Una de las sucursales de BBVA en Figueres (Girona) / CG

Una de las sucursales de BBVA en Figueres (Girona) / CG

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BBVA recompra sucursales para no compensar a Merlin tras los cierres masivos

En virtud del contrato de arrendamiento vigente, cada vez que cierra una sucursal, el banco está obligado a aportar otra que reporte la misma renta a la socimi

16 noviembre, 2018 00:00

El BBVA, a poco más de un mes de que Carlos Torres sustituya a Francisco González al frente de la entidad, ha echado cuentas del contrato de alquiler que mantiene con la socimi Merlin sobre más de 900 sucursales, y ha decidido modificarlo.

Inicialmente, la modificación contractual afecta a 166 oficinas, que el banco acaba de recomprar a Merlin, la sociedad inmobiliaria dirigida por Ismael Clemente, por 252 millones de euros. Aunque no se descarta que, en el futuro, se pueda realizar alguna que otra operación similar.

Letra pequeña

El giro dado por BBVA viene motivado por las consecuencias que tiene para el banco el cierre de alguna de las sucursales incluidas en el contrato de alquiler que mantiene con la socimi desde junio de 2014.

La letra pequeña del contrato --del que, hasta diciembre de 2017, formaban parte 862 sucursales y 5 edificios singulares-- establece una especie de blindaje, incorporado por Merlin, por el que, en el caso de que el banco cierre una sucursal, está obligado a sustituirla por otra, en cualquier emplazamiento, pero con la misma renta, para que la socimi no resulte menoscabada en sus intereses.

90 millones de ingresos recurrentes

Hasta ahora, en los cuatro años transcurridos desde que la socimi comprara el paquete del que formaban parte los activos del BBVA, estas operaciones entre el banco y Merlin se habían a reducido a apenas un centenar, de manera que, hasta diciembre de 2017, la sociedad dirigida por Clemente mantenía bajo su control 862 sucursales y 5 edificios singulares arrendados al BBVA, que reportan cada año unos ingresos superiores a los 90 millones de euros.

Estos activos sirvieron de base a Merlin para salir a Bolsa en 2014. Irrumpía entonces en el parqué con la compra, por 740 millones de euros, de la sociedad Tree Inversiones Inmobiliarias, propietaria hasta entonces de más de 1.000 activos arrendados al BBVA, en su mayoría sucursales. La duración de estos contratos de alquiler abarca periodos de entre 2 y 24 años, hasta 2040 en muchos casos.

Cuentas de Merlin tras la recompra de BBVA

Con la recompra de las 166 sucursales por parte de BBVA, Merlin deja de recibir unos 18 millones anuales de rentas recurrentes, y a cambio ingresará esos 252 millones de euros, que le servirá para amortizar parte de la deuda asumida para comprar, en 2014, la sociedad Tree.

En el caso del BBVA, se queda con unos activos que, caso de que tengan que ser cerrados, podrá venderlos sin ningún problema de manera inmediata, y recuperar lo ahora abonado a Merlin. Ahora, con la recompra de las sucursales, se rompe la cláusula leonina que obligaba al banco a resarcir a la socimi con otra oficina, de manera que siempre mantuviera en su poder los mismos activos y el mismo nivel de renta.

Volantazo tras la imparable digitalización

El volantazo dado por el banco, que presidirá Carlos Torres desde el próximo 1 de enero, se relaciona con el cierre masivo de sucursales que la entidad está llevando a cabo antes el brutal cambio que se está viviendo en el sector financiero, con la digitalización imparable de la actividad de los clientes y la llegada de las grandes corporaciones de Internet, como Google o Amazon, abriéndose paso como nuevos players financieros.

En los últimos dos años, el BBVA ha cerrado más de 1.100 oficinas en España y ha prescindido de 7.000 empleados, y, como no se cansan de repetir sus dirigentes, la estrategia se mantendrá en los próximos años, hasta buscar el punto de equilibrio necesario.

Tras cerrar 179 sucursales en 2018, quedan 2.840

Entre enero y septiembre de 2018, el banco todavía presidido por Francisco González ya había cubierto el 77% del ajuste previsto para todo el ejercicio, cerrando 138 de las 179 sucursales previstas, para dejar la red con tan solo 2.840 oficinas.

Todavía lejos de las 1.000 que, como comentaba hace dos años Carlos Torres, podrían ser las necesarias para el BBVA en un plazo no muy lejano.

Un 20% menos de plantilla en una década

En ese sentido, un informe de la consultora Hays, publicado este jueves, barruntaba por dónde irían los tiros en los próximos años, al señalar que la mayoría de los bancos estima que los avances tecnológicos provocarán que, en los próximos diez años, desaparezcan hasta el 20% de los actuales puestos de trabajo.

En el caso del BBVA, esa reducción significaría reducir la plantilla en España, de los apenas 26.000 empleados actuales a poco más de 20.000, repartidos en esas 1.000 sucursales a las que aludía Torres en abril de 2016.