Antonio Llardén, presidente de Enagás, el gestor del sistema gasista español / EP

Antonio Llardén, presidente de Enagás, el gestor del sistema gasista español / EP

Business

Dos tercios del dividendo del gestor gasista español procederán del exterior

Enagás también concentrará en el extranjero sus inversiones hasta 2026, que podrían superar los 1.500 millones de euros

19 febrero, 2020 00:00

Enagás aprovechó la presentación de sus resultados de 2019 para anunciar al mercado una lluvia de millones en forma de dividendo para el presente y los seis próximos años. Si se cumple el plan estratégico revisado por el gestor del sistema gasista español, a su finalización habrá repartido 3.138 millones de euros entre sus socios, buena parte de los cuales provendrá del exterior. En concreto, dos de cada tres euros con los que la compañía retribuirá a sus accionistas (entre los que se encuentra el Estado, que mantiene una participación del 5%).

Actualmente, las sociedades participadas de Enagás en el exterior aportan a los ingresos de la compañía algo más de 120 millones de euros anuales. La hoja de ruta de la compañía contempla que a lo largo del plan estratégico, que finaliza en 2026, la cifra total se vaya hasta los 2.075 millones de euros; de este modo, los ingresos medios por este concepto se situarán en el entorno de los 300 millones de euros por año.

Crecimiento limitado en España

“Estas cantidades complementan nuestros ingresos regulados”, explicaba este martes a los periodistas Antonio Llardén, presidente de la compañía. “En España ya no hay que hacer grandes inversiones porque la mayor parte de las infraestructuras ya están construidas, así que las que hicimos en el pasado se irán amortizando. En nuestro mercado ya no podemos crecer mucho más”, admitió el ejecutivo.

Sin embargo, el compromiso de Enagás es elevar el dividendo un 5% en 2020, en torno al 1% anual durante los siguientes tres años y mantenerlo estable en 1,74 euros por título hasta la finalización del plan. La manera de garantizar esta retribución es recurrir a las inversiones en el exterior, donde sí hay margen de crecimiento.

Una inversión histórica

En 2019, Enagás llevó a cabo la inversión más voluminosa de su historia con la adquisición en dos fases del 30% de la estadounidense Tallgrass. Un esfuerzo de más de 1.600 millones de euros que también llevó aparejada una, hasta entonces, inédita operación para la empresa: una ampliación de capital para financiar parte de la adquisición.

Las participaciones en el exterior de Enagás se completan con su presencia en Chile (a través de GNL Quintero), Perú (TGP), Grecia (donde recientemente adquirió Desfa) y la zona del Adriático, donde participa en el gasoducto Trans Adriatic Pipeline, cuya puesta en operación está prevista para este mismo año.

Creciente aportación a resultados

El escenario con los dividendos tiene su correlato en la cuenta de resultados. En 2019, la aportación de las participadas al beneficio ya se elevó al 35% (algo más de 160 millones de euros). Al finalizar el plan, más de la mitad de lo que gane el gestor del sistema gasista español tendrá que ver, aunque resulte paradójico, con sus actividades en el exterior.

Una situación que ha tenido un caso paradigmático en 2019, toda vez que ha sido el año en el que se ha definido el marco retributivo para el próximo periodo regulatorio (que, en el caso del sistema gasista, discurre entre 2021 y 2026, precisamente cuando acaba el plan estratégico de la empresa). Enagás se ha visto obligada a reaccionar ante la circunstancia de que sus ingresos regulados se recortarán del orden de 100 millones anuales a partir del próximo año. Y lo ha hecho con el incremento de participación en Tallgrass, cuyo rendimiento contribuirá a compensar el recorte retributivo.

De esta forma, la mayor parte de las inversiones que lleve a cabo Enagás durante este periodo también tendrán carácter internacional. Llardén calculó entre 1.000 y 1.500 millones de euros el montante que tendrá a su disposición la compañía para seguir creciendo y, al mismo tiempo, mantener tanto el empleo como el compromiso con sus socios en forma de dividendo.