Christine Lagarde, presidenta del BCE, augura un semestre complicado por la elevada inflación / EP

Christine Lagarde, presidenta del BCE, augura un semestre complicado por la elevada inflación / EP

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La incertidumbre en torno a la inflación frena el arranque bursátil alcista de 2024

El dato de IPC de la zona euro de diciembre, más elevado de lo previsto, enfría las expectativas de una eventual bajada de tipos de interés por parte del BCE en 2024 y deja al sector financiero como el único que mantiene el tipo en las últimas sesiones

6 enero, 2024 00:00

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Los mercados de renta variable han comenzado el nuevo año con la trayectoria errática que ya mostraron en las últimas sesiones de 2023, en las que fueron incapaces de prolongar el recorrido alcista que hizo culminar a los principales índices en zona de máximos anuales. El aparente apetito inversor está siendo neutralizado por la incertidumbre que no ha dejado de generar el comportamiento de los precios. 

El balance de la última semana, desarrollada ya íntegramente en 2024, arroja números rojos globales en los indicadores de referencia del Viejo Continente, con la excepción del Ibex 35 y el milanés MIB 30, que ya acabaron el pasado ejercicio como los más revalorizados gracias a los atractivos precios de muchos de sus valores, alejados de máximos históricos. 

Compras neutralizadas

En general, las ventas se han impuesto para arrojar recorridos a la baja que van desde el punto porcentual que se han dejado Amsterdam y Francfort al 1,6% que ha descendido el CAC 40 de París. En menores proporciones, las bolsas europeas también acumulan descensos en el conjunto de las cuatro últimas semanas. 

Desde que se inició el año, los movimientos alcistas han sido frecuentemente neutralizados por las dudas que despiertan los próximos pasos acerca de política monetaria a seguir por parte del Banco Central Europeo (BCE), cuyos mensajes de prudencia en relación con la evolución de los precios tampoco han contribuido a arrojar demasiada luz sobre el horizonte. 

Sede del Banco Central Europeo, en Francfort / BCE

Sede del Banco Central Europeo, en Francfort / BCE

Más allá de interpretaciones sobre mensajes más o menos difusos, las cifras dejan muchas menos dudas. Este viernes, el dato adelantado de inflación de la zona euro correspondiente al mes de diciembre afloró de nuevo un incremento, nada menos que de medio punto porcentual en tasa interanual respecto al mes anterior, para situarse en el 2,9%. 

Un cierto jarro de agua fría para un mercado que esperaba guarismos sensiblemente más alejados de la cota del 3%. La cifra ha hecho recordar a los inversores los últimos mensajes de la presidenta del banco emisor, Christine Lagarde, acerca de que las tensiones inflacionistas no podían darse por finalizadas en la eurozona y, por lo tanto, el BCE debería seguir vigilante.

Datos y mensajes que vuelven a alejar la posibilidad de que el consejo de gobierno de la entidad con sede en Francfort aborde en algún momento de 2024 una bajada de tipos que contrarreste los aumentos a un ritmo inédito que ha llevado a cabo desde mediados de 2022 para tratar de contener la inflación más desbocada de las últimas cuatro décadas.

Un indicio más que apunta a que el clima de una espera con tipos de interés elevados se impone entre los inversores es el comportamiento del sector financiero, que es el único que aguanta el tipo en este inicio de año indefinido en las plazas europeas.

Bancos al alza

Sin ir más lejos, en el índice paneuropeo EuroStoxx50, el italiano Intesa San Paolo lidera los avances tras la primera semana del año, con alzas en torno al 5,5%, que secundan Santander y BBVA, que suben algo más de un 3%, junto a la aseguradora germana Munich RE.

En el Ibex, los seis bancos que forman parte del selectivo de la bolsa española se encuentran entre los ocho títulos más revalorizados de la primera semana del año; a la cabeza, Banco Sabadell, con un fulgurante inicio de año que ha catapultado su cotización cerca de un 10% en apenas cuatro sesiones; Caixabank y Bankinter siguen sus pasos con avances del 7,6% y el 5,6%, respectivamente. 

Desaceleración

El financiero sería el sector más beneficiado por el hecho de que la rebaja de tipos se iniciara más tarde de lo previsto, en un año en el que esperan una notable moderación en la evolución de sus resultados tras un histórico 2023 con alzas que el propio entorno bancario ha admitido que son insostenibles. 

Además, el consenso de los analistas apunta a un ejercicio de desaceleración económica, producto precisamente de las recetas del BCE para tratar de combatir la inflación, en busca de retomar su principal objetivo de mantenerla en torno al 2%.