Tormenta sobre Parque Tecnológico de Córdoba
La empresa promotora del recinto industrial se somete a un concurso de acreedores
18 junio, 2020 00:00Parque Científico Tecnológico de Córdoba SA, con sede en dicha ciudad andaluza, se ha declarado en suspensión de pagos. Un edicto publicado por el Juzgado Mercantil de esa capital admite a trámite el expediente, decreta la intervención de la compañía y nombra administrador al despacho Altamar. En nombre de éste actuará el abogado José Rebollo Puig.
Polo de negocios
La empresa se constituyó en junio de 2001 para erigir un polígono multisectorial, un polo de atracción de actividad económica. Se destinaba sobre todo a firmas relacionadas con el mundo de la tecnología, con ánimo de promover la investigación y desarrollo.
De esta manera, se pretendía que la cercanía de los negocios propulsara las sinergias entre ellos y creara nuevas oportunidades. Asimismo, debía dinamizar la industria local y facilitar la transferencia de conocimientos.
Afectados
Hoy alberga sesenta compañías, entre ellas Silos Córdoba, Estampaciones Casado, Innovation Group, Cortec Mecanizados, Smartel y Wul4.
Los 23 millones de capital de Parque Científico Tecnológico de Córdoba SA están suscritos por Caixabank, Universidad de Córdoba, Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Córdoba, titulares respectivos del 35%, 25%, 20% y 4%.
El balance de la entidad, en números redondos, suma un activo de 30 millones y unas deudas de 20 millones. El arrendamiento de naves y otros servicios prestados le reportan unos ingresos anuales de 3 millones. Parque Científico Tecnológico está presidido por Manuel Pineda Priego.
Panificadora Castellana, a la liquidación
Panificadora Castellana no supera el concurso que instó a comienzos de año y acabará en cierre. El Juzgado Mercantil número 1 de Zaragoza ha ordenado la apertura de la fase de liquidación.
La empresa, conocida por la marca Castellana, ha estado dirigida por Oriol Illa Llopis. La firma lleva a sus espaldas ochenta años de historia. Se fundó en Zaragoza en 1940 mediante la apertura de un obrador artesal.
Castellana elaboraba pan, bollería, repostería y pastelería. Luego los vendía por medio de su propia red de panaderías, integrada por siete establecimientos en Zaragoza. También abastecía a pequeñas panaderías, residencias, colegios, empresas de catering, hospitales y grandes empresas.