Apenas 12 meses después de su aterrizaje en el capital de Indra, la compañía de tecnología de sistemas para Defensa se ha convertido en la principal apuesta en España del fondo Amber Capital, en detrimento del grupo Prisa, del que el vehículo inversor es primer accionista desde hace unos años. Tras incrementar su peso en la compañía participada por el Estado, el valor del paquete de títulos del fondo controlado por Joseph Oughourlian se sitúa en torno a 150 millones de euros, netamente por encima del precio que en la actualidad tiene el 30% que detenta en la editora de El País (unos 118 millones).
En paralelo con el nombramiento de José Vicente de los Mozos como nuevo consejero delegado de Indra, para cerrar el anunciado relevo de Jorge Mataix como primer ejecutivo, Amber ha comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el incremento de su participación en el capital hasta el 7,23%, lo que refuerza su condición de segundo accionista del grupo tras el Estado, que posee un 28%.
Sin pausa
El mercado ya descontaba un movimiento en esta dirección toda vez que hace semanas trascendió la autorización del Consejo de Ministros al fondo para alcanzar hasta el 9,99% del capital de la empresa, considerada entre las más estratégicas por su estrecha relación con sectores como Defensa y Seguridad.
No obstante, Oughourlian no ha querido apurar plazos y parece dispuesto a blindar cuanto antes una posición que está llamada a ser la bandera del fondo en España, la auténtica joya de la corona, tras su irrupción por sorpresa como accionista significativo de Indra en la primavera de 2022.
Clave en la junta
Por entonces, Amber declaró poco más de un 4% de la empresa, suficiente para ser determinante en la junta de accionistas del grupo celebrada pocas semanas después. Al superar el 3%, la Ley le permite proponer puntos en el orden del día de la asamblea, adicionales a los aprobados por el consejo de administración, como así hizo Amber el mismo día de la junta para promover el cese de cuatro consejeros independientes que se habían mostrado discrepantes con la gestión de la dirección.
La maniobra, que derivó en una crisis y renovación del órgano de gobierno de la empresa tecnológica, dio sentido a la llegada del fondo como socio de referencia, aunque el propio Oughourlian aseguró tiempo después que Indra formaba parte de su cartera de inversiones desde hace tiempo, aunque con posiciones menos destacadas.
No tardó en alcanzar el 5%, antes de final de año, a través de compras en el mercado, que ha incrementado en estos últimos días, en paralelo también con la incorporación como socio destacado de Escribano, una de las empresas punteras del sector de Defensa, que comunicó la compra de un 3% del capital.
La apuesta por Indra deja en un segundo plano la de Prisa, por la que Amber ha sido célebre en el ámbito empresarial español en los últimos años. Su progresiva entrada en el capital de la editora de medios alcanzó el límite del 30%, cuyo traspaso obliga al lanzamiento de una opa por la totalidad.
Inversor activo
Sumida en graves dificultades financieras por su elevado endeudamiento, agravadas ahora por la abrupta subida de los tipos de interés que disparan los costes, Prisa ha sido un quebradero de cabeza para Amber, que ha visto como el objetivo de recuperar en algún momento de los cerca de 300 millones de euros invertidos en la compañía se ha convertido en poco menos que quimérico.
Mientras, en Indra no se ha limitado a elevar su presencia en el capital sino que también se ha mostrado como un inversor activo; como prueba, la propuesta que Oughourlian trasladó al consejo de administración de la compañía el pasado otoño para reactivar la segregación de los negocios principales de la empresa con el fin de generar valor para el accionista.
El financiero francés, que concedió una entrevista a la agencia Bloomberg para explicar su posición, esgrimió una serie de cálculos que demostraban que, por separado, el valor de los negocios de tecnología (agrupados en la filial Minsait) y Defensa, podrían valer hasta 1.200 millones de euros adicionales a la capitalización de Indra en aquel momento.
No era la primera vez que la idea sobrevolaba la mesa del consejo de Indra, en el que Amber aun no tiene representación aunque sí una indudable llegada. Sin embargo, a raíz de la crisis en el órgano de gobierno los planes estaban más que aparcados.
Núcleo duro en torno al Estado
Al menos, esa fue la respuesta dada por Mataix cuando los analistas le preguntaron acerca de la propuesta de ese accionista llamado Amber. El ejecutivo pidió por entonces algo más de tiempo para que el nuevo consejo, renovado en casi la mitad de su composición, tomara posiciones en la compañía.
Lo cierto es que meses después, Mataix ya ha sido relevado mientras Amber cuenta con más fuerza en Indra, hasta el punto de convertirse en el segundo accionista y elemento fundamental en el núcleo duro que el presidente de la compañía, Marc Murtra, ha confeccionado en torno a la participación estatal y que completan la citada Escribano y el grupo industrial vasco Sapa, que cuenta desde hace más de un año con una participación del 5%.
Potencial frente a problemas
Desde el nombramiento de Murtra como presidente, las acciones de Indra se han revalorizado más de un 45%; las perspectivas de mercado en torno al valor son positivas, gracias a los planes de incremento de gasto en Defensa comprometidas por el Gobierno en calidad de representante de un Estado miembro de la OTAN.
El compromiso de alcanzar una inversión en el sector equivalente al 2% del PIB en 2029, lo que supone duplicar la actual proporción, contrasta con el futuro incierto de Prisa, que tuvo que volver a recurrir a la aportación de sus accionistas de forma urgente a finales de año para amortizar los tramos más onerosos de su financiación y evitar que los elevados costes ahogaran a la empresa. Los hechos y las perspectivas apuntan a que el futuro de Amber pasa más cerca de Indra que de Prisa.