Suspenden pagos las motos eléctricas Ray
La firma barcelonesa, fundada por Íñigo Raventós y Juan Luque, ha registrado pérdidas desde su arranque en 2019
9 abril, 2024 00:00Cortocircuito en la industria catalana del motor. La startup Win Life Electric Vehicles, de Sant Joan Despí, fabricante de las motocicletas eléctricas Ray, ha tropezado en un concurso de acreedores. El expediente corre a cargo del Juzgado Mercantil número 3 de Barcelona. Este ya ha decretado el fallido y designado administrador concursal.
Motos Ray 7.7
Win Life nació en 2019 para fabricar motocicletas eléctricas con la marca Ray. Sus promotores fueron Íñigo Raventós Basagoiti, miembro de la familia propietaria de Codorniu, y su compadre Juan Luque Masó. El año siguiente, la empresa lanzó su primera y única máquina, la Ray 7.7, que se vende por 8.500 euros. Alcanza una velocidad máxima de 125 kilómetros por hora y tiene una autonomía de 150 kilómetros. El 88% de los componentes que se emplean para la construcción de la Ray 7.7 son de origen catalán.
Factoría
Win Life ha comercializado dicho modelo en España, Francia, Suiza, Italia, Austria, Grecia y Luxemburgo.
Las motos se ensamblan en una planta sita en Sant Joan Despí, que cuenta con 30 empleados.
Socios privados y públicos
Para financiar sus actividades, Win Life llevó a cabo desde su constitución una decena de ampliaciones de capital con elevadas primas de emisión. Por tales vías entraron en caja más de 7 millones. Los suscritores fueron diversos inversores privados, así como el Institut Català de Finances, brazo financiero de la Generalitat, que en 2020 adquirió el 17,5% del capital social.
Dicho organismo ha ocupado hasta pocas semanas antes del desplome un puesto en el consejo de administración de Win Life.
Préstamo de la consejería de Empresa
Los fondos del ICF no son los únicos apoyos que dicha sociedad ha recibido del Govern. La consejería de Empresa, liderada por Roger Torrent, le otorgó en 2022 un préstamo participativo de 1,5 millones.
El negocio comercial pujó al alza en los últimos dos años, pero los resultados no acompañaron. Desde que Win Life arrancó un lustro atrás, no ha arrojado un céntimo de beneficio. Por el contrario, las pérdidas acumuladas son de tal cuantía que prácticamente consumieron el capital suscrito por los socios.
Con el procedimiento concursal se abre un periodo de máxima incertidumbre. Cualquier desenlace es posible.
Más fiascos
Además de este percance industrial, los juzgados catalanes han decretado las siguientes insolvencias, en su mayoría carentes de activos.
J. Pérez Valette, de Barcelona. Se trata del negocio de Joaquín Pérez Valette, veterano diseñador de trajes nupciales. Su estudio se encuentra en la avenida Diagonal, junto a Vía Augusta.
Jaz Editors, de Sabadell, promotora de publicaciones científicas y técnicas. Tiene de administradores a Juan Zaplana Hernández y Antonia Colmena Laguna.
Mediterranean House Sitges, con sede en dicho municipio, se dedica a construcción, instalaciones y tráfico inmobiliario. Su socio único es Alejandro Gil Amador. La entidad declara un boquete patrimonial de 0,3 millones.
Old Compacto, de Barcelona, productora de películas y otras obras audiovisuales. Administrador, Aritz Cirbián Casado. En su haber tiene el rodaje de 7 Razones para huir, Todos los caminos de Dios y Puzzle Love.
Old Compacto se constituyó en 2022 por transformación en sociedad limitada de la cooperativa Compacto. Ahora ha solicitado al juzgado un procedimiento especial de liquidación.
Por último, el Mercantil número 1 de la Ciudad Condal dictó la conclusión de la quiebra necesaria de Proconspa XXI, tras once años de interminables trámites procesales. Dicha instrumental, promotora inmobiliaria censada en el municipio valenciano de Paterna, pertenece a Jordi Puig Godes, hermano de Felip Puig, exconseller de Empresa a las órdenes del president Artur Mas. Proconspa fue declarada en concurso forzoso en 2013.