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El consejero delegado de Caixabank, Gonzalo Gortázar, ha cargado contra la propuesta del Gobierno de extender el impuesto a las entidades financieras durante tres años y ha advertido de que, en el caso del banco que dirige, repercute de forma negativa en la obra social de la Fundación Bancaria La Caixa, su primer accionista.

"El impuesto, en realidad, lo pagan los accionistas, no los directivos. Este año hemos pagado unos 500 millones por este concepto; de esta cantidad, unos 150 millones le corresponden a la Fundación. Es decir, se está gravando la obra social, no tiene sentido", ha explicado. 

En la rueda de prensa de la presentación de resultados del banco, Gortázar ha cuestionado algunos de los aspectos que se conocen sobre cómo sería el nuevo gravamen, como la imposibilidad de deducción del Impuesto de Sociedades y su carácter progresivo.

Sobre lo primero, ha señalado que se trata de un caso de doble imposición "que no entendemos en absoluto". Acerca de lo segundo, Gortázar considera que es una forma de consolidar la discriminación entre entidades, ya que al tener en cuenta aspectos como el margen de intereses, los bancos de mayor tamaño pagarán más. 

¿Una 'tasa Caixabank'?

En este sentido, el ejecutivo no ha dudado en señalar que Caixabank será el más perjudicado en este hipotético escenario, hasta el punto de añadir que el nuevo impuesto podría llamarse 'tasa Caixabank'.

"La progresividad fiscal en el caso de las personas físicas tiene todo el sentido, quien más tiene debe pagar más; pero el caso de las empresas es distinto. Puede ser muy grande y, al mismo tiempo, tener muchos propietarios, como es nuestro caso".

Gonzalo Gortázar, consejero delegado de Caixabank CAIXABANK

Además, Gortázar se ha mostrado convencido de que la aplicación de este gravamen afecta de forma negativa a la concesión de créditos. "Si se grava con hasta un 6% a los intereses, como se pretende, se desincentiva el crédito". En relación con este efecto, el consejero delegado de Caixabank se ha referido al impacto paulatino que podría tener el aumento de la presión fiscal con la actividad de los bancos en España.

"El nuestro no es un impacto tan inmediato como el de las energéticas, que pueden trasladar las inversiones de determinados proyectos. No creo que, a corto plazo, ninguno de los bancos que operamos en España vayamos a deslocalizar actividades. Pero si se sigue desincentivando el crédito, ¿dónde vamos a poner el dinero?".

En Valencia "por tiempo indefinido"

Gortázar ha ido más lejos, a un escenario de fusión transfronteriza, que parece más lejano pero no duda de que terminará por llegar. "En ese caso, ¿cómo va la entidad española a defender que la sede se quede aquí, con un entorno fiscal tan desfavorable?"

En otro orden de cosas, el primer ejecutivo de Caixabank ha descartado que la sede social del banco regrese a Cataluña, en un entorno más apaciguado y con el primer Govern no nacionalista en muchos años. "La sede del banco está en Valencia por tiempo indefinido, no hay cambios en este punto", ha afirmado de forma tajante.

Donde sí los habrá será en la presidencia a partir del 1 de enero, como anunció Caixabank este miércoles. Gortázar no ha entrado a valorar interpretaciones sobre los motivos de la marcha de José Ignacio Goirigolzarri y ha insistido en que se trata de una decisión voluntaria. 

También ha descartado cambios en el equipo directivo, "con el que estoy encantado", y en la operativa de la entidad. "Al final, no será muy diferente con una presidencia no ejecutiva. La secretaría del consejo siempre depende del presidente, con independencia del carácter de su cargo; y las labores de auditoría no deben recaer en el primer ejecutivo".

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