Marian Muro, directora general de Turisme de Barcelona, en un acto público / CG

Marian Muro, directora general de Turisme de Barcelona, en un acto público / CG

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Turisme de Barcelona renegocia su alquiler tras el golpe del Covid al sector

El consorcio de promoción recorta gastos por el descalabro de la industria vacacional, pero mantendrá su sede histórica en el pasaje de la Concepció

24 febrero, 2021 00:00

Turisme de Barcelona, tocado por una pandemia que ha hundido casi por completo al sector que representa, ha renegociado su alquiler. El consorcio de promoción público-privado de la capital catalana conseguirá, no obstante, mantener su histórica sede en el pasaje de la Concepció.

Así lo confirma a este medio la propia organización. El ente de venta de la imagen de la ciudad de forma internacional ha indicado que “no hay previsión de cambio de sede”, y que seguirá en el cuartel general que ocupa en el pasaje gastronómico --sede de Tragaluz, El Japonés, Bocachica y Bocagrande, entre otros--  “gracias a un acuerdo con la propiedad”, que ha rebajado la renta durante tres años.

Litigio zanjado

Turisme de Barcelona conseguirá salvaguardar su delicado estado contable porque un extraño litigio con una particular se ha archivado por desistimiento de ésta.

La ciudadana pedía cuentas al consorcio por su presunta “responsabilidad en la contaminación de los excrementos de las palomas”. Pese a que Turisme avisó en sus cuentas del posible daño patrimonial por una eventual sentencia judicial contraria, la reclamante ha desistido y el impacto ha quedado neutralizado. 

Mitad de presupuesto

Ese bache ha evitado un daño aún más gravoso sobre los libros del instrumento de promoción turística de Barcelona. No en vano, el consejo general de la institución aprobó en enero un presupuesto de 20,65 millones de euros para 2021, menos de la mitad si se comparan con los 54 millones que manejaba antes de la pandemia.

La explicación de la caída de ingresos se centra en la paralización de uno de los dos autobuses turísticos que operan en el municipio, que explota Turisme, y la práctica desaparición de la tasa turística, cuya recaudación ha caído en picado por el descalabro de la ocupación hotelera, pese a que el Ayuntamiento la ha encarecido. De forma paralela, el consorcio no podrá comercializar otros productos complementarios, como entradas.

Un modelo celebrado

Negro sobre blanco, Barcelona Turisme pasará de ingresar 45 millones en venta de productos y servicios y venta y gestión de productos turísticos en 2019 a apenas 11,6 millones de euros este año. La reducción de la operativa del ente público-privado no significa que el organismo esté en la uci: trabaja de forma concienzuda. Ayer mismo, anunció que entraba en el WTTC (Consejo Mundial de Viajes y Turismo, por sus siglas en inglés), una organización que promueve el desarrollo sostenible del sector. 

Los esfuerzos del ente de promoción van encaminados a posicionar la Ciudad Condal cuando despegue de nuevo la actividad y se supere la pandemia. Para posibilitarlo, la directora general, Marian Muro, ha pedido en varias ocasiones coordinación paneuropea con los tests a exigir a los viajeros. Muro, también exconsejera delegada de Julià Tours, predijo que 2021 podría ser el mejor año turístico de la historia en Barcelona. Con todo, la vacunación contra el Covid-19 se ha ralentizado y los operadores esperan una campaña discreta, muy similar a la del año anterior. La recuperación se espera, pero más tarde de lo previsto.