar con el sector? Fue improvisado y hay malestar", ha indicado Sarrate a Crónica Global.

Respecto al perjuicio causado por los episodios de demoras en los controles aduaneros, el ejecutivo recuerda que "salen dañados los pasajeros, la imagen de la ciudad y los intermediarios, que es quienes se hacen cargo de los viajeros que pierden un vuelo o una conexión".

Queja a Fomento

En el mismo sentido, desde la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV) se lamenta que "la temporada alta repita las largas colas en determinados aeropuertos españoles, sea en equipajes o control de pasaportes".

El presidente de la entidad, Rafael Gallego, ha informado de que entrará una carta de queja ante el Ministerio de Fomento por la "poca coordinación con Interior a la hora de dotar El Prat de efectivos suficientes para los filtros de pasajeros".

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Cola en el control de pasaportes del aeropuerto de El Prat de Barcelona, ayer / @SJHWhitehead

"Por el conocimiento que tenemos, en aeropuertos de fuera de las zonas Schengen se generan esperas que no llegan a la mitad de las que se han registrado en El Prat estos días. No es aceptable", ha manifestado.

"Entendemos que hagan los aeropuertos con vista a generar ingresos: flujos de pasajeros vía duty free y similares. Pero lo que es inaceptable es que, después, los recursos no estén a la altura del tráfico. Precisamente, en las tasas de un billete aéreo o en las ganancias comerciales van esos servicios", ha apostillado Gallego.

"Faltó previsión"

Desde el punto de vista de la seguridad, los errores en la gestión de la crisis están claros, según Jofre Montoto, experto en antiterrorismo. "Se desplegó una medida para la cual no había los medios suficientes", analiza el profesional.

Según él, "sólo las colas de inmigración en Estados Unidos se acercan a las grandes demoras que ha habido en los filtros de El Prat en los últimos días". Para justificar su argumento, cita viajes personales a Bielorrúsia o Israel, entre otros países sensibles.

"El problema subyacente es que se aumentaron los controles con una medida puramente burocrática, pues los filtros ya existían. Pero no había suficientes agentes de policía nacional para ello", asevera.

Pese a la indignación, ¿la medida servirá? "Contribuye a la seguridad, sí. Pero si un terrorista consigue entrar en zona Schengen y después viajar en tren entre países, no es efectivo", avisa.

Y ahora, ¿qué?

El miércoles, el Gobierno ha anunciado una batería de medidas que deberían resolver el problema en "un mes": el 17 de junio. No obstante, los operadores del sector ya están ojo avizor. "A mis próximos clientes ya les recomendaré que acudan al aeropuerto con antelación", admite el gerente de la agencia emisora Sólo Estados Unidos.

En el apartado de operaciones, Marc García, del sindicato de controladores USCA, explica desde la llamada parte aire del aeropuerto que "se deberían dimensionar bien los recursos para un verano que se prevé con mucho tráfico aéreo intercontinental. El fallo en los pasaportes sugiere que no se hizo".

Las fuentes consultadas advierten de que el daño ya está hecho. "Es temporada alta para el tráfico de pasajeros desde abril. No podemos permitirnos más fines de semana de colapso en los quioscos de control de documentos. De lo contrario, torpedearemos la primera puerta de entrada de turistas a Barcelona", concluye Sarrate.