Oriol Amat, economista: “El precio de la vivienda es ya una amenaza para la estabilidad financiera y afecta a jóvenes”

El acceso a la vivienda se ha convertido en uno de los principales quebraderos de cabeza para la sociedad española. Así lo advierte Oriol Amat, catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de la Universitat Pompeu Fabra Barcelona School of Management, quien alerta de que el encarecimiento de los precios inmobiliarios no solo afecta a las familias y a los jóvenes, sino que representa “efectos negativos en el crecimiento y la estabilidad financiera en los próximos años”, según recoge Líder Actual.

En una entrevista reciente, Amat subraya que, aunque los precios de la vivienda han superado en algunas zonas los niveles previos a la crisis de 2008, el contexto es distinto. Hoy el sistema financiero está más preparado para absorber riesgos, pero el problema es otro: “El desequilibrio entre oferta y demanda es enorme, y eso genera tensiones sociales y económicas que van más allá del bolsillo de las familias”.

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La presión sobre los jóvenes y las clases medias

El economista señala que el aumento de los precios golpea especialmente a los jóvenes y a las rentas medias y bajas, quienes encuentran cada vez más difícil acceder a una vivienda. La falta de construcción de vivienda asequible y la creciente inversión extranjera en inmuebles en grandes ciudades están alimentando esta escalada. “Si no se amplía la oferta de vivienda, los precios seguirán aumentando y con ello se frenará el crecimiento económico y la cohesión social”, advierte.

Amat recuerda que el mercado inmobiliario tiene un efecto arrastre sobre el resto de la economía: condiciona el consumo, la capacidad de ahorro, el emprendimiento y hasta la natalidad. “Cuando el acceso a la vivienda se convierte en un problema estructural, se resiente el bienestar de toda la sociedad”, explica.

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Crecimiento económico con luces y sombras

Aunque España lideró el crecimiento de la eurozona en 2024, con un alza del PIB del 2,7% según el Banco de España, Amat avisa de que ese crecimiento tiene bases frágiles. Gran parte del impulso proviene del gasto público y de los fondos europeos, lo que lo hace coyuntural. Además, el auge se concentra en sectores de bajo valor añadido, como el turismo, que genera empleo, pero con salarios bajos y escasa estabilidad.

“Es positivo crecer, pero no podemos conformarnos con un modelo que no mejora el bienestar individual al mismo ritmo que el PIB. Para que el crecimiento sea sostenible necesitamos reformas estructurales que impulsen la productividad, la innovación y sectores con capacidad exportadora”, afirma.

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Otros retos: pensiones, empleo y defensa

Más allá de la vivienda, Oriol Amat pone el foco en otros desafíos de la economía española y europea. Entre ellos, el sistema de pensiones: “Si no se incrementa la tasa de empleo y la productividad, no se podrán garantizar pensiones adecuadas en el futuro”. Propone combinar medidas como la lucha contra el paro juvenil, la diversificación de fuentes de financiación y el fomento de planes de ahorro complementarios.

Sobre la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas, el economista se muestra prudente: “Puede mejorar la calidad de vida, pero si no se hace con consenso y medidas de acompañamiento, puede traducirse en menos contrataciones o en un aumento de precios”.