Trilantic hunde los restos de Pachá y negocia irse de Mallorca
El fondo que dirigió el gigante de ocio nocturno hasta 2023 maltrata los cuatro restaurantes que se ha quedado y escucha ofertas
Trilantic Capital Partners no consigue levantar los restaurantes-espectáculo Lío. El fondo de inversión que dirigió Grupo Pachá, y que vendió en 2023 para quedarse solo con los cuatro locales, no logra rentabilizarlos. Tanto es así que negocia dejar el último que abrió, el de Palma de Mallorca, inaugurado hace apenas un año y medio.
Lo han detallado fuentes cercanas a Trilantic, un vehículo inversor creado por exdirectivos de Lehman Brothers y que entre 2017 y 2023 estuvo al frente de la marca de las dos cerezas. Se la vendió a la dubaití Five Holdings en 2023, como avanzó este medio, y se quedó con los cuatro restaurantes-show en Ibiza, Mikonos, Londres y Mallorca.
Este último, que prometía ser la joya de la corona, avanza tan al ralentí que el private equity negocia dejarlo. Y, en paralelo, el fondo escucha ofertas por todo el grupo, según deslizan voces conocedoras del vehículo.
Conversaciones con los Fluxà
Este medio ha preguntado oficialmente a Lío, sin recibir respuesta. Otras fuentes del sector han confirmado que Grupo Lío "negocia dejar Mallorca tras el mal resultado en el paseo Marítimo de Palma".
La retirada, que se ha explorado con los propietarios del local, la familia Fluxà -dueña de Iberostar y Camper- conllevaría retirarse de una inversión de 10 millones de euros a los 1,5 años de estrenarla. "Ha facturado nueve millones, pero es insuficiente".
Problemas de rentabilidad
Cabe recordar que Lío Mallorca abrió en 2023, siendo el último activo en añadirse al portafolio del grupo. Ocupó el edificio-torre de la antigua -y célebre- discoteca Tito's.
Trilantic invirtió cerca de diez millones de euros en reposicionarlo, aunque ahora el producto funciona solo a medio gas. "Mallorca no es Ibiza, y el Lío funciona en las cenas y no como club nocturno", insisten estas fuentes.
Competencia
A ello se le ha unido la competencia que le plantea Amok, un nuevo club que abrió puertas el pasado verano de la mano de, precisamente, exdirectivos de Grupo Pachá.
El espacio se ha consolidado en el segmento de ocio nocturno puro, arrebatándole potenciales clientes en esta franja de madrugada, cuando se dispara el gasto en botellas de calidad.
Arranque accidentado
De hecho, el arranque de Lío Palma en 2023 ya fue accidentado por el retraso en la reforma, que obligó a alquilar un equipo de sonido ad hoc.
Fue el último tropiezo de Trilantic antes de desprenderse de la mayoría de Grupo Pachá y cederlo a Five. Tras ello, ha sido incapaz de levantar el negocio. "La cena y el show son servicios muy caros con poco margen. Las copas, lo que tiene más margen, no logran fidelizarlas. La gente se va después de la cena", sentencian fuentes del sector.
Pachá va bien; Lío, no
En cualquier caso, Pachá y Lío han seguido caminos muy distintos desde su bifurcación en 2023. El grupo de las dos cerezas "ha cerrado una buenísima primera temporada completa" y prepara inversiones, como el derribo de Destino Ibiza para reabrirlo en un hotel de la cadena Five.
Por contra, Lío y sus restaurantes-cabaret no han aumentado portafolio y, de hecho, los cuatro activos que tiene renquean. Del póker de Ibiza, Mallorca, Mikonos y Londres "solo funciona bien el primero", insisten fuentes del sector.
Pendiente de la concesión
Y el activo estrella está en falso. Es así porque se encuentra en concesión en Marina Ibiza, que explota el Grupo de Empresas Vicente Marí. El restaurante tiene permiso hasta 2025 y la operadora, para siete años más.
Por el momento, los Marí -segundo conglomerado familiar-empresarial de Ibiza tras los Matutes- no han tomado la decisión de renovar a Trilantic o buscar a otro operador. Sigue pendiente.
El legado de Ricardo Urgell
La senda dispar de Grupo Pachá y Lío es ejemplo, según el sector, de maneras de gestionar de forma distinta el legado del empresario catalán Ricardo Urgell, que testeó la marca Pachá en Sitges en 1967.
El veteranísimo directivo de Sitges (Barcelona), uno de los premiados en la gala de la patronal Fecalon hace unas semanas, armó un auténtico conglomerado de clubes, hoteles y restaurantes. En 2017 se lo compró Trilantic, pero su gestión fue controvertida. De hecho, el private equity llegó a perder 118 millones en seis ejercicios, avanzó Cinco Días.
Ahora, Five ha enderezado el rumbo en apenas año y medio, y conduce la enseña global de las dos cerezas con mucho más tino, opinan directivos del sector.