Medio millón de euros. 500.000 euros. Esto es lo que pagó Tyrus Capital por Barcelona Project's SA, la sociedad del hotel Juan Carlos I de Barcelona, el único cinco estrellas gran lujo aún cerrado en la Ciudad Condal. El fondo buitre que capitanea el financiero libanés Tony Chedraoui prestó 24 millones de euros con intereses "casi dolosos" cuando la empresa se asfixiaba económicamente en pandemia, para luego ofrecer quedársela "porque no valía nada". Eso sí, previa quita del 95% a los acreedores, como ha avanzado este medio.
La operación la detallan punto por punto fuentes conocedoras del procedimiento. El Juan Carlos I, un coloso de 432 habitaciones, spa, jardín y el Palau de Congressos de Catalunya a pie de la avenida Diagonal, sorteó la fase dura de la pandemia peor que otros. Bordeaba la insolvencia pese a "cierto alivio con los créditos ICO". En un momento dado, "otra empresa" de Chedraoui prestó 24 millones a un tipo de interés "casi doloso" a Barcelona Projects SA. Esa cuantía también fue insuficiente y, finalmente, Tyrus la compró por unos 500.000 euros a una rama de la familia real saudí. La operación se está culminando ahora con un concurso de acreedores en el que el fondo impondrá un descuento del 95% al resto de acreedores.
Un 5% a tres años
La cifra, en concreto, es de un retorno de solo el 5% de las deudas en tres años. Es la propuesta de convenio que se cocina en el juzgado de lo mercantil número 11 de Barcelona. El acuerdo tiene mayoría porque "dos bancos" con un volumen importante de deuda avalan el fortísimo descuento que propone Tyrus. Eso sí, decenas de medianos y pequeños acreedores discrepan, al entender que se les está defraudando.
Las pymes y grupos locales con dinero atrapado en el Juan Carlos I alegan que el gobierno municipal de Barcelona estudia prorrogar la concesión del hotel, que vence en 2039. Con ello, el alojamiento "pasará a valer mucho más, unos 150 millones de euros más". Ante ello, aseguran que se impone esperar y no firmar el convenio ahora, sino tras las elecciones municipales del próximo 28 de mayo.
El polémico papel de Tyrus
Sean cuales fueren sus demandas, lo factual es que un fondo extremadamente agresivo, Tyrus Capital, está a punto de quedarse uno de los mejores hoteles de Barcelona por apenas 500.000 euros, una irrisoria cantidad comparado con el valor del activo. Es el medio millón que pagó por los títulos de las acciones de Barcelona Project's, más otros 24 millones que prestó a altísimo interés cuando la sociedad gestora imploraba entrada de fondos.
Paradójicamente, ese préstamo acabó hundiendo a la compañía y fue un paso más en una estrategia deliberada para asfixiar la tesorería del resort urbano y quedárselo. Es lo que pasará si se firma el convenio en la sala Mercantil 11 de Barcelona.
Beneficio
De la operación, pues, el fondo británico-monegasco --tiene sede en Londres y el Principado-- extraerá un beneficio "muy elevado". A costa, eso sí, de una plétora de medianos y pequeños proveedores y acreedores, enraizados en el tejido económico local, que están presenciando atónitos como el vehículo ha atornillado financieramente al hotel con el que trabajaban, lo ha llevado a concurso y ahora se lo quedará sin apenas esfuerzo económico.
Ante ello, se espera que en los próximos días, subrayan las fuentes conocedoras, se interpongan escritos alertando de un posible fraude concursal. Porque los tenedores de deuda saben que el letrado de Tyrus, Pablo Usandizaga, un auténtico chatarrero de empresas que también intervino en la insolvencia de Husa Hoteles, está negociando con el Ayuntamiento de Barcelona para prorrogar la concesión más allá de 2039.
Paga deudas
Mientras se libra una discreta batalla en el juzgado, Tyrus quema etapas para reabrir el hotel. Según informan fuentes del sector, la gerencia que pende del agresivo inversor acaba de liquidar toda la deuda pendiente a los trabajadores --eran 430 al inicio de los problemas, pero quedaron unos 330 colgados tras casi tres años en blanco-- y prosigue con las desafectaciones de empleados afectados por el expediente temporal de regulación de empleo (ERTE). Asimismo, está acometiendo obras de cara a abrir puertas de nuevo.
El objetivo es aprovechar parte de la campaña estival, que a tenor de las cifras provisionales se prevé excelente para la industria vacacional en Barcelona. Por lo pronto, el Juan Carlos I ya tiene nuevo gestor: Meliá, que lo reabrirá con la marca Miranda de Pedralbes. Ese explotador es ajeno a las cuitas judiciales, que se centran en quién se queda la sociedad propietaria y cuánta deuda paga. Ello es importante, porque esta ciudad vacacional es un creador de riqueza y empleo de primer orden, toda vez que comercializa sus 432 habitaciones, pero también el Palau de Congressos, con capacidad para 8.000 personas.