La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, ante el desafío de aprovechar los fondos europeos para el futuro de las plantas de Nissan en Barcelona / EP

La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, ante el desafío de aprovechar los fondos europeos para el futuro de las plantas de Nissan en Barcelona / EP

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El acuerdo en Nissan abre la puerta a Moncloa para revitalizar Zona Franca con fondos europeos

La prolongación del trabajo en las plantas hasta 2021 otorga tiempo extra para perfilar su futuro y poderlo presentar en Bruselas como una vía de incrementar la actividad industrial en el país

6 agosto, 2020 00:00

El pacto alcanzado entre la dirección de Nissan Motor Ibérica y los representantes de los trabajadores para prolongar la actividad de las plantas de la multinacional japonesa en Barcelona abre las puertas de par en par a que el Estado pueda destinar dinero proveniente del fondo de reconstrucción europeo a la atracción de inversiones para dar un futuro industrial a las instalaciones, con su correspondiente impacto para el empleo, y además revitalizar la Zona Franca, para la que la decisión del fabricante de abandonar sus instalaciones en la Ciudad Condal supuso en fuerte mazazo.

El acuerdo asegura la actividad y el empleo en los centros de trabajo hasta finales de 2021, lo que otorga algo más de tiempo a las Administraciones Publicas (también a la Generalitat de Cataluña y el Ayuntamiento de Barcelona) para tratar en encontrar una salida que asegure el futuro de unas instalaciones consideradas como privilegiadas más allá del tiempo en que Nissan siga produciendo en ellas.

Empleo e industria

Sin embargo, al contrario de lo que sucedía cuando la compañía japonesa anunció su próxima salida de Barcelona, ahora hay sobre la mesa una baza más que valiosa para lograr el objetivo, como es la posibilidad de contar con el fondo europeo de reconstrucción.

“La situación se adapta perfectamente a lo que exigirá la Comisión Europea para otorgar las partidas”, apunta a Crónica Global una fuente conocedora de las negociaciones para la consecución de este fondo, en el marco del Presupuesto multianual comunitario (2021-2027). “Se trata de un proyecto que aúna dos de los preceptos más importantes para obtener las ayudas: fomentar el empleo y cumplir con las recomendaciones de la Comisión Europea a cada uno de los Estados miembros”.

Un 'hub' de movilidad sostenible

En el caso de España, una de esas recomendaciones pasa por elevar el peso de la actividad industrial en su Producto Interior Bruto (PIB), que actualmente se encuentra notablemente por debajo de la media de la Unión Europea. Aún si se incluye al sector energético, la industria apenas alcanza un 14% del PIB en España frente a una media comunitaria del 20%.

Entre las posibilidades para asegurar la continuidad de los centros de producción que seguirá explotando Nissan hasta finales del próximo año se encuentran la llegada de un nuevo fabricante, pero también la creación de un hub tecnológico destinado a la movilidad sostenible, esencialmente al desarrollo del vehículo eléctrico, el plan que no fue posible desarrollar con Nissan.

El impulso de Foment del Treball

En este sentido se enmarca la iniciativa que puso en marcha la patronal catalana Foment del Treball, con la constitución de la Mesa de la Automoción y Movilidad, en la que, además de destacados miembros de la industria, también intervienen las Administraciones públicas y los sindicatos.

Desde el primer momento, el presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez-Llibre, se ha mostrado esperanzado en encontrar un futuro para unas instalaciones que considera absolutamente privilegiadas, gracias a la presencia del Puerto y todo lo que aporta la Zona Franca, y también para la fuerza laboral de los centros de producción.

Sin tiempo que perder

Un trabajo para el que tampoco queda excesivo tiempo. El Gobierno deberá presentar a la Comisión Europea el próximo otoño un plan nacional de reformas para que empiece a ser evaluado por el Ejecutivo comunitario a fin de obtener su bendición para empezar a recibir cuanto antes unos fondos que, en el caso de España, ascenderían a unos 140.000 millones de euros.

En el caso de la decisión adoptada en su día por Nissan para abandonar Barcelona, se acusó a las Administraciones Públicas, especialmente a la Generalitat de Cataluña y al Gobierno central, de no haber reaccionado a tiempo, de forma que cuando quisieron presentar propuestas a Nissan para que se quedara era demasiado tarde porque la decisión estaba tomada desde hacía tiempo.

 

 

Miguel Ruiz Fernández, miembro del Comité de Empresa de Nissan-Barcelona / EP

Ubicación de privilegio, plantilla cualificada

En este sentido también se ha pronunciado el secretario de UGT FICA en Nissan, Javier Hernández. “Siempre hemos dicho que debemos ganar tiempo y el cierre en 2021 nos lo da”, aseguró a Crónica Global, apenas unos minutos después de que se alcanzara el principio de acuerdo con la dirección de la compañía en España.

“Esta fábrica de Zona Franca tiene una ubicación interesante dentro de la estructura industrial en Barcelona, y tenemos mano de obra muy cualificada. Ojalá llegase una inversión para que tuviera futuro y con los fondos europeos podamos atraer alguna empresa o inversión”, ha apuntado.

Mantener el empleo

El representante de los trabajadores ha justificado la decisión de los sindicatos de ceder en su posición de rechazo total al ERE de Nissan en aras de salvar el empleo en las plantas. “Vimos que la empresa se ponía dura con el ERE y pensábamos que, terminado el periodo de consultas, se iba a poner a despedir. Nosotros queríamos asegurar toda la plantilla y evitar bajas traumáticas”, ha recalcado Hernández. Y, en efecto, no las habrá. El acuerdo contempla solamente bajas voluntarias entre la plantilla.

Paradójicamente, pese a las arduas negociaciones que han llevado a este acuerdo y a los tres meses largos de huelga y movilizaciones por parte de los trabajadores de Nissan en Barcelona, la batalla no ha hecho más que empezar. Ahora empieza lo más complicado. Pero con la perspectiva de los fondos europeos, el desafío parece más asequible. Eso sí, dependerá en gran medida de la agilidad de las Administraciones Públicas y su capacidad para aprender de errores del pasado.