BonÀrea, en la diana por copar los fondos Next Generation con sus residencias
- Corporació Alimentària Guissona, de la familia Alsina, capta 11 millones que el resto del sector no ve: habrá impugnaciones
- Su macrogeriátrico tendrá 443 plazas, piscina y polideportivo, cuando el municipio tiene sólo 146 ancianos
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Guerra abierta en el sector residencial por la irrupción de los dueños de BonÀrea. El grupo de alimentación de la familia Alsina está construyendo una macrorresidencia en la población leridana de Guissona -que apenas tiene 146 ancianos- con fondos europeos. El resto del sector, mucho más tensionado en Barcelona y entorno, prácticamente no ha visto el dinero comunitario.
Lo detallan fuentes del sector, aportando datos recogidos por la Asociación de Directores de Centro y Servicios de Atención a la Dependencia Gerontológica (Ascad). La entidad ha descubierto que hasta 251 operadores de residencias de mayores en Cataluña pidieron fondos europeos Next Generation para invertir en infraestructura. Sólo 106 peticiones fueron aprobadas.
Sólo un 11% son pymes
De las resoluciones positivas, solo el 11% beneficiaron a pequeñas y medianas empresas (pymes) del sector de los cuidados, sociedades limitadas (SL) que son la mayoría de la industria. Por contra, el dinero comunitario ha regado a 53 fundaciones, 26 ayuntamientos, dos hospitales y tres entidades religiosas. Han atrapado unos 160 millones de presupuesto europeo.
"Los fondos estaban pensados inicialmente para sostener al sector privado tras el golpe de la pandemia. Pero han terminado inyectados en la Administración pública y su sector dependiente, no en el tejido productivo", se queja un empresario del sector.
Los dueños de BonÀrea
Hay otro ejemplo que no gusta: el de la Corporació Alimentària de Guissona. El grupo propietario de las conocidas carnicerías BonÀrea ha irrumpido en el sector residencial gracias, en parte, a los fondos Next Generation. Es la única sociedad anónima (SA) que los ha captado.
En su caso, está construyendo la segunda fase de una macrorresidencia en Guissona (Lleida) con 246 plazas, piscina interior climatizada, polideportivo y tanatorio. Ha apuntalado esta inversión con 11 millones de los fondos Next Generation.
"No hay demanda: 146 ancianos"
Desde el sector se critica la inversión de Guissona por dos motivos. "Uno, porque no hay demanda. El municipio tiene sólo 7.000 habitantes, de los cuales sólo 146 son mayores de 85 años. Hay otros puntos de Cataluña, como la propia Barcelona y conurbación, con mucha más presión de gente mayor necesitada de atención".
Consideran, pues, que el dinero de los 27 debería haber ido a las ciudades más tensionadas por el envejecimiento poblacional. Y dos, por el proyecto en sí. "¿Sabe Bruselas que está ayudando a una empresa externa a entrar en el sector con una residencia que pocos más tienen? Con piscina y tanatorio", se preguntan.
443 plazas en un macrocomplejo
Estos elementos convencen a parte del sector de que la Corporación ha entrado en el sector de la silver economy "demasiado sostenida" con dinero público y con incógnitas por despejar. La mayor de ellas es si es necesario un macrocomplejo que, cuando esté terminado, contará con un total de 443 plazas residenciales -Villa Clavelina, la mayor de Cataluña, de L'Onada Serveis, tiene 322- en un municipio con 146 ancianos.
"Máxime cuando están cerrando centros por falta de viabilidad en otras zonas con más demanda, como la capital catalana o el área metropolitana de Barcelona". A este respecto, cabe recordar que el índice de precios del sector (IPC) residencial se estima en un 30,2% este año, debido al incremento de costes y a la aplicación de las mejoras del convenio autonómico.
Impugnaciones de los Next
En este escenario, operadores medianos del sector residencial han alertado de que impugnarán las resoluciones de adjudicación. Buscan acceder a un reparto más "capilar" de los fondos Next Generation en el tejido productivo, máxime cuando la red geriátrica catalana necesitará unas 90.000 plazas más en la región hasta 2050. Con esta necesidad, creen que el futuro es una red de centros, y no macroestructuras como la de los dueños de BonÀrea. No en vano, Villa Clavelina, el otro gran dispositivo silver, está investigado por la Fiscalía por homicidio imprudente en pandemia al ser incapaz de dar respuesta a un súbito brote de coronavirus. Las diligencias concluirán en junio.
En cualquier caso, la irrupción de Guissona en la industria de los cuidados es una línea más de negocio de la corporación leridana. En 2023, ya con la pandemia lejos en el retrovisor, la firma propietaria de BonÀrea ingresó 2.822 millones de euros (+24%) y ganó 69 millones (+6%), como explicó Crónica Global.