¿Qué se esconde tras el plan de recorte de Agbar?
Veolia busca más beneficio de la filial española y recuperar las inversiones en menos de siete años, para lo que ha ascendido a un exmilitar como responsable de la nueva organización y de las operaciones
7 mayo, 2024 00:00Noticias relacionadas
Apenas dos meses después de la salida de Ángel Simón de Agbar, donde además de presidente ejecutivo de la compañía ejercía de coordinador del negocio de aguas de la propia multinacional, el propietario francés ha decidido modificar el rumbo. Veolia ha encargado al nuevo CEO, Gustavo Migues, la gestión de un plan estratégico, bautizado como Green Up, que pretende recuperar las inversiones en un plazo máximo de siete años. Esa línea de actuación obliga a suspender una parte de las operaciones habituales de la empresa, reducir los mantenimientos y hasta prevé elevar las tarifas, un enfoque inusual en una empresa de concesiones de suministro de agua con un alto nivel de regulación administrativa.
La nueva filosofía de Agbar ha puesto en pie de guerra al equipo directivo y ha causado un "gran malestar" entre la plantilla. Entre otras cuestiones que podrían verse afectadas por los nuevos rectores del grupo se encuentran las inversiones que se habían previsto en la ley de medidas extraordinarias que promulgó la Generalitat para afrontar la sequía.
Un 80% de la población catalana vive en zonas declaradas como de emergencia por los efectos de la escasez de agua. Hasta ahora, Agbar realizaba actuaciones junto a la Administración autonómica para garantizar el abastecimiento de agua en el corto, medio y largo plazo, según relatan fuentes sindicales. "Hoy está todo en peligro", remachan.
¿Jibarizar Agbar?
Migues es el ejecutivo designado por la cúpula parisina de Veolia para liderar esa nueva estrategia y aumentar los beneficios del grupo en Iberia y Latinoamérica. “Nos recuerda a lo que sucedió con Endesa, a la que los nuevos propietarios italianos drenaron sus beneficios para tapar otras divisiones que iban mal. Lo que quieren hacer rompe con una historia de más de 155 años impecable en términos de operación, innovaciones y hasta acción social”, se lamentan los representantes laborales.
Se da la circunstancia de que Migues, un ingeniero uruguayo que tenía responsabilidades en el mercado latinoamericano, fue escogido por la cúpula de Veolia para pilotar esa transformación en España. El nombramiento como nuevo CEO de la multinacional francesa en España cogió por sorpresa al directivo hasta el punto de que, según fuentes del grupo, aún reside en Sudamérica. "Es inaceptable que con la sequía actual el máximo dirigente no esté en Barcelona", se quejan otros cuadros de la firma con sede en Barcelona.
Trayectoria en discusión
Para más desazón interna, Migues fue el responsable de adquirir a su competidor Aqualia (FCC) el 50% del capital que no poseía de la firma Proactiva, presente en varios países de Sudamérica. Sus vínculos y amistad con la dirección de la española Aqualia tampoco han contribuido a tranquilizar a los equipos de Agbar, que aluden indirectamente al conflicto de interés en momentos de máxima tensión en el sector, con muchas compañías enfrentadas y en competencia en diferentes concursos de las Administraciones Públicas.
Su trayectoria en México también ha elevado la inquietud interna. Al finalizar el contrato que Veolia tenía en el municipio de Aguascalientes (México), las autoridades acusaron a la multinacional francesa de falta de inversión en la red y deficiencias en el servicio. El asunto ha llegado a judicializarse y serán los tribunales los que determinen la veracidad de esas quejas.
Disciplina militar
Sin embargo, en el entorno de Veolia España se define a Migues como un mero transmisor de los planes del grupo francés en el país. "Tiene apenas mando en plaza, ni poder de decisión ni iniciativa propia", confiesan a este medio.
Para ejecutar las nuevas políticas, Migues ha decidido incorporar a un almeriense, militar en la reserva, como responsable "de optimización organizacional y operativa", según reza en un comunicado interno de Veolia fechado el 14 de marzo pasado en Santiago de Chile. Ángel Jover ha recibido el encargo de pilotar los ajustes del Green Up.
Inquietud por el futuro inmediato
Jover ya formaba parte de la estructura de Veolia en España, donde había ocupado varios cargos intermedios. Directivo que acumula 10 años de formación militar y que realizó la mayor parte de su carrera castrense en la armada española, llegó a prestar servicio de armas en los Balcanes durante el conflicto bélico de la antigua Yugoslavia.
"Una empresa que vende agua, que presta servicio a ciudadanos, empresas y Administraciones no se puede gestionar con manu militari", critican fuentes de la plantilla, quejosas de que el nuevo ejecutivo "se vanaglorie de haber servido en el Juan Sebastián Elcano [buque escuela de la Armada], pero no sepa el nombre del consejero catalán o de los alcaldes con los que tenemos el negocio".
Pese a la inquietud que el enfrentamiento entre la nueva y la antigua dirección ha causado entre los municipios con concesiones en manos de Agbar, la propia plantilla y el equipo directivo histórico, Veolia no ha dado señales de preocupación. Sus portavoces se han limitado a responder con lacónicas apelaciones a su plan estratégico y han minimizado el impacto real que pueda tener entre los usuarios y el resto de stakeholders del grupo.