Los resultados de Banco Sabadell correspondientes a los seis primeros meses del año respondieron con creces a las expectativas que había levantado en el mercado. Tanto por la bonanza de las cifras como, especialmente, por el ritmo de crecimiento respecto a las referencias con las que compara, que ya eran en algunos casos máximos históricos. Este último detalle constituyó un mensaje implícito dirigido a BBVA en el contexto de la OPA hostil lanzada por la entidad vasca, ahondando en lo insuficiente de su propuesta económica.
Dado que el proceso está plenamente abierto, con el anuncio previo, la presentación de la documentación ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y la admisión a trámite de esta, el consejo del Sabadell no debe pronunciarse sobre la OPA hasta el momento de su aprobación por parte del supervisor. Pero sí le manda un mensaje entre líneas.
BBVA mantiene su oferta económica
La entidad nacida en Cataluña se ha pronunciado a través de los números que ha remitido al mercado, que ponen de manifiesto de forma objetiva que el banco al que BBVA realizó la primera propuesta de fusión, por entonces amistosa y cuya oferta económica no ha variado, no es ni mucho menos el mismo que el actual.
El único pronunciamiento oficial del consejo de Banco Sabadell se produjo el pasado 7 de mayo, cuando se reunió para debatir sobre la oferta de su homónimo de BBVA. El rechazo se fundamentó en varios elementos, todos ellos convergentes. Señaló que la propuesta infravaloraba a la entidad y, en especial, su capacidad de crecimiento y generación de valor.
Capacidad de repartir dividendos
Para reforzar el argumento, la firma presidida por Josep Oliu puso sobre la mesa una guía que hasta el momento no había trascendido al mercado: el Sabadell sería capaz de generar un exceso de capital de 2.400 millones de euros para distribuir entre sus accionistas en 2024 y 2025.
Estos dividendos no estaban incluidos en la oferta, transformada 48 horas después de la respuesta del consejo en OPA hostil. Semanas después, la cantidad se ha incrementado casi un 21%, hasta 2.900 millones. Y el Sabadell no descarta que esta evolución prosiga.
Rentabilidad y ratio de capital
La primera propuesta de BBVA se hizo oficial apenas unos días después de que su potencial presa diera a conocer los resultados del primer trimestre, que incluían una rentabilidad sobre activos tangibles (ROTE) algo por encima del 12%. De hecho, la métrica ha ascendido al 13,1% en apenas tres meses, lo que tampoco está recogido en la oferta.
Algo parecido ocurre con la ratio de capital CET1 fully loaded, que roza el 13,5% al cierre del primer semestre y evidencia la capacidad de generar nuevo capital del Sabadell, un aspecto clave precisamente para que la distribución del exceso entre los socios pueda aumentar de forma progresiva.
'Pay out' del 60%
Este cálculo ya incluye el consumo que supondrá la nueva política de dividendos del banco, la que el consejo comunicó también este martes al mercado mediante la cual sitúa la proporción del resultado neto que destinará a los accionistas (esto es, el pay-out) en el 60%, la parte más elevada de la horquilla que manejaba hasta ahora.
Una circunstancia que convierte a la entidad en la más generosa de la banca española a la hora de retribuir a sus socios. Y que, además, tampoco se daba cuando BBVA trasladó la oferta amistosa, que pasó después a ser hostil.
Los inversores avalan los números
Hablan los números, con más fuerza que las palabras. Y avalan los inversores. Tras un inicio de sesión dubitativo, que incluso hizo que el Sabadell cotizase en negativo, el transcurso del tiempo y los mensajes dirigidos a los analistas y los medios terminaron por afianzar la acción de la entidad, que cerró la jornada del martes como la mejor del Ibex 35, con un avance del 2% que apuntala sus máximos de nueve años y sitúa su capitalización claramente por encima de los 11.000 millones de euros.
Además, la distancia con la contraprestación ofrecida por BBVA se reduce por debajo del 3,5%, la menor desde que se inició el proceso.
El tiempo parece dar la razón a Oliu y a su consejero delegado, César González-Bueno, cuando insisten en trasladar a los accionistas el mensaje de que aún está lejos el momento en el que tendrán que decidir sobre si aceptar o no la OPA de BBVA. En su última comunicación a través de un vídeo, el banquero nacido en Sabadell apuntaba incluso a los primeros meses de 2025, dado lo complejo de la operación. Visto lo visto, en ese tiempo pueden cambiar muchas cosas.