Sigue la guerra de cifras en torno a Celsa. La familia Rubiralta y los acreedores se disputan el control de la acerera en un juicio en el que una de las cuestiones primordiales es el valor de la compañía. Hasta ahora había dos tasaciones, la que valoraba el grupo por debajo de su abultada deuda y otra muy por encima, pero BDO ha introducido una tercera cifra que se queda a medio camino: 4.200 millones de euros.
El número de la consultora, contratada por la dirección de Celsa, se sitúa por encima de los 2.800 millones propuestos por Lexaudit y Grant Thornton y los 6.200 millones que calculó Lazard por encargo de la siderúrgica. BDO, que también tiene como cliente la empresa en disputa, ha puesto sobre la mesa esta nueva cantidad este jueves en la cuarta vista del juicio, aunque sus representantes han aclarado que no se trata de una valoración exhaustiva.
Un 20% más que su deuda
Según han explicado Manuel Vargas, director de BDO en España, Francisco Javier Espel, socio de Forensic, y Sergio Martín, socio de Valoraciones, esta tercera valoración es simplemente una "réplica del análisis valorativo de Grant Thornton" que subsana el "error bastante grave" que consideran que ha cometido la firma estadounidense en su trabajo.
Por ello, la valoración de 4.200 millones de euros no incluye la llamada prima verde, otro de los aspectos que se debaten en el juicio: si la siderúrgica vale más por el hecho de ser líder en su sector en producción de acero menos contaminante. En cualquier caso, BDO, que ha cargado contra los informes de Grant Thornton y Deloitte, ha ofrecido esta cifra, que implicaría que Celsa vale un 20% más que su deuda (unos 3.500 millones), y ha asegurado que la empresa es "una joya en el mercado" que simplemente pasa por "un problema de liquidez" que "no afecta a la valoración del negocio".
Los acreedores se defienden
Los acreedores de Celsa han insistido este jueves en que su plan de reestructuración de la compañía siderúrgica no incluye "ni cierres de plantas ni deslocalizaciones". En un comunicado, estos fondos subrayan que en el proceso judicial que arrancó el lunes en Barcelona "hay que valorar si el plan de reestructuración que presentan los acreedores hace viable a la compañía a corto y medio plazo, y si este es mejor que la única alternativa posible, que es la insolvencia".
Los fondos se hacen también eco de la declaración ante el juzgado mercantil número 2 de Barcelona de su asesor financiero, la firma Houlihan Lokey, cuyo socio Manuel Martínez-Fidalgo dijo este miércoles que los activos de este grupo siderúrgico "no son suficientes para pagar los pasivos" que acumula la compañía y tachó de "desastre" la gestión financiera de Celsa en los últimos años. En la sesión de este jueves en el juicio que debe dirimir si la familia Rubiralta mantiene o no el control accionarial de Celsa han comparecido como testigos diversos expertos aportados por los accionistas actuales de la siderúrgica, que han defendido la solvencia de la compañía y la verosimilitud de sus planes de negocio para los próximos años.
"Solvente" a pesar del impago milmillonario
En la cuarta sesión del juicio, han comparecido esta mañana como testigos el catedrático de Economía Financiera en la Universidad de Zaragoza José Antonio Laínez y representantes de la consultora PwC, quienes han elaborado informes sobre Celsa por encargo de los accionistas actuales. El catedrático ha concluido que ahora Celsa es "plenamente solvente" porque viene desde hace tiempo "atendiendo regularmente" sus compromisos financieros, y que esto fue así "hasta que la pandemia se la lleva por delante de manera dramática", ha dicho en referencia al "bache" en el negocio provocado por el Covid.
Sin embargo, ha defendido que la compañía, a su juicio, resulta solvente, ya que tiene capacidad de generar recursos para hacer frente a su pasivo. Este experto también ha destacado que los proveedores de Celsa han jugado un papel importante en los últimos años en la financiación de la compañía. Al ser preguntado por la defensa de los acreedores, ha admitido que Celsa tiene importes de deuda vencidos por valor de 1.128 millones, en el caso de la financiación jumbo, y de 1.139 millones en cuanto al instrumento convertible.
Guerra de consultoras
Por su parte, el socio de PwC Bernat Figueras se ha ratificado en el informe hecho por esta firma sobre la situación de Celsa y ha dicho que los planes de negocio que ha analizado esta consultora sobre diversas unidades de negocio de Celsa son "razonables". Así pues, Figueras ha avalado la previsión de la compañía de que su ebitda crezca un 3,4 % cada año entre 2022 y 2030.
El socio de PwC Francisco García Oliva también ha considerado "consistentes" los planes de Capex de Celsa para los próximos años, es decir, su previsión de inversiones productivas, tanto para mantenimiento como para expansión. A preguntas del abogado de los fondos, García Oliva ha asegurado que entiende que la "estructura de financiación" facilitada por Celsa es "suficiente para soportar" su plan de negocio, aunque ha insistido en que el informe no pretendía hacer una valoración global de la compañía, sino pronunciarse sobre sus planes de negocio.
Los representantes del PwC han asegurado que, si la media del ebitda de Celsa entre 2018 y 2022 ha sido de unos 550 millones de euros, parecen razonables también las estimaciones para 2030. "El plan de negocio es razonable y conmensurado", ha insistido Figueras, que ha opinado que el sector de la siderurgia está en un "momento bueno del ciclo", aunque el ebitda de Celsa previsto para 2023 sea inferior al de 2022.
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