El impacto de la subida de los tipos de interés en las cuentas de Bankinter se ha traducido en un incremento de dos dígitos en el beneficio obtenido durante los últimos 12 meses, es decir, desde que el Banco Central Europeo (BCE) comenzó a revisar al alza el precio oficial del dinero. Sin embargo, el porcentaje de mejora se hubiera duplicado en el caso de que la entidad no hubiera tenido que hacer frente al nuevo impuesto a las entidades financieras.
Las decisiones de política monetaria en la zona euro han condicionado positivamente las cuentas de la banca durante los últimos trimestres aunque, al menos en el caso de Bankinter, el primero del sector en publicar los resultados del semestre ha sido más moderado de lo que cabría esperar.
Un 13,6% más en un año
En los últimos cuatro trimestres, equivalentes a un año natural pero con inicio el 1 de julio de 2022 y fin el pasado 30 de junio, Bankinter ha acumulado un resultado neto recurrente de 707 millones de euros, un 13,6% más que en el mismo periodo de los años 2021 y 2022.
Una evolución notablemente positiva pero que, no obstante, ha quedado sensiblemente minimizada por el pago del impuesto que el Gobierno acordó para las entidades financieras que operan en España y alcanzan una cifra de negocio mínima de 800 millones de euros anuales.
Un 26% sin impuestos
De hecho, si Bankinter no hubiera tenido que hacer frente a ese pago, que consignó en las cuentas del primer trimestre, como el resto del sector, el ritmo de crecimiento del beneficio hubiera sido prácticamente el doble, el 26%.
Sin la nueva figura fiscal, que grava los ingresos en vez de el resultado de explotación, las ganancias del banco que preside Pedro Guerrero habrían alcanzado los 784 millones en los últimos doce meses.
El mes de julio del pasado año marca el inicio del cambio de rumbo en la política monetaria de la zona euro, la primera de las múltiples subidas de tipos acordada por el emisor, tras once años consecutivos sin hacerlo, que ha hecho pasar la referencia del 0% al 3,5% en poco menos de doce meses.
Fue precisamente este movimiento en el que se basó el Gobierno para decretar el impuesto, en principio de carácter temporal para dos años, con el argumento de que como consecuencia del cambio las entidades financieras generarían beneficios extraordinarios.
¿Salto espectacular?
Si bien es cierto que la banca ha mejorado sus cuentas y ha presentado resultados que no lograba desde hace más de una década (precisamente, el periodo de tiempo en el que el BCE no ha revisado al alza el precio oficial del dinero), la comparativa en el caso de un periodo suficientemente extenso para establecer una comparación válida no arroja una variación espectacular, al menos en el caso de Bankinter, que ha sido el primero en desvelar su balance, como es habitual al cierre de cada trimestre.
En atención a estas cifras, bien podría decirse que el impacto negativo del impuesto ha sido más acusado que el positivo de las subidas de tipos.
Aunque los préstamos, especialmente los hipotecarios, aún no han terminado de repreciarse con la subida de los tipos, el impulso de la política monetaria expansiva está tocando a su fin, toda vez que el mercado da prácticamente por finalizada las subidas, a falta de uno o, como mucho, dos pequeños ajustes.
"Al menos prevemos que los notables incrementos en el margen de intereses se mantenga durante el tercer trimestre", apuntó este jueves el director financiero de Bankinter, Jacobo Díaz, durante la presentación a la prensa de los resultados del banco.
Mejor derogar que perder
La consejera delegada del banco, María Dolores Dancausa, se refirió precisamente al citado impuesto y, tras reiterar las críticas a la figura, lanzó un mensaje al futuro Gobierno que resulte de las elecciones generales del próximo domingo en aras de la derogación del tributo.
"No hemos cambiado nuestra postura sobre este asunto, nos mantenemos en el argumento de que es injusto y que, además, está mal diseñado. Por eso, estamos convencidos de que vamos a ganar el caso en los tribunales; en este sentido, sería mejor que el Gobierno lo derogara a que perdiera ante la justicia".
Bankinter ha sido una de las entidades que han recurrido la figura, junto a la mayoría de su competencia y las patronales AEB y CECA.