
Jaume Guardiola e Illa se saludan en el Cercle
El Cercle pide a Illa que se aleje de la izquierda y abrace a Junts
El empresariado catalán agradece al presidente de la Generalitat haber recuperado la normalidad institucional tras el procés, pero desconfía de sus acuerdos con los Comuns y ERC y resucita el mantra de la sociovergència
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Salvador Illa ha superado su primer examen ante el Cercle d'Economia como presidente de la Generalitat. El empresariado catalán ha bendecido al socialista, que ha devuelto a Cataluña a la normalidad institucional tras el procés, pero también le ha expresado sin ambages sus reservas.
En este punto, el lobby empresarial conecta de forma directa con la gran patronal catalana, Foment del Treball, que no se muerde la lengua a la hora de criticar los acuerdos de Illa con la izquierda del PSC.
Si bien las jornadas han sido un oasis socialista, donde los dirigentes del PSC se han sentido cómodos y bien acompañados, el acercamiento del Govern a las posturas de los Comunes, ERC o la CUP no gustan. De hecho, preocupa comprobar hasta qué punto el relato político se contamina por aquello que el Cercle considera "populismo antieconómico"

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, cierra la 40 Reunión del Cercle d'Economia
El foro económico llegó a su fin con un tête-à-tête entre el presidente Jaume Guardiola y el president Illa, después de tres días de intensos debates sobre el futuro de Europa ante un escenario geopolítico convulso, con la OPA hostil del BBVA al Banco Sabadell como telón de fondo y gran culebrón.
En la charla entre ambos dirigentes se mantuvo en todo momento el respeto e incluso la admiración. Pero Illa se marchó del foro con una advertencia clara de la élite económica: si quiere ser un presidente de largo recorrido, debe alejarse de los Comuns, ERC y la CUP e impulsar medidas con Junts, sobre todo en materia de fiscalidad y vivienda.
La histórica 'sociovergència'
Las palabras de Jaume Guardiola, presidente del Cercle, sorprendieron incluso a los propios socios. En su última intervención al frente del foro económico, el banquero catalán espetó a Illa que algunas de sus medidas "no son las más adecuadas" para lo que Cataluña necesita. Señaló sin tapujos el peaje político que el PSC paga debido a su falta de mayoría parlamentaria.
“Sus propuestas surgen de la necesidad de pactar con partidos alejados de la centralidad del país”, dijo Guardiola, que aprovechó para lanzar su ambiciosa petición: “Hace falta poner las luces largas y llegar a pactos más transversales con el principal partido de la oposición".

Barcelona
Con este discurso, el Cercle resucitó la históricamente reclamada sociovergència, aquel pacto nunca consumado entre pujolistas y maragallistas que atesoró velada influencia en municipios, diputaciones o medios de comunicación durante décadas, pero que quedó enterrado con el procés independentista.
Junts se borra del Cercle
Nadie en el foro económico esconde su preferencia por un pacto con Junts antes que con los Comuns. En la ecuación sólo hay un problema: Junts. El partido está "secuestrado emocionalmente" por Puigdemont, según explica un viejo dirigente de CiU a Crónica Global, y se ha borrado de todos los debates del presente.
Junts ha obviado incluso las jornadas del Cercle, por donde sólo se han paseado brevemente Albert Batet, Artur Mas y Victòria Alsina. Incluso se borraron los sospechosos habituales de otros años, como Ramon Tremosa o Jaume Giró. Quien sí acudió fue Jordi Pujol, añorado y querido por su trato a los empresarios cuando Convergència estaba a la altura del pulso económico catalán.
Illa no se arruga y se defiende ante Guardiola
Tras el primer varapalo de Guardiola, Illa no se arrugó, y lejos de justificarse, defendió sus posturas. Llegó al foro con un as bajo la manga. Un anuncio que buscaba marcar terreno: la Generalitat ya dispone de 665 solares cedidos por 226 municipios catalanes, donde prevé levantar 21.289 viviendas destinadas al alquiler social. Es, según el presidente, un primer paso tangible hacia los 50.000 pisos prometidos hasta 2030.
Illa defendió su plan con convicción. Aseguró que “la desigualdad ahora tiene el nombre de política de vivienda” y que, ante cualquier fallo de mercado, su Ejecutivo no dudará en intervenir. Fue, sin duda, un atrevimiento hablar de regular aún más el mercado ante una sala en las antípodas de esta visión.

Diálogo entre el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, y el presidente del Cercle, Jaume Guardiola
Recursos para servicios públicos
Tampoco hubo entendimiento en materia de política fiscal. Cuando Guardiola preguntó sobre la posibilidad de una posible bajada de impuestos, el presidente avisó que para sostener la sanidad, la educación y reducir las desigualdades, no basta con confiar en el crecimiento económico. Hace falta política social. Y no es barata.
¿Y cuál es el límite de la presión fiscal?, se preguntaba la sala. Illa respondió: aquel momento en el que los impuestos desincentiven las inversiones, un extremo que, de momento, aún no ha llegado.
Acercamiento sobre el aeropuerto y la OPA
Más alineamiento hubo, en cambio, en dos temas de gran calado económico: la ampliación del aeropuerto de Barcelona y la OPA del BBVA sobre el Banco Sabadell.
Sobre El Prat, Illa reiteró su posición favorable a la ampliación, aunque matizó que debe hacerse a partir del consenso que surja de la comisión de expertos, en la que también participan sus socios de gobierno, contrarios al proyecto. “Todo el mundo sabe lo que pienso”, zanjó el socialista.
En cuanto a la OPA, fue más claro que nunca: “Yo preferiría que no saliera”. Fue la primera vez que expresó su rechazo con tanta contundencia. Por la mañana, en el Parlament, ya había deslizado que el Ejecutivo catalán también se ha movido en este tema, aunque “de forma discreta”.
La operación está ahora en fase de consulta pública, antes de que el Ministerio de Economía decida si la lleva al Consejo de Ministros, que podría imponer condiciones adicionales.
Terminada la ponencia e inciada la ronda de canapés, el empresariado comentó que, esta vez sí, Cataluña tiene un presidente con firmeza; que escucha, pero no somete.
El empresariado está dispuesto a apoyar a Illa, pero le exige contrapartidas políticas. Preocupa que el populismo en vivienda y fiscalidad cale en la sociedad catalana. Por ello, el Cercle pide que se rompa con la izquierda y se mire a Junts, si es que este último está dispuesto a escuchar.