El empresariado catalán recuperó "íntegramente" el crowdfunding lanzado para traer la Copa América de vela a Barcelona antes de que la carrera de regatas arrancara ayer. Las grandes familias de la Ciudad Condal reingresaron los avales depositados con discreción para captar el macroevento ante el alud de patrocinadores oficiales, que suman ya 14.
Lo detallaron ayer fuentes cercanas a la organización de la liza náutica y lo confirmaron empresarios vinculados al proyecto a este medio poco después, en el marco del primer día de competición.
El crowdfunding confidencial que pusieron empresarios captados por el lobi Barcelona Global para pagar los derechos de la regata "se han recuperado, íntegramente, y mucho antes de empezar", con los fondos aportados por los patrocinios oficiales.
El empresariado lo inició; el sector público lo cerró
Y es que el trofeo que zarpó ayer fue una iniciativa privada. Al menos, inicialmente. Llegó al lobi por la vía del navegante Guillermo Altadill, que abrió la vía por medio de sus contactos con Grant Dalton, capitán del Emirates Team New Zealand, el equipo ganador de la última edición, líder de nuevo de la escuadra y CEO de la prueba actual.
Pero después, la maquinaria privada se encontró con la pública. Y a diferencia de otras ocasiones en Cataluña, todo el mundo trabajó a la par, y la Copa América de vela llegó a Barcelona en 2022. Tras dos años de trabajo, arrancó ayer.
Aportaciones públicas (un tanto lentas)
En efecto, el presupuesto de la Fundació Barcelona Capital Nàutica --armazón público de la competición-- cerró 2023 con hasta 24,5 millones de euros para los derechos de la Copa América: 18 los puso la Admin¡stración General del Estado (AGE) y otros 6,5 millones, Turisme de Barcelona.
Por su parte, Generalitat de Cataluña y Ayuntamiento de Barcelona pagaron los fee de la regata preliminar de Vilanova i la Geltrú, que superaron lo 2,7 millones de euros.
Como avanzó este medio, el dinero público no siempre llegó con fluidez, por lo que, en ocasiones, ACE, la organizadora, tuvo que acudir a la banca.
Impacto económico mareante
Esas aportaciones, que han guiado el principio de "austeridad", recuerdan fuentes cercanas a la prueba --no en vano, no ha habido que construir grandes infraestructuras como en Valencia en 2007 y 2010, sino acelerar inversiones ya prevista-- palidecen en comparación con el impacto económico previsto.
Se prevé una huella económica de 1.200 millones de euros, de los cuales apenas 118 millones serán inversiones públicas y otros 77 millones, gasto corriente. La patronal de ocio nocturno Fecalon calcula subida del 35% de facturación en algunos negocios, y dársenas como el Port Olímpic o Marina Vela están al 100% de ocupación.
Octubre, pico
Directivos del sector náutico recordaron que la actividad registrada en la regata preliminar de ayer es "solo inicial". El pico de huella económica de la Copa América se registrará en octubre, cuando se enfrenten el Emirates con el challenger que le quiera arrebatar el trofeo, también llamado Copa de la Cien Guineas o Auld Mug.
Será entonces cuando llegarán los mandatarios y altos empresarios de algunos países, alguno de ellos con sus yates.
Emirates y Alinghi, cerca de repetir en Barcelona
Y en esta pelea, el empresariado de Barcelona, tan implicado ahora como al inicio de la prueba, tiene dos nombres en la cabeza: el propio Emirates y el Alinghi suizo, los dos equipos que, si ganan, podrían repetir en la Ciudad Condal, como detalló este medio.
De hecho, ayer desde el Puerto de Barcelona ya se comentó irónicamente en un acto que el Centro Coordinador (CeCor) del Moll Barcelona podría devenir permanente. Es apenas un comentario informal, porque la prueba acaba de empezar y no se conoce quién la ganará.
Pero no es ninguna boutade: el patriciado de la ciudad suspira para retener la Copa en Barcelona y tener una suerte de Mobile World Congress náutico. Que "va tan bien" que ya se han devuelto los avales a los que los pusieron. Mucho antes de que zarpara la primera nave.