Imagen de la última junta general de accionistas de Ferrovial, celebrada en 2022 / EP

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Business

Ferrovial, un traslado en clave de rentabilidad y cocido a fuego lento

Ni la fiscalidad ni un hipotético desplante al Gobierno son determinantes a la hora de explicar una medida inviable sin el apoyo de muchos grupos de interés

5 marzo, 2023 00:00

La anunciada mudanza de la matriz de Ferrovial a Países Bajos es uno de esos acontecimientos que generan ríos de tinta, pero que, al margen de conspiraciones o artes a la hora de atar cabos, tienen un motivo que suele ser demasiado mundano. En esencia, el grupo de infraestructuras traslada su sede por dinero, es decir, por lo que justifica el 99% de las decisiones empresariales.

Aunque, en este caso, la tan traída y llevada cuestión de la fiscalidad no ocupa un lugar protagonista en esta historia. Si acaso, el de un discreto secundario. Lo ha admitido hasta la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, encargada de recordar que la compañía ya no contribuye demasiado al fisco español porque se paga donde se desarrolla la actividad y, en el caso del grupo controlado por la familia Del Pino, cerca del 80% se hace en el exterior.

De hecho, esa es una de las claves de la maniobra. Desde que a mediados de la primera década del siglo Ferrovial diera la campanada al abordaje de la entonces denominada BAA (el gestor de aeropuertos británico con participación pública, un equivalente a Aena), su nombre ha sonado mucho más en el exterior que en España. 

Sólo con echar un vistazo a los últimos trimestres, Ferrovial aparece al lado de proyectos milmillonarios en diversos mercados, pero no en España. A finales del tercer trimestre de 2022 logró la mayor adjudicación de su historia en el segmento de construcción, con un tramo de la ampliación del metro de Toronto por cerca de 4.500 millones de euros, junto a la francesa Vinci.

El hito del JFK 

Con Acciona como socio, logró en 2021 otro contrato para el metro de Sídney, cercano a los 1.250 millones de euros. Uno de los más sonados fue la entrada en el proyecto de construcción de la nueva terminal del aeropuerto JFK de Nueva York, que supondrá una inversión inicial de 1.100 millones.

Mucho volumen que financiar… demasiado riesgo que correr fuera de mercados de la máxima solvencia, en los que los costes se reducen al mínimo.

Más cerca de Grecia 

“Los costes de la deuda se han disparado con la subida de tipos. Y España es de los países destinados a pasarlo mal en esta etapa de política monetaria expansiva debido a la penalización que sufre por su exceso de endeudamiento público”, señala un operador de mercado, quien añade que “hoy por hoy, España está más próxima a Grecia que a Países Bajos en este terreno”.

Al menos, las distancias son similares. La prima de riesgo de España, en torno a 105 puntos básicos, es 70 puntos inferior a la del país heleno. Y unos 75 puntos básicos superior a la de Países Bajos, la más reducida de la zona euro.

Cartel de Mediaset España en la Sede de Telecinco / Ricardo Rubio - EUROPA PRESS

Cartel de Mediaset España en la Sede de Telecinco / Ricardo Rubio - EUROPA PRESS

En unos cuantos miles de millones de euros, las diferencias van mucho más allá del hipotético beneficio fiscal que puede suponer instalar el corporativo en Ámsterdam, con el riesgo añadido de costes intangibles.

El de Ferrovial no es el único caso en el seno de la Unión Europea. Como sucediera con la República de Irlanda y el sector tecnológico, Países Bajos se ha convertido en un notable polo de atracción para corporaciones de los sectores más diversos: desde la automoción, como Stellantis, hasta los medios de comunicación, en el caso de Mediaset.

Ámsterdam, mejor bolsa de Europa

Uno de los mayores exponentes en este proceso ha sido, sin duda, la Bolsa de Ámsterdam; decidida a aprovechar la oportunidad brindada por el impacto del Brexit en la de Londres, la plaza neerlandesa se ha convertido en aquella en la que todos quieren cotizar, la elegida para las OPV más relevantes, como en su día la de Universal

“Lo han trabajado muy bien, ofrecen muchas ventajas para cotizar y es un trampolín ideal para dar el salto a Wall Street”, apuntan desde un banco de negocios internacional. Si algo tiene el agua cuando la bendicen, no es casualidad que la de Ámsterdam sea la bolsa europea más revalorizada de los últimos tres años, con un avance superior al 37%, por encima incluso de los principales índices de Nueva York. Y a mucha distancia del discreto 6% acumulado por el Ibex 35.

La clave de hace tres años 

La otra idea a desterrar es que este movimiento viene como consecuencia de una respuesta o más bien un desafío al Gobierno de Pedro Sánchez. Operaciones de este tipo no se pergeñan de la noche a la mañana, entre otros factores porque precisan del apoyo de muchos grupos de interés y eso sólo admite una cocción a fuego lento.

Fue precisamente el Brexit el que propició que la mercantil que agrupaba los negocios internacionales de la compañía cambiara Oxford por Ámsterdam, donde se instaló bajo el formato de S.E. (sociedad europea). Un pasaporte comunitario que proporciona mucha libertad de movimientos. La estrategia estaba en marcha ya entonces, poco antes de la pandemia, cuando al Ejecutivo no le había dado ni tiempo a mirar mal a una empresa ni a una cuenta de resultados.

Insistencia de los inversores

Diversos inversores institucionales con peso en el capital de la compañía ya llevaban tiempo trasladando la idea de que el único elemento que no terminaban de ver claro era la permanencia en España, que suponía un cierto bloqueo para cuestiones relacionadas con los mercados.

Uno de los más activos en este punto ha sido el fondo TCI, que comenzó a tomar posiciones a través de derivados poco antes del traslado de Ferrovial Internacional y su transformación en S.E., pero que aceleró el ritmo a partir de ese momento. La entidad fundada y comandada por el filántropo británico Chris Hohn ha rechazado con vehemencia la mera posibilidad de injerencia política en los negocios.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez

¿Han podido las políticas fiscales del Gobierno y su actitud beligerante con el entorno empresarial provocar la maniobra de Ferrovial? Rotundamente, no. En todo caso, precipitarlo, acelerarlo algo más de lo esperado. 

“Cuando hay ruido político, el problema para una empresa como Ferrovial es que los inversores llaman insistentemente para preguntar, como ocurrió en su día con el procés y su deriva en los acontecimientos de 2017. Y ese escenario genera incertidumbre ante la posibilidad de que el capital comience a salir hacia destinos más seguros”.

"Algo habrán hecho" 

Tampoco hay que perder de vista que, en este caso, los posibles reproches que pueda haber desde la compañía hacia el Gobierno están más basados en la omisión que en la acción; es decir, en no contar con una alternativa que ofrecer a una corporación que se plantea un movimiento con un coste económico y humano que la hace notablemente delicada.

“Algo habrán hecho en Países Bajos para que todos quieran estar allí”. Como antes Irlanda. Pasó de ser un país rescatado y con un sistema financiero en ruinas a contar hoy con una renta per cápita que multiplica por más de tres la española. Son factores que pesan mucho más que pensar si le tocará el turno de la penalización fiscal tras bancos y energéticas, o del insulto tras Amancio Ortega y Juan Roig. Parafraseando al expresidente de EEUU Bill Clinton, ¡es la rentabilidad…! (y ahorremos el calificativo que acompañaba la expresión).