Batacazo histórico para Grífols. La farmacéutica ha cerrado este jueves la sesión más negativa de su historia con un hundimiento del 35% después de que el presidente del consejo, Thomas Glanzmann, haya reconocido que las cuentas anuales presentadas antes de la apertura del mercado aun no están auditadas por completo.
El desplome ha sido de tal magnitud que ha llevado las acciones de la farmacéutica a sus cotas más bajas de los últimos doce años. Para hacerse una idea, los títulos de Grífols han cerrado en 7,58 euros, un 6,4% del precio más bajo al que llegó a cotizar el pasado mes de enero, como consecuencia de la publicación del informe de Gotham.
Más sospechas
El hecho de que el informe de KPMG, firma encargada de visar los balances de Grífiols no haya acompañado a las cuentas ha vuelto a poner bajo la sombra de la sospecha los números de la empresa, en permanente duda desde la publicación del informe de Gotham City, el pasado 9 de enero, que hablaba de malas prácticas contables y cifras maquilladas que no se correspondían con los estados reales de la empresa.
A preguntas de los analistas en la conferencia para explicar los resultados, el ejecutivo ha asegurado que aun restan algunos aspectos para que KPMG, firma encargada de auditar el balance del productor de hemoderivados, termine su informe.
Pese a que Grífols espera tener el documento completo en los próximos días, la noticia ha caído a plomo sobre un valor que había recuperado terreno de forma notable en las últimas semanas, precisamente con la expectativa de que su resultados estimularan definitivamente la cotización y cerraran la llamada 'crisis de Gotham'.
Sin embargo, las cifras presentadas por Grífols han estado lejos de seducir a los inversores, dado que el buen desempeño de la empresa en la recta final de 2023 no ha sido suficiente para completar un ejercicio cuyo balance arroja aun numerosas dudas sobre la marcha de la farmacéutica.
Más cambios en la gobernanza
El desplome de Grífols ha supuesto el descenso de más de 1.700 millones de euros en términos de capitalización bursátil, de tal forma que el tamañoi en bolsa de la compañía ha quedado reducido a poco más de 3.200 millones de euros. Tan sólo siete valores del Ibex 35 están por debajo en este capítulo.
La reunión con analistas ha comenzado con el anuncio por parte del propio Glanzmann de una vuelta de tuerca más al modelo de gobernanza que, además, le afecta personalmente. A partir de 2025 la presidencia perderá el carácter ejecutivo que tiene en la actualidad, lo que dejará plenos poderes al nuevo consejero delegado, Nacho Abia, cuya incorporación está prevista para el próximo 1 de abril.
La decisión tiene como objetivo "seguir avanzado en materia de gobierno corporativo", según ha avanzado Glanzmann, que fue nombrado presidente en la primavera de 2023, tras la renuncia de su predecesor, Steve F. Mayer, por modtivos de salud.
A raíz de la publicación del informe de Gotham City, que pone en cuestión varios aspectos de la compañía, entre ellos el de la gobernanza, Grífols aceleró el proceso de separación de la gestión y la propiedad, que culminó en el fichaje de Abia y la decisión de dejar sin las escasas funciones ejecutivas que ya tenían los exconsejeros delegados Raimon Grífols y Víctor Grífols Deu, que pasaron a ser directores generales.
Volatilidad
En el inicio de la conferencia, Glanzmann ha puesto en valor la amplia experiencia del nuevo consejero delegado en el sector y ha avalado su capacidad para liderar lo que ha considerado como el inicio de una nueva etapa para la empresa.
El anuncio ha sido recibido de forma positiva por el mercado, hasta el punto de que los títulos de Grífols, que habían llegado a desplomarse más de un 10% en bolsa como consecuencia de la publicación de las cuentas, han moderado los descensos hasta llegar a situarse por debajo del 6%. Una situación que apenas ha durado unos miunutos.