El testamento de Antoni Vila-Casas ha levantado polvareda. La Fundació Vila Casas, fundada por el empresario fallecido en septiembre de 2023, vive una crisis por la "discrepancia" entre el legado que prometió el fundador de Prodesfarma -hoy integrada en Almirall- y lo que finalmente registró en su legado. Este es el origen de la crisis que vive en una organización puntera en la promoción del arte contemporáneo en Cataluña.
Lo detallan fuentes conocedoras del malestar interno de la entidad. Precisan que la Vila Casas, con cuatro millones de presupuesto y la gestión directa de cuatro museos, ha sido lastrada por "un choque de expectativas". Según su relato, el mecenas prometió que legaría más activos a la sociedad para que pudiera expanderse, pero no aparece así en sus últimas voluntades. De hecho, hay voces que apuntan de forma directa a una "despatrimonialización" de la entidad.
"No se dotará con lo que prometió"
En 2022, último año publicado, la Fundació tuvo un presupuesto de 3,9 millones de euros. De estos, 3,1 millones procedieron del patrimonio que generó Vila-Casas con su actividad profesional en el sector farmacéutico.
El mecenas murió el 16 de septiembre de 2023. Antes de su óbito, el celebrado empresario, aseguran los críticos, prometió que su testamento incluiría una "mayor dotación para la fundación". Pero tras su fallecimiento, cuando se abrieron sus voluntades, "se descubrió con sorpresa que lo prometido no estaba, y que se legaban sus activos a las sociedades patrimoniales, y no a la Fundació".
Es por ello que algunos díscolos detectan lo que ellos interpretan como "despatrimonialización" de la asociación filantrópica. No tanto porque pierda bienes, sino porque no los gana.
No habrá más dimisiones
En esta clave se leen las dimisiones en enero de cuatro patronos de la Fundació: el expresident Artur Mas, Antonio Sagnier, Joan Font y Daniel Giralt-Miracle, que avanzó La Vanguardia. Pero es que esos ceses no han acabado con los rumores dentro y fuera de la organización. La entidad, ahora con Montserrat Pascual Samaranch en la presidencia, acusa una cierta "crisis de confianza", insisten.
Aun así, por el momento, no se esperan más dimisiones. Lo verbaliza una fuente interna que pide no ser identificada. "No se espera que dimita nadie más -aunque todo es posible- porque los patronos restantes han hecho la reflexión de que tras la muerte de Vila-Casas, la Fundació no gana nada, pero tampoco pierde. Se queda igual".
El brazo sanitario: "Insignificante"
De hecho, en esta guerra de expectativas -por el abultado patrimonio que generó el empresario en vida-, también las ha habido en la sanidad catalana. Cabe recordar que al Fundació Vila Casas tiene dos patas: la de apoyo a los jóvenes creadores de arte contemporáneo -de 1945 a 2030- y la de soporte a la investigación científico-médica.
En relación a esta última, directivos del sector sanitario critican que "solo ha sido testimonial, con un presupuesto minúsculo". Precisan que "se ha ido a hacer pitching de proyectos científicos a la Fundació, pero no se han apoyado" por falta de fondos. Otras fuentes admiten la pequeña dotación de la parte médica, aunque recuerdan que ayuda a publicar el llamado Informe Quiral, un trabajo anual que publica la entidad en colaboración con la Universidad Pompeu Fabra (UPF). "Se hace poco, pero se hace bien, y es una investigación inédita", defienden.
Fundació: "Las cifras hablan: creceremos"
Esa crisis se percibe de forma diametralmente opuesta en el puente de mando de la Fundació. "Tenemos las cuentas de 2024 y 2025 aprobadas, y las cifras, que son irrebatibles, dicen que crecemos", ha defendido Joan Torras, vicesecretario y tesorero del organismo social en conversación con este medio. El directivo subraya que la Vila Casas "seguirá siendo mecenas de artistas contemporáneos, quizá no de todos los que desearía, y lo hará en toda España e incluso fuera del país, algo inédito hasta ahora".
Un ejemplo: la exposición temporal que recalará en el Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC) en septiembre de este año. Hay más. "Haremos más actividades, tendremos más donaciones, y todo ello es público en la página web, y está auditado", argumenta Torras. En relación al proyecto científico, el también director general reconoce que "es pequeña", pero que "se proyecta su crecimiento". De forma progresiva, pero comprometida, abunda.
"Tenemos un Porsche, pero querían un Bugatti"
Desde el equipo actual de la entidad, se descarta de forma tajante que parte de los activos patrimoniales de la familia pudieran haber ido a nutrir la Fundació. "El protectorado del Departamento de Justicia no lo hubiera permitido", alertan. Y, en cualquier caso, rebajan cualquier crisis a una mera mala gestión de las expectativas. ¿Por qué? "Porque teníamos un Mercedes-Benz. Pero algunos esperaban que, cuando falleciera el señor Vila-Casas, tendríamos un Bugatti para ir a 300 kilómetros por hora por la autopista. Pues bien, tenemos un Porsche magnífico, pero que va a 250 km/h y quizá no les convence", alegan.
Cabe recordar que la Fundació tiene su sede en el número 20 de la calle Ausiàs March de Barcelona, donde también cura el Espai Volart de exposiciones temporales. Es en esta dirección, también, donde están las dos patrimoniales del grupo y el holding. Una se dedica a las oficinas, y la otra, al residencial. Entre otros activos, Antoni Vila-Casas logró hacerse con dos en Paseo de Gracia: el edificio de los apartamentos del Majestic, en el número 69 de la milla de oro, y la antigua sede de Barclay's, en el número 45. Esta última la han tentado el fondo KKH Property Advisors y la Casa Batlló, como avanzó este medio. La operación no se ha conseguido cerrar.