La tercera vista del juicio por el control de Celsa se ha convertido en una contienda entre los expertos de las diferentes consultoras que han participado en el proceso. El principal motivo de discordia es cuánto vale la acerera española. Para el asesor financiero designado por el juez y el de los fondos acreedores, vale menos de lo que debe, pero para la firma contratada por los propietarios, vale casi el doble.
Grant Thornton, el grupo que valoró la compañía en un máximo de 2.800 millones junto con el experto designado por el juez (Lexaudit), ha reiterado que Celsa vale menos que su deuda y Houlihan Lokey, asesor financiero de los fondos acreedores, ha ido más allá para afirmar que "la compañía hoy es insolvente".
Estas consultoras han sido críticas, han relativizado el potencial de crecimiento de la firma en base al "acero verde" y han recordado los "14 procesos de refinanciación", que creen que demuestran una incapacidad sistemática para cumplir las previsiones de la dirección para atender la deuda.
¿Cuánto vale Celsa?
La posición de estas compañías internacionales choca completamente con la del asesor de los accionistas, que defendió anteriormente su valoración, de más de 6.000 millones de euros. La consultora PwC también ha defendido que la acerera es solvente y, según ha observado el juez, ha dejado clara su posición contraria al plan de restructuración presentado por los fondos, litigado por los socios, liderados por la familia Rubiralta.
Este plan pasa por reducir parte de esta deuda -los fondos controlan el 85% de la misma- a cambio de acciones, un cambio que implicaría que los Rubiralta dejen de controlar la mayoría del capital; mientras que los socios reclaman una quita. El pasivo total asciende a unos 3.500 millones, por lo que resulta vital dirimir cuánto valen los activos. Una de las cuestiones claves es si su acero "ecológico" le confiere una ventaja estratégica.
Los representantes de PWC, que se han encargado de una pericial por encargo de la dirección, incluso han asegurado ante el juez del Mercantil 2 de Barcelona, Álvaro Lobato, que los acreedores no cumplen con la misión de dar viabilidad a la acerera porque, atendiendo a las proyecciones financieras en las que se sustenta su valoración, no generaría recursos suficientes para hacer frente a la deuda a partir de 2024.
Grant Thornton choca con Lazard
Si el martes los representantes del banco de inversión Lazard defendieron su informe, en el que valoran Celsa en unos 6.200 millones de euros, ayer miércoles compareció como testigo Carlos Asensio, socio de la consultora Grant Thornton. Explicó que en diciembre de 2022 recibieron un encargo de Lexaudit para elaborar un informe de valoración de la compañía y añadió que, en colaboración con esta firma, dictaminaron que se situaría entre 2.400 y 2.775 millones de euros.
En su declaración como testigo, Asensio ratificó su estimación del valor de Celsa, de unos 2.800 millones como máximo, cantidad que "no podría cubrir el total de su deuda". Por su parte, los representantes de Lazard justificaron su valoración de la acerera en que la siderúrgica "es una compañía premium" y que merece "una prima de valor" frente a "competidores de igual tecnología".
"Es insolvente"
El asesor financiero de los fondos acreedores de Celsa, la firma Houlihan Lokey, sostuvo que actualmente los activos de este grupo siderúrgico "no son suficientes para pagar los pasivos" que acumula la compañía, y consideró "un desastre" la gestión financiera de la empresa en los últimos años. Así lo indicó Manuel Martínez-Fidalgo, socio de la firma, que también compareció en calidad de testigo.
Pasivo acumulado
Por todo ello, aseguró que existe una "desconfianza increíble" entre los acreedores y la propiedad, la familia Rubiralta. "La compañía hoy es insolvente", manifestó ante la sala. Según Houlihan Lokey, el problema actual es que aunque Celsa vendiera todos sus activos no puede afrontar la deuda que acumula.
Las declaraciones siguen este jueves y viernes y el martes de la semana próxima las partes deberán leer sus respectivas conclusiones. Será a partir de entonces cuando el juez Lobato decide si homologa o no el plan de reestructuración de los fondos. O, lo que es lo mismo, quién se queda la principal acerera del país.
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