La patronal gay de Barcelona ha enterrado el hacha de guerra y centrará esfuerzos en atraer el World Pride de 2030 a la Ciudad Condal. La influyente Cambra LGTBIQ+, que forman unas 150 empresas, ha reelegido a su presidente por unanimidad, superando una escisión, y conjurándose para atraer el macroevento arcoíris, que deja cerca de 115 millones de euros allí donde va.
Lo han detallado fuentes del sector recordando la reelección, hace unos días, del empresario Ferran Poca al frente del ente privado, que coorganiza el Pride Barcelona junto con las asociaciones de esta comunidad. Ahora, los miembros trabajarán unidos para que Barcelona reciba el festival que dejó 115 millones de euros en Madrid cuando fue sede en 2017.
Reelección
Por pasos, Ferran Poca, también consejero delegado de la promotora barcelonesa Locamente, fue reelegido como presidente al frente de la Cámara unos días atrás. Tras el nombramiento, el directivo confirmó la noticia a Crónica Global y destacó la "unidad" concitada en torno a su proyecto, que no tuvo rival.
A la espera de configurar la junta, Poca avanzó un primer nombre: la vicepresidencia recaerá, de nuevo, en Maria Giralt -directora de GaylesTV y veterana activista de la comunidad-, una profesional que va con él "a todos lados y así continuará siendo".
Supera la escisión
La noticia tiene una consecuencia: la Cambra LGTBIQ+ cauteriza la herida que arrastraba desde 2020, cuando sufrió una escisión. Otro grupo de empresarios arcoíris, liderados por la empresaria Úrsula García, creadora de Melon Party y dueña del club Carita Bonita, armó una candidatura crítica y perdió ante Poca. Tras ello, denunció irregularidades y se marchó de la asociación, creando su propia patronal, explicó entonces este medio.
Cuatro años después, esa crisis se ha superado. El ente cameral gay ha renovado su junta de forma apacible. No hay sector crítico, y eso que ya cuenta con cerca de 150 asociados. Tiene equipo, músculo y proyecto: el World Pride.
Los críticos languidecen: "Hacen dos actos al año"
En el otro lado, las cosas no marchan bien. Los críticos, aún liderados por García -que ayer no contestó a este medio- se han organizado en torno a la asociación Som Eixample. Pero el proyecto se ha esclerotizado. Los díscolos no han desarrollado acciones de gran impacto y han permeado poco en el tejido empresarial.
Fuentes próximas a la entidad afean que "hagan dos fiestas al año, y la recaudación de las barras se la queden los negocios, en lugar de alimentar la cuenta de la asociación". En su cuenta oficial de Instagram, boicotearon completamente el Pride BCN de julio: no hay ni una sola reseña de una concentración que reunió a 120.000 personas según la Guardia Urbana, 200.000 según los organizadores.
Interlocutora de ayuntamiento y Govern
Más importante si cabe, la patronal gay ha conseguido ser la interlocutora del Ayuntamiento de Barcelona y de la Generalitat de Cataluña. A la pasada edición del Pride acudieron el alcalde, Jaume Collboni, y la entonces consellera catalana de igualdad y Feminismos, Tània Verge.
Y la Cambra recibió el apoyo de la Administración local, la autonómica y del consorcio Barcelona Turisme en forma de subvenciones públicas. Esto, la gestión financiera, fue una de las críticas que formularon los díscolos en 2020, antes de la escisión. Por si acaso, la entidad cameral cuenta ahora con el estado de cuentas y la contratación publicados en su portal de transparencia.
Reconocimiento
Esa relación de tú a tú tampoco pasó desapercibida cuando el alcalde visitó el distrito arcoíris de Barcelona en octubre de 2023, como explicó este medio. Collboni se detuvo en uno de los locales de Believe Group, nuevo líder económico del Gaixample y miembro de la Cámara LGTBIQ+.
Ya este año, el propio munícipe y la teniente de alcalde, Maria Eugènia Gay, oficiaron de anfitriones de la recepción oficial del orgullo en el Palacete Albéniz.
El retiro vital de Juan Julià
Esa nueva centralidad de la Cambra LGTBIQ+ --asociada a Pimec y Barcelona Oberta-- tiene una derivada: el hecho de haber dejado muy atrás en el retrovisor la etapa de Juan Julià. El empresario que fundó y aún es propietario de Axel Hotels, la cadena hotelera dedicada al público queer, y que creó Acegal, dimitió de la patronal y como responsable de Relaciones Institucionales del Pride en 2019, cuando se excluyó de la festividad a Ciudadanos.
Pero su figura, antaño poderosísima en la economía rosa de Barcelona y allende las fronteras -llegó a presidir la ILGTA, el lobi turístico gay mundial-, ya se había desvanecido al seguir presidiendo Acegal pese a que trasladó su cadena a Madrid, en un caso similar al de Jordi Clos, fundador de Derby Hotels y aún presidente del Gremi d'Hotels; y al desprenderse de algunos activos, como el propio Axel Hotel, vendido a inversores turcos, primero, y a suizos, después.
Ahora, Julià ha dado un giro a su trayectoria profesional al dedicarse a los retiros de meditación y a la centralidad espiritual. Sigue siendo, no obstante, dueño de Axel por medio del holding Jubla Inv, con sede en Axel Madrid, también vendido.