Un empresario de la noche se quedará la discoteca de las ‘sugar mamis’ de Barcelona

Un empresario de la noche quiere quedarse la discoteca de las sugar mamis de Barcelona. Uno directivo con cuartel general en plaza Urquinaona entrará en la icónica Marabú, el único local de noche de la capital catalana donde había prostitución masculina soft para mujeres maduras. 

Lo han explicado fuentes del sector citando el reciente alquiler de Marabú, situada en la Gran Via de Barcelona. La discoteca cerró en 2020 por la pandemia del coronavirus, como el resto del sector, pero no ha reabierto. Ahora, salvo sorpresa, recalará en el portafolio del empresario José Luis Juidías, exgestor del club que antecedió a Arena Experience. 

El antecesor de Arena

José Luis Juidías, que rigió la Sala Bloc, antecesor de Arena dedicado a la música electrónica, es un inmobiliario negocia para reabrir el local, insisten las mismas fuentes. 

Imagen de Arena Experience, el nuevo club del grupo LGTBI tras superar la insolvencia Cedida

El objetivo es Marabú, la disco de las sugar mamis, situada en el número 419 de Gran Via, en la confluencia con la calle Entenza, a tiro de piedra a la plaza España de Barcelona. 

El local de las 'sugar mamis'

La operación sería una más de la cada vez menos tupida red del ocio nocturno de la Ciudad Condal salvo por un extremo: Marabú era un local de ritmos latinos para el público maduro donde, además de salir de fiesta, había un servicio extra de prostitución a pie de calle. 

Lo explican vecinos del lugar y lo han confirmado diversas fuentes. Una de ellas son los vecinos de la discoteca, la tienda de animales Zoo Condal, que recuerdan que "el local reunía a gente mayor para bailar salsa y bachata, entre otros ritmos. Había prostitutas y hombres de compañía, jóvenes africanos muy apuestos, que se apostaban en el exterior del local. Los "jovencitos" esperaban a que los fiesteros y fiesteras terminaran una velada que comenzaba con copas en el Restaurante Galicia [situado en la esquina] por si querían compañía".  

La licencia se la queda el excónsul de Malta

Sea cual fuere la curiosa historia de Marabú, el club volverá ahora a la vida de la mano del gestor del negocio precedente a la nueva Arena: Bloc. Llevaba cerrado tres años, desde el 13 de marzo de 2020, cuando el coronavirus golpeó a España, recuerdan fuentes conocedoras, y no ha reabierto pese a tener pretendientes. Dos grupos de gimnasios y supermercados pidieron instalarse allí, pero el traspaso se frustró. 

Otras fuentes recuerdan que la licencia de discoteca del club de sugar mas la retiene Luis Sampere Giménez, financiero, abogado y excónsul de Malta en Barcelona. Este empresario ha rechazado contestar las preguntas de este medio, aunque otras fuentes insisten en que "llegó a pedir tres millones de euros" por la cotizada licencia de Marabú. El elevado precio frustró una compra más temprana. Hasta ahora. 

La fiebre de las discos de 'pelo blanco'

Antes, Marabú, que regían Sampere "y su mujer", se añadió a la nómina de locales de ocio nocturno para el público senior en Barcelona, junto a otros clubes como Trauma, Barroko's o Imperator. Permaneció abierto entre 1985 y 2020, cuando cerró al entrar en vigor el estado de alarma el 13 de marzo. Ya no reabrió. 

Música en vivo en Marabú Barcelona, antes de su cierre Cedida

Eso sí, el establecimiento echó la persiana con la necesidad imperiosa de una reforma, indican las fuentes conocedoras. Corresponderá a Juidías, un discreto empresario que se mueve en el vértice del inmobiliario y la noche, acometer la rehabilitación. O al grupo de la noche catalana al que le confíe el negocio.