Un polvorín de incendios: así ha quedado el campo de cereal catalán este verano

Más seco que la mojama: la sequía sin precedentes que azota a Cataluña ha condenado a la cosecha del cereal este año, que se convierte en un polvorín de incendios.

A esta situación de alerta hay que sumar la cantidad de rastrojos que crecen, amenazando con transformarse en un combustible perfecto para las llamas. 

Campos impracticables

Así lo han manifestado los cerealistas de la Segarra a Segre, lamentando que "al coste de la cosecha hay que sumarle también las averías de las recolectoras, y la recogida de estas malas hierbas secas, que "hacen impracticables los campos".

Esto, según los afectados, aumentará el trabajo de los cuerpos de bomberos este verano, ya que "se convertirán por el calor en combustible y obligará a los servicios de extinción de incendios a actuar más de lo habitual".

Efectos de la sequía en un campo EFE

Un año perdido

Algunos afectados del sector en que hay quienes "han cosechado en verde, y el resto han conseguido una producción que oscila entre los 300 y los 1.500 kilos por hectárea, cuando la media en una temporada buena es de 2.700".

Otros, en cambio, aseguran que han "optado por dejar de cosechar a la espera de que se sequen". Añadió que el producto final tampoco es de muy buena calidad y no se puede vender “porque está húmedo y lleno de impurezas".