La nave de Lliçà en la que estalló la mayor estafa 'cripto' de España

¿Qué pasó en el número 12 de la avenida Cataluña de Lliçà de Vall, en Barcelona? Es la nave industrial donde se gestó, cree la Policía Nacional, parte de la mayor macroestafa de criptomonedas de España. Se investiga en la Audiencia Nacional y, según los primeros indicios, podría haber hasta 500 millones defraudados a inversores. Uno de los epicentros de la presunta trama Kuailian es el polígono de Lliçà, donde mora la sede central de las empresa de franquicias para mascotas TerranovaCNC. 

¿Qué tiene que ver una exitosa cadena de productos para animales con un macrotimo en moneda digital? Tiene que ver Lliçà de Vall. En esta localidad de 6.480 habitantes a 20 kilómetros de Barcelona se fundó TerranovaCNC, una cadena de tiendas de productos para mascotas que pretendía llegar a los 500 puntos de venta en 2018. Pero en 2022 algo salió mal. Agentes de la Policía Nacional irrumpieron en el cuartel general de la empresa en este municipio y quebraron la tranquilidad de este conglomerado de franquiciados. 

Buscaban parte de la trama Kuailian

Los efectivos policiales, sostienen las fuentes consultadas, buscan indicios de la estructura vertical que estafó presuntamente a decenas de personas con la venta de kuais o contratos de 1.000 días vinculados a la moneda digital Ethereum. Hay, se cree, centenares de posibles afectados. 

En este marco, y bajo la tutela del juzgado Central de Instrucción número 6, los funcionarios irrumpieron en varios sitios. Uno de ellos fue el número 12 de la avenida Cataluña de Lliçà. Aquí entraron en SR Motors, un concesionario de vehículos de alta gama. Los policías creían que este distribuidor podría actuar como posible lavadora de dinero para el blanqueo de la trama. 

Salpica a Terranova

Esta empresa automovilística la regía Juan Antonio Sito Herrera Torres, fundador de TerranovaCNC, enfatizan las mismas voces. La Policía lo vinculó a la estructura de la estafa cripto. Eso sí, no es el principal sospechoso, ni mucho menos. El supuesto cabecilla de la trama es David Ruiz de León, fundador, y otras personas que se han fugado de España. 

Sito, explica su entorno, se vio involucrado en un tsunami que "no era ni mucho menos lo que parecía". La empresa de mascotas "no tenía nada que ver" con las divisas digitales, y el taller de coches, "pese a que registró, tampoco guardaba relación con ninguna macroestafa". 

"Vendían a los futbolistas de primera"

El concesionario SR Motors era un negocio de distribución de vehículos de lujo de "40.000 y 50.000 euros a famosos y estrellas del fútbol de LaLiga", detallan las mismas voces. Era un negocio "legítimo y con contabilidad absolutamente limpia", subrayan, insistiendo en que "nada tenía que ver con ninguna macroestafa". Eso sí, la Policía lo atacó al creer que podría ser un punto de lavado de dinero masivo procedente del mundo digital. 

Aquella intervención policial, apenas publicitada, "salpicó a varia gente a la que utilizaron y ahora se está comiendo marrones", sostienen los entrevistados. Uno de ellos sería Sito, pero habría más, incluidos extrabajadores del taller. 

Los Clapé, dueños, desconocían qué ocurría allí

Sea como fuere, una anodina nave de Lliçà de Vall quedó vinculada por la que se cree que es la mayor estafa de criptomonedas de la historia en España. La estructura es propiedad de Grupo Clapé, un constructor logístico que trabaja sólo con grupos de primer nivel, como Amazon, y a las que alquila lugares para situar polos logísticos y sedes corporativas. 

Un portavoz de esta firma ha admitido que SR Motors operaba desde una nave suya en Lliçà, "como otras 20 empresas en otras tantas naves". Clapé alquiló a un "taller de automóviles" y nada sospechaba que su activo acabaría examinado por la Audiencia Nacional, como ha pasado. La fuente corporativa ha asegurado que "nadie se ha dirigido a ellos" y que, de hecho, Clapé se está retirando del negocio de las pequeñas naves para premiar "las grandes sedes corporativas". 

"No es tanto como dicen"

El tribunal especial instruye el procedimiento por presuntos delitos de estafa, blanqueo de capitales, falsedad y delitos contra la Hacienda Pública. Si el ritmo procesal se sostiene, el juicio podría celebrarse tras el verano. Se deberá probar que Kuailian era una plataforma ponzi, esto es, una estructura piramidal para estafar a los inversores que inyectaban dinero allí. 

Fuentes cercanas al caso tienen otra opinión. "No era tan malo como lo pintaban. Los afectados sabían qué riesgos tomaban y se ha devuelto su dinero a la mayoría de ellos". Eso sí, los implicados lamentan que algunos de los supuestos cabecillas "se hayan fugado y no hayan respondido ante la justicia", aunque lamentan que "se hayan arrojado cargos contra ellos que son desproporcionados".

La justicia decidirá, pero de momento Lliçà ha quedado situado en el mapa. 

Aviso aclaratorio: Esta información ha recibido una solicitud de rectificación del sr. Juan Antonio Sito Herrera Torres 

Aviso aclaratorio: La información no refleja la situación actual del Sr. Juan Antonio Sito Herrera Torres (artículo 85 LPDPDGG)