El IPC inicia 2023 estable en el 5,8% pero la subyacente se dispara al 7,5%

El comportamiento del precio de los alimentos se mantiene como el principal elemento catalizador de los indicadores de inflación al inicio de 2023. Mientras que el Índice de Precios al Consumo (IPC) se mantuvo elevado pero estable durante enero, con una subida del 5,8%, la inflación subyacente escaló hasta el 7,5%, cinco décimas por encima de la cifra del pasado diciembre. 

La primera estimación del Instituto Nacional de Estadística (INE) apunta a una leve subida de una décima del índice general respecto a la cifra de hace doce meses, que la institución relaciona con leves alzas en los precios de los carburantes. 

Adiós a cinco meses a la baja

Este avance rompe una racha de cinco meses consecutivos con la tasa interanual de la inflación a la baja, que ha hecho descender cinco puntos el incremento de los precios desde que el pasado julio alcanzara su máximo en los últimos 38 años, con un 10,8%. 

Sin embargo, el dato de la subyacente (que excluye los elementos más volátiles de la cesta de la compra, como la energía y los alimentos frescos) prosigue su notable escalada, influido por la subida de los productos elaborados, que el Gobierno estima que se mantendrá al menos durante el primer trimestre del año.

Efectos retardados

Durante los últimos meses de 2022, los precios de los alimentos elaborados se incrementaron en su conjunto más de un 15%, lo que ha provocado la anómala situación de que la inflación subyacente supere al índice general (en este caso, incluso en cerca de dos puntos). 

Los expertos consideran que aún es pronto para que se dejen sentir los efectos de las medidas articuladas por el Gobierno para tratar de contener estas alzas, que consistieron en la rebaja temporal del IVA al 0% de algunos productos de primera necesidad, que ya contaban con el tipo super reducido del 4%. 

Elementos nuevos

El Ejecutivo también decretó el recorte del 10% al 5% del tipo que grava productos como la pasta y el aceite.

La estimación de enero ya incorpora elementos nuevos, como determinadas ponderaciones procedentes de la contabilidad nacional (de la que el INE publicó su dato avanzado de 2022 el pasado viernes) y datos procedentes de los mercados libres de gas y electricidad, que no están tan impactados por los precios mayoristas como los regulados.