Sede central de Laboratorios Esteve en la Zona Franca de Barcelona / CG

Sede central de Laboratorios Esteve en la Zona Franca de Barcelona / CG

Confidente VIP

Récord de beneficios y dividendos en los laboratorios Esteve

En 2020 el gigante barcelonés vendió su filial Pensa y adquirió la alemana Riemser

2 septiembre, 2021 00:00

Corporación Químico-Farmacéutica Esteve, de Barcelona, cerró en 2020 uno de los ejercicios más esplendorosos de su larga trayectoria empresarial, que arranca en 1929 en la ciudad de Manresa.

El grupo firmó dos operaciones extraordinarias que han comportado un notable reajuste de su estructura corporativa. Una de ellas es la venta de Pensa, filial especializada en medicamentos genéricos, que fue traspasada a la japonesa Towa por 324 millones.

La otra consistió en la compra de la alemana Riemser, con sede en Berlín y presencia en 24 países, cuyo plato fuerte es su extensa penetración en el canal hospitalario.

Plusvalías

Las magnitudes de dicha adquisición no se han hecho públicas. Sin embargo, se sabe que Esteve asumió una deuda de 362 millones de Riemser, que ya se ha amortizado. Además, aflora en la firma española un fondo de comercio de 83 millones.

El traspaso de Pensa y la entrada de Riemser arrojaron un beneficio neto conjunto de 55 millones, contabilizado en las cuentas de 2020. Los cambios realizados en el perímetro empresarial han supuesto un aumento de la plantilla de 1.487 a 1.620 empleados.

Ajuste del entramado

Al margen de tales iniciativas, Grupo Esteve prosiguió el pasado ejercicio con el proceso de remodelación interna. El objetivo reposa en “racionalizar y optimizar el desempeño de las actividades del grupo”.

Dicha transformación supone simplificar la estructura societaria, eliminar duplicidades, reducir costes y aprovechar al máximo las sinergias de las 23 filiales integrantes de este consorcio de capital familiar, mediante una asignación más eficiente de los recursos disponibles.

Multinacional

Esta panoplia de acciones se tradujo el último ejercicio en un fuerte impulso de los volúmenes financieros, en plena pandemia vírica. La cifra de negocio escaló de 362 a 453 millones, de los que 257 millones corresponden a fármacos y 196 a productos químicos.

Las ventas en España aportan 161 millones. El resto procede de la exportación y del giro de las subsidiarias situadas en Alemania, Francia, Reino Unido, EEUU, Méjico y China. El balance aloja unos fondos propios de 666 millones y un pasivo financiero de 70 millones. Asimismo, la tesorería y otros instrumentos de liquidez suman 74 millones.

Dividendo copioso

En cuanto a los resultados, el flujo de caja se disparó hasta los 111 millones. Las cuentas se rubricaron con un beneficio neto de 64,6 millones, frente a una pérdida de 5,2 millones declarada en 2019.

Para celebrar el cambio de signo, Esteve repartió un dividendo de 88 millones. La asignación se perfeccionó de la siguiente manera. Resulta que Esteve poseía de antiguo el 10% de tres sociedades que a su vez son titulares del capital de la propia Esteve. El laboratorio entregó a sus socios esos títulos, por valor de 70 millones; asimismo cedió acciones de autocartera por 13 millones; y satisfizo 5 millones en efectivo.

Dueños y administradores

El 83% del capital pertenece a la familia Esteve. El 17% obra en poder de Eulalia, Francisco y Joaquín Monleón Pagés.

El consejo de administración está presidido por Antoni Esteve Cruella; consejero delegado, Staffan Schüberg; los vocales son, en representación de los propietarios, Albert Esteve Cruella, Silvia Gil-Bernet Esteve, Jordi Esteve Escoda y Joaquín Monleón Pagés.

Además, en el órgano de gobierno figuran Jesús Caínzos Fernández, Santiago Descarrega Anmella, Javier Cano Lucaya, Julio Rodríguez Izquierdo, Jacques Tapiero y Alessandro Banchi; de secretario ejerce el abogado Jordi Faus Santasusana.