Criteria ha dado un golpe sobre la mesa para zanjar la crisis de gobernanza que ha vivido en la última semana Naturgy y celebrar una reunión del consejo de administración que será, en lo formal, como una balsa de aceite.
Los fondos de inversión que tienen las participaciones más acusadas (y especulativas) en la energética –CVC Partners (20,41%), GIP (20%) y, especialmente, IFM (14%)—presionaron para abrir el fichaje de un consejero delegado para que el actual presidente ejecutivo, Francisco Reynés, le cediera parte de sus funciones. Se salieron con la suya, ya que la hólding de La Caixa aceptó implementar en el grupo este estándar europeo vinculado a la buena gestión. No han salido tan airosos de su segundo envite en la cotizada.
La Fundación La Caixa, presidida por Isidro Fainé, ha sido tajante con la posición de Criteria en la compañía. Poco dada a grandes pronunciamientos públicos, y menos para comentar estrategias en sus participadas, ayer abandonó el perfil bajo para dar un espaldarazo público sin precedentes a Reynés. Hizo piña en torno al presidente, ratificó su “confianza en el equipo gestor de la compañía” y manifestó que “apoyará sus propuestas dirigidas a poder afrontar los importantes retos de la compañía en los próximos años”.
Recelos del presidente con los que le han discutido
La posición de Reynés en Naturgy nunca ha sido de debilidad, ni siquiera en medio de los movimientos de los últimos días. Así se explica de forma unánime desde el mercado y así lo indica el accionista de referencia sin medias tintas, ya que se le reconoce una gestión impecable incluso en un escenario tan adverso como el que ha seguido al estallido de la guerra en Ucrania en Europa.
La reunión del órgano directivo sí que abrirá otra etapa en la cotizada con una nueva posición de su presidente, pero porque se sentará en la mesa más receloso de los fondos de inversión que le acompañan que por sentir su management cuestionado.
Al ejecutivo mallorquín se le conoce su proximidad con las grandes firmas de inversión. Es especialista en maximizar beneficios y de ser ejecutivo con decisiones consideradas "agresivas". Lo hizo en el pasado y lo ha mantenido en la energética. Primero, con la depreciación de los activos para actualizar su valor real. Y después, con la presentación del proyecto Géminis, la segregación del grupo en dos cotizadas con el mismo accionariado inicial que se dividían por actividades core.
Impaciencia de los fondos con el ‘proyecto Géminis’
Pero los plazos de ejecución se tuvieron que dilatar al considerar que no se podía iniciar en un escenario tan adverso para una firma eminentemente gasista como el del mercado comunitario en el último año. Los fondos querían anticipar la iniciativa para poder gestionar sus participaciones según sus propios intereses y han tensado la cuerda hasta que se han visto obligados a ponerse de lado y al servicio del accionista de referencia.
CVC, GIP e IFM tendrán a su consejero delegado, un equipo que le permitirá colocar sus títulos de forma más sencilla en el mercado si emprenden la desinversión, pero en la cotizada mandará quien ha mandado en los últimos años. Desde Criteria consideran que han porfiado para que la incorporación de este CEO fuera más allá del refuerzo en la gestión ejecutiva que se planteó desde el primer momento y han sido tajantes.
Aprobación de las cuentas y luz verde al fichaje
Con el camino despejado, la sesión del consejo se iniciará con la aparente normalidad habitual. La cúpula de Naturgy aprobará las cuentas semestrales, una decisión capital para que Criteria puede hacer lo propio con las suyas, y se dará el mandato de iniciar la incorporación del CEO.
Incluso hay un nombre que tiene todos los números para convertirse en la mano derecha de Reynés en las próximas semanas, el actual directivo de Citi Ignacio Gutiérrez-Orrantia. Se trata de un ejecutivo de la máxima confianza del presidente de la energética y con buena relación con el resto de grandes accionistas, que han trabajado con él en diferentes operaciones. Además, asesoró a la dirección al diseñar el proyecto Géminis. Pero los trámites burocráticos implican que el órgano directivo dé luz verde al fichaje, primero, y lo incorpore después.
Naturgy será una compañía con una dirección bicéfala como ocurre con la inmensa mayoría de grandes cotizadas de Europa. Con todo, su estructura de poder está desde ahora más clara que nunca.
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