Grífols revive en las últimas horas los momentos más críticos de la crisis que se inició hace ahora casi 11 meses con el informe de Gotham City.
La salida en tromba del capital por fondos oportunistas que entraron en el valor al calor de la posible OPA de Brookfield, huyen en estampida tras el fracaso de la intentona del inversor canadiense. El movimiento se ha traducido en un desplome del 19,25% en apenas dos jornadas.
Mínimos desde agosto
En términos de capitalización bursátil, el agujero generado en la valoración de Grífols por parte del mercado asciende a casi 1.400 millones de euros.
El retroceso ha llevado a a la cotización a sus mínimos desde mediados de agosto, cuando ya empezaron a surgir las primeras dudas sobre la viabilidad de la OPA que Brookfield negociaba con la familia fundadora.
Oportunistas: así funcionan
Pese a estas incógnitas, un buen número de fondos oportunistas tomaban por entonces posiciones en Grífols, tanto en la bolsa española como en Wall Street, donde cotizan acciones clase B (sin derechos políticos).
Se trata de vehículos especializados en realizar plusvalías a muy corto plazo en valores sobre los que se ha anunciado una oferta o que aparecen con frecuencia en los rumores de mercado por una posible operación corporativa.
Buena parte de ellos han protagonizado una huida masiva desde primera hora del miércoles, cuando Bloomberg adelantó la retirada de Brookfield, y que se ha extendido hasta la sesión de este jueves, con descensos aún más voluminosos.
Entre ellos destaca el nombre de Armistice Capital, que llegó a acumular en su cartera algo más de un 1% de Grífols, lo que le obligó a comunicar su posición a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Liquidación total
El fondo ha dejado de figurar en los registros del supervisor al reducir levemente su participación y situarla por debajo del umbral mínimo del punto porcentual. A partir de entonces, Armistice ha procedido a liquidar prácticamente su posición, según indican fuentes del mercado.
Este fondo cuenta también con títulos clase B cotizados en la Bolsa de Nueva York. La posición de Armistice Capital se sitúa en torno al 3%. Este jueves, el mercado estadounidense permanece sin actividad debido a la festividad del Thanksgiving Day (Día de Acción de Gracias).
Otro de los fondos que se han movido con agilidad ha sido Melqart. Viejo conocido de la bolsa española, en la que ha nabegado con esta estrategia en el transcurso de varias operaciones corporativas, Melqart también tomó posiciones durante la recta final del verano.
Del mismo modo que Armistice, su participación se situó en el entorno del 1% del capital del productor de hemoderivados, lo que le ha permitido actuar de forma discreta.
Los cortos, en segundo plano
Una operativa que se ha repetido con otros vehículos que también han aterrizado en la bolsa española sobre Grífols y que ya mantenían posiciones en los títulos de la compañía que cotizan en Wall Street. Son los casos, entre otros, de Whitebox y Soleus, aunque con participaciones menos voluminosas que los anteriores.
A diferencia de lo que sucedió durante las primeras sesiones tras la publicación del primer informe de Gotham, el pasado 9 de enero, los bajistas no han acaparado el protagonismo en torno a Grífols. Al menos, no en una primera línea, aunque AKO Capital, también uno de los habituales de la bolsa local, ha ampliado su posición corta sobre Grífols hasta el 0,57% en las últimas horas.
Paradójicamente, la salida del valor por parte de los fondos oportunistas ha sido más intensa en la jornada posterior a la confirmación por parte de Brookfield de que abandonaba los planes para lanzar la OPA.
La comunicación del fondo canadiense se realizó en plena sesión de la bolsa española y, lejos de ahondar en los descensos que protagonizaba hasta ese momento, Grífols los redujo de forma significativa, aunque no pudo evitar una caída del 9% al cierre de la sesión.
Cuando parecía que el efecto se había agotado, el movimiento masivo de los oportunistas ha hecho temblar los cimientos de la cotizada. Hasta tal punto que su consejero delegado, Nacho Abia, ha tratado de calmar al mercado con unas declaraciones a la agencia Bloomberg.
El primer ejecutivo de la farmacéutica ha explicado que los próximos pasos de Grífols se dirigen a estudiar la refinanciación de 370 millones de euros correspondientes al remanente de un bono cuyo vencimiento está previsto para 2025.
Al mismo tiempo, Grífols tratará de renegociar líneas de crédito por un valor cercano a los 1.000 millones de euros, que llegan a su fin en un plazo de 12 meses.
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