La "mejor hamburguesería de Barcelona" cierra tras sólo dos años en el local maldito de la calle Ferran
- La Burguesa tropieza en el mismo inmueble en el que se estrelló el grupo Bacoa hace sólo un lustro
- Más información: Souvenirs, comida basura y cannabis: la degradación de la calle Ferran
La que fue anunciada como la mejor hamburguesería de Barcelona ha durado sólo dos años. La Burguesa, ubicada en el número 10 de la calle Ferran, acaba de bajar la persiana. Y no es la primera vez que ocurre lo mismo en este local del centro de la ciudad, que comienza a estar maldito.
Antes del traspié de la cadena La Burguesa fue Bacoa la que se estrelló en esta calle. Su local duró apenas cinco años, entre 2016 y 2021, cuando la pandemia obligó al grupo a reestructurarse y cerrar casi todos sus establecimientos.
De oficina bancaria a hamburguesería maldita
Antes, el negocio fue una sucursal de Caixa Laietana, reconvertida en una oficina de Bankia, que cerró en 2012, en plena crisis económica.
El local no encontró una nueva vida hasta 2016, que fue cuando el grupo Bacoa se popularizó por sus bocadillos a precios razonables. Pero no convenció a los turistas -los únicos que transitan la tan decadente calle Ferran- y fue sustituida por La Burguesa hace dos inviernos.
Triste estampa de la degradación del centro
Parte de culpa la tiene la triste estampa de esta vía comercial, antaño plagada de lujosos locales -con fachadas e interiores modernistas ahora desaparecidos- y refugio de la burguesía más granada de Cataluña.
Pero tras la crisis y la rendición de Barcelona al turismo, el lujo dio paso a las tiendas de souvenirs, de cannabis o de comida rápida, como La Burguesa o Bacoa, y los negocios centenarios cierran paulatinamente.
Turismo y delincuencia
Por poner un ejemplo, alrededor de la extinta hamburguesería se encuentran dos pubs irlandeses, un local de té con burbujas taiwanés y tres tiendas de helados.
Desde la papelería Belles Arts, uno de los últimos negocios familiares de la vía, explicaron a Metrópoli que la zona es "la meca de la Mafia", y que el consistorio ha permitido que se pierdan joyas modernistas para dar paso a negocios sin alma. Además, en la calle Ferran los delincuentes campan a sus anchas, atraídos por los robos a los turistas.