Junta de accionistas de Grifols el 14 de junio en Sant Cugat del Vallès, Barcelona

Junta de accionistas de Grifols el 14 de junio en Sant Cugat del Vallès, Barcelona Cedida

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Un socio histórico de Grífols baja su participación a mínimos de 15 años en vísperas del Día del Inversor

El fondo Capital Group era el segundo accionista tras la familia fundadora antes de la crisis de Gotham, en la que llegó a prestar títulos en plena ofensiva especuladora

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Grífols prosigue su particular travesía por el desierto en busca de recuperar la confianza de los inversores, pero también con la pérdida de apoyos en este camino. El último caso ha sido el de uno de los socios históricos de la compañía desde que se convirtió en cotizada. El estadounidense Capital Group ha dejado de ser accionista significativo del productor de hemoderivados.

Tras rebajar su peso en la estructura accionarial de Grífols por debajo del 3%, Capital cuenta con la menor participación en la farmacéutica en 15 años. En concreto, desde que en 2010 declaró su primera posición como accionista significativo.

La sede central de Grifols en Sant Cugat del Vallès (Barcelona)

La sede central de Grifols en Sant Cugat del Vallès (Barcelona) Europa Press

 

Desde entonces, Capital ha sido el accionista más fiel de la empresa, además de la familia fundadora. De hecho, hasta la llegada de la crisis provocada por la publicación del informe de Gotham City Research, el fondo norteamericano era el segundo socio de la cotizada, sólo por detrás de los Grífols.

A raíz del desplome bursátil que la compañía sufrió a comienzos de 2024, Capital se convirtió en un accionista menos estable. Antes de aquel hito, su participación superaba ampliamente el 6%. Desde entonces, ha reducido de forma paulatina este peso, hasta desaparecer de los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)

Pero además, Capital Group también fue de los más activos a la hora de prestar acciones de Grífols en el mercado, cuando el valor era víctima de un agresivo ataque especulativo.

Un movimiento que llamó la atención en el mercado, dado que buena parte de la operativa de los fondos especuladores se basa en la toma de títulos prestados. Tras su inmediata venta, estos vehículos las adquieren cuando el valor ha experimentado una considerable bajada, con el fin de devolver el préstamo. La diferencia entre los precios de ambas operaciones determinan el beneficio de la operación. 

Un momento inoportuno

La desescalada de Capital como accionista de Grífols llega en un momento especialmente inoportuno para la compañía. Y lo es tanto por los acontecimientos más recientes como por el horizonte más cercano. A finales del pasado noviembre se esfumó la posibilidad de que Brookfield lanzara una OPA por el 100% del productor de hemoderivados. 

El fin de las negociaciones con la familia fundadora con vistas a una oferta conjunta frustró una posible vía de salida para socios como Capital. Las expectativas de una eventual maniobra de este tipo llevaron a los títulos de la farmacéutica por encima de la cota de 11 euros. 

El cierre sin éxito de la negociación devolvió a la acción por debajo de nueve euros, zona donde cotiza hace ya unas semanas. 

Mientras, en algo más de dos semanas Grífols tendrá una de las citas clave de los últimos meses, con la celebración de un encuentro multitudinario con analistas e inversores. Un Capital Markets Day previsto, en realidad, para otoño pero que la posible OPA obligó a retrasar. 

Fachada de la Bolsa de Nueva York en Wall Street

Fachada de la Bolsa de Nueva York en Wall Street

La cita se aguarda con expectación por el mercado, que espera que la compañía ofrezca una visión algo más despejada sobre su futuro Y también, un plan definido para reducir deuda, más allá de las refinanciaciones acordadas en los últimos meses, que le han permitido despejar vencimientos significativos hasta 2027.

La presencia de Capital como socio de referencia de Grífols se remonta a la fuerte apuesta que la compañía hizo por EEUU con la compra de Talecris. Una operación que también supuso el aterrizaje de la farmacéutica en la Bolsa de Nueva York, en la que cotiza con sus títulos clase B, con menores derechos políticos.

El papel de los fondos

De hecho, Capital también es un accionista significativo de Grífols en Wall Street, con una participación en torno al 8%. Otros fondos que invierten en las acciones de Grífols que fluctúan en la bolsa neoyorquina también han tomado paquetes significativos en el caso de las acciones clase A.

Entre ellos, figuran Armistice y Millenium. En su día, también lo hizo Flat Footed, que ahora forma parte del grupo de fondos activistas que se han hecho con un puesto en el consejo de administración. 

Estos accionistas han reclamado públicamente mejoras en la gobernanza de Grífols. Concretamente, el cese de las operaciones vinculadas con Scranton Enterprises. Y también, que el consejero Tomás Dagá, con una duradera y estrecha relación con la familia fundadora, abandone el órgano de gobierno

Tras algo más de 13 meses desde que se desatara la crisis de Gotham, Grífols cotiza con una penalización del 40% en relación con el cierre de la víspera de la publicación del informe.