Tres vecinos frustran un pelotazo en el Capitol de Las Ramblas de Barcelona
La familia Casacuberta y un fondo de inversión internacional se estrellan en el icónico teatro de Pepe Rubianes: cae la operación de 5.500 metros cuadrados
16 abril, 2023 00:00Tres vecinos han frustrado un pelotazo en el mítico Teatro Capitol de Barcelona, en plenas Ramblas. La poderosa familia Casacuberta y un fondo de inversión internacional se han estrellado con tres alquileres de renta antigua para la compra de todo el número 138 del paseo, unos 5.500 metros cuadrados que incluyen la antigua sala de espectáculos donde actuaba Pepe Rubianes, un comercio, un hotel, una pensión y un hostal, además de viviendas.
Lo explican fuentes del sector inmobiliario, que alertan de que "la operación no ha salido" por la oposición de los actuales inquilinos, que han blandido sus contratos de arrendamiento antiguos para frenar al inversor extranjero y a los Casacuberta, una saga de importantes patrimonialistas. Los compradores tenían el capital para adquirir y habían hecho trámites previos para desembarcar en Las Ramblas con la compra del icónico Capitol, pero los vecinos de arriba lo han frustrado.
"Contratos de renta antigua"
Los dos interesados se aliaron para hacerse con 5.500 metros cuadrados a pie de Las Ramblas y a docenas de metros de plaza Cataluña. Más céntrico, imposible. El producto era el número 138, una mezcla de usos que incluye el histórico Teatro Capitol, cerrado desde 2019 y que busca arrendatario; el Hostal Capitol y el histórico Hotel Continental --donde durmió el escritor británico George Orwell durante la Guerra Civil española--, situados arriba, otro comercio colindante --que ocupaba anteriormente Springfield--, un almacén subterráneo y cinco viviendas.
Para cazar todos estos activos, los Casacuberta, que ya atesoran un numeroso portafolio de propiedades, desde hoteles a naves logísticas, se aliaron con un vehículo inversor internacional. Arrancaron las negociaciones. Pero alguien dijo no, y la operación ha caído. "Los inquiinos se cuadraron. El cambio de propietario les habría afectado a largo plazo", protestan.
Todo parado (y vacío)
Este medio se ha dirigido a los Casacuberta, que fundaron su patrimonial en 1986 y la han alimentado con una quincena de inmuebles en Barcelona, Madrid y Suiza. La familia ha preferido no comentar. Sí lo han hecho desde el Hostal Capitol, que se han limitado a recordar que "tiene un contrato de alquiler vigente y se remitieron al mismo" cuando los compradores acudieron a negociar. Otra fuente del inmueble ha confirmado que, "por ahora, la operación no ha salido, está parada".
Que la compra del 138 de Las Ramblas esté detenida, sin embargo, tiene derivadas. El histórico Capitol y sus dos salas permanecen cerrados a la espera de que alguien se interese por él, así como el comercio vecino. Desde el inmobiliario se lamenta que la icónica sala "ofrezca esta imagen a pie de plaza Cataluña", tal y como pasa con el edificio de la centenaria Sastrería Modelo, situada enfrente, en el número 131 de Las Ramblas y que tras el cierre de la Modelo tras 122 años ocupó H&M, hasta que bajó la persiana en 2021, pagando la pandemia del coronavirus.
Amics Rambla: "La burocracia favorece a los fondos"
Preguntado por esta operación frustrada, Fermín Villar, presidente de Amics de La Rambla ha pedido que el nuevo inquilino que ocupe las dos salas del antiguo Club Capitol "sea alguien que aporte al paseo", en línea con el trabajo de esta entidad de revitalizar la calle.
Asimismo, Villar ha recordado que "la burocracia y lentitud del Ayuntamiento de Barcelona a la hora de tramitar planes urbanísticos y permisos para locales comerciales están beneficiando a los grandes grupos y a los fondos de inversión, no al inversor mediano". ¿Por qué? "Porque la tramitación tarda meses en el distrito. Y mientras, tienes que pagar la renta. ¿Quién se puede permitir abonar miles de euros al mes sin actividad a la espera de que el distrito de Ciutat Vella dé el visto bueno al negocio? Sólo los grandes", se queja.
Trompazo de los Casacuberta
A la espera de que el número 138 se llene de vida en sus bajos --los inquilinos de los pisos superiores sí operan, y con éxito tras la fase dura del virus--, el fracaso de la compra tiene otro ángulo. La familia Casacuberta-Marsans, una potentada saga de la Barcelona burguesa, se ha estrellado contra el muro de los contratos de renta antigua. De este modo, la estirpe no podrá añadir otro activo de gran valor a su portafolio. Solo en la Ciudad Condal, la familia es propietaria del inmueble que alberga el hotel Kimpton Vividora --operado por InterContinental--, el Palau Castell de Pons o el antiguo Hospital de San Sever, entre otros.
Fuera de la capital catalana, son de los Casacuberta los terrenos donde se elevan los polígonos industriales Almeda de Cornellà de Llobregat; Fontsanta (Sant Joan Despí); La Florida (Santa Perpètua de Mogoda) y sector Teneria (Mollet del Vallès).
Finalmente, en Suiza, la acaudalada --y discreta-- saga es propietaria del ladrillo del colosal hotel Beau-Rivage Genève de Ginebra, un cinco estrellas situado frente al conocido jet de agua de la ciudad helvética y, quizá, el alojamiento más conocido de la urbe francófona.